53. Reencuentro

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JADE

—¡Oh por Dios! ¡Estoy viendo por dos! —exclamé entre carcajadas, uniéndome a las que eran soltadas por los demás.

No sabía cuántas latas de cerveza me había tomado, las cuales habían sido traídas por mi hermano y William con la intención de ellos tomar con Diego, pero terminé uniéndome a ellos después de haberles rogado por más de media hora, prometiendo que solamente sería una pequeña lata. Mentira, terminaron siendo muchas.

Todos estábamos felices por haber pasado el primer semestre de la universidad, ese era el gran motivo por el cual Tobías y el castaño habían querido celebrar. Claro que también lo hacían porque habíamos salido de vacaciones por tres semanas, lo que significaba dormir hasta tarde y quedarse despierto hasta largas horas de la noche.

Summer se había ido de vacaciones con su familia, regresaba todavía en un par de días, lo que significaba que mi hermano me tendría que aguantar por todo ese tiempo hasta que mi amiga regresase. Pero él no parecía tan desanimado por la idea, al contrario, pensó que era una manera de tener su vista fija en mí ante cualquier alerta de hormonales.

—Ya, ya —dijo William, riendo. Me miró divertido —. Venga, yo te llevo a tu habitación —me sugirió. Era el único de todos que no había perdido la cordura, todo gracias a haber bebido solamente tres latas de cerveza.

Asentí y me despedí de los demás con una sonrisa, Summer diciéndome que iría a la habitación después de terminar de beberse el vaso de agua que tenía en la mano. Me dejé llevar por los brazos de William por el pasillo hacia mi habitación, sintiéndome ridículamente cómoda con tener su mano entre la mía. Podía estar pasada de latas, pero todavía sabía cada una de las cosas que estaba haciendo.

—Sana y salva —comentó cuando entramos a mi cuarto, sentándose sobre la cama.

Me eché a su lado entre risas hasta que de un momento a otro el silencio se apoderó de la habitación, mi cabeza apoyada sobre mis brazos. William y yo nos miramos fijamente a los ojos, ninguno de los dos diciendo palabra alguna por miedo a romper el bonito momento que habíamos creado sin necesidad de pronunciar algo.

No iba a negar que había adquirido una especie de amor platónico con el mejor amigo de mi hermano, quien era demasiado dulce conmigo para mi propio gusto, nunca cruzando la fina línea que según él los mejores amigos tenían con sus hermanas menores. Me había hecho olvidar de cada una de las cosas que sentía, haciéndome perder la cordura en miles de momentos en los cuales dejaba indirectas.

Me encontré a mí misma acercándome más a él, sus párpados caídos mientras me observaba sin decir palabra alguna, pero no se alejó, dándome entrada a su espacio personal. No me iba a alejar, no quería, era la primera vez que me volvía a sentir ilusionada y querida por otro chico que no fuera el mellizo. Los labios de William rozaron los míos y temblé ante el contacto.

Sus labios se posaron sobre los míos, disparando corrientes eléctricas alrededor de mi cuerpo. Él se dedicó a hacer que nuestro primer beso fuese delicado, lleno de tranquilidad y calma. Delineó mi labio inferior con su lengua, provocando que abriese más mis labios permitiendo que esta entrase a jugar con la mía, ambas fundiéndose en un largo beso que no me dejaba saciada. Quería mucho más que un simple beso, quería mucho más que una simple caricia de su parte. Antes de pensarlo, mis brazos se fueron automáticamente a su cuello acercándolo más a mí, mientras que William se apoyó en sus brazos para no dejar caer todo su peso sobre mí.

El beso dejó de ser uno tierno y empezó a ser uno lleno de pasión y deseo, nuestros labios moviéndose con mucha rapidez, con mucha más desesperación con cada segundo que pasaba. Me escuché jadear de la misma manera en que él, ambos mirándonos a los ojos cuando esos sonidos dejaron nuestras bocas.

Enamorado de mi Mejor Amiga ©Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ