60. Tragedias

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JADE

Poco a poco empecé a alejarme de el cristal. Sentí como la respiración se me acortaba y todo daba vueltas a mi alrededor. Por un momento nada me parecía correcto.

— ¿Te sientes bien? —me preguntó Anabel.

—Will... Will besó a la arquitecta Alemán —susurré, con la respiración entre cortada.

Vi como Anabel abría la boca de sorpresa, pero no me duró mucho su reacción ya que salí corriendo de las oficinas. Corrí hacia el ascensor y apreté el botón de manera nerviosa.

Mis manos estaban temblando mientras que sentía cómo las lágrimas caían por mis mejillas. Yo sabía que algo iba a salir mal, y lo que más me dolía era que muy en el fondo yo sabía que esa arquitecta quería con mi novio, y que él, caería en cualquier momento.

Mi hermano estaba en su celular, no percatándose de mí. Abrí la puerta trasera y entré al auto de manera efusiva. Mi corazón latía a mil por segundo gracias a la adrenalina del momento.

— ¡Tobias llévame a casa! —pedí, con lagrimas en los ojos.

— ¿Sucedió algo? —preguntó, poniéndose el cinturón rápidamente.

—Will... Will se besó con la arquitecta.

Tobias me miró incrédulo, pero de igual manera comenzó a manejar. Puse mis manos en mi rostro y empecé a sollozar fuertemente, a pesar de que sabía que le hacía daño a mi bebé. No pude evitar sentirme cómo una tonta.

— ¿Estás segura, Jade?

—Tobias, los vi besándose —dije, tratando muy fuerte de no llorar —. Sabía que algo malo iba a pasar.

Mi teléfono comenzó a sonar y me demoré más de lo usual en sacarlo de mi bolsillo. Mis manos temblorosas me estaban fallando. El enojo se apoderó de mí cuando vi el nombre del padre de mi bebé.

— ¿Y quiere que le conteste? —espeté, llena de ira.

El teléfono de mi hermano comenzó a sonar y pude ver cómo su ceño se frunció, lleno de enojo, al ver quién era el que lo estaba llamando. No tenía dudas de quien era.

WILL

Mi cuerpo estaba lleno de adrenalina mientras veía a los socios firmar el documento. Una vez que me despedí de ellos y cerré mi puerta, comencé a saltar de felicidad al igual que Lucero.

— ¡No lo puedo creer! ¡Lo logramos! —estallé de felicidad.

— ¡Sí! ¡Y ya no perderé mi apartamento! —gritó emocionada, haciéndome reír.

— ¡Sí no...! —De un momento a otro los labios de Lucero se encontraban sobre los míos.

Por un momento quedé completamente helado, pero rápidamente me alejé de ella al igual que ella de mí. Lucero me miró con los ojos abiertos al igual que yo a ella

—Ay, perdóname —dijo, apenada—. Will me emocioné y...

—No, no te preocupes, digo, ¿como no íbamos a emocionarnos?—dije sonriendo, tratando de calmarla.

No quería hacerlo un lío mayor, por que llegaría a los oídos de mi novia y lo único que no quería era preocuparla y que pensara que le era infiel.

La puerta se abrió y cerró de un portazo, a lo que ambos miramos a quien había entrado de manera asustada. Mi secretaria me miraba incrédula y enojada a la vez, confundiéndome.

Enamorado de mi Mejor Amiga ©Where stories live. Discover now