57. Alegría

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CHASE

— ¡Feliz Cumpleaños! —Maya y yo abrimos los ojos al ver a todos reunidos en nuestra casa, con cárteles y globos.

Empecé a reír al igual que mi hermana para ir a abrazar a todos los que estaban en nuestra sala. Mis ojos se posaron en mi castaña favorita y la rodeé con mis brazos con fuerza, haciéndole reír. Saludé a William y él me deseó un feliz cumpleaños con una sonrisa.

— ¿Quién ha sido el encargado de todo esto? —preguntó Maya, riendo.

Jade alzó sus manos emocionada a lo que ambos la abrazamos entre risas. Hacía más de ocho meses que no la veía, y debo admitir que se veía mucho más hermosa desde la última vez que la había visto. La castaña depositó un beso en mi mejilla y despeinó el cabello de mi hermana, quién soltó una risita.

— ¿Pero quién está listo para una fiesta?

Reí ante el comentario de mi hermano Jonathan y lo abracé. No le veía hacía más de un año y medio gracias a su trabajo como fotógrafo. Mi hermana Blanca me guiñó un ojo para luego tomar un trago de su copa de vino blanco. A pesar de no verlos mucho, sabía que estaban conmigo cuando más los necesitase.

— ¡Chase! ¿Por qué no nos tocas el piano un rato? —me preguntó mi tía Sara, a lo que todos comenzaron a alentarme.

Sonreí para sentarme en el instrumento. Subí mi mirada y mi padre me miró con una sonrisa, a lo que mis dedos empezaron a tocar aún mirándolo. Lo escuché soltar una risa al reconocer la melodía.

"Hola viejo dime cómo estás,
los años pasan y no hemos vuelto a hablar, y no quiero que te pienses
que me olvídado de ti."

Alcé una ceja con una sonrisa y pude ver sus ojos llenarse de lágrimas, lo cual me hizo sonreír. Mi padre solía emocionarse demasiado fácil con canciones que hablan sobre los padres. ¿Quién no? Quiero decir, yo también me emociono cuando las escucho, gracias a que me hacen recordar al asombroso padre que tuve a mi lado, guiándome en mi vida para que fuera un hombre de bien.

Terminé de tocar y los aplausos se hicieron presentes, a lo que sacudí mis hombros en broma, haciéndoles reír a todos los presentes. Me levanté del piano y abracé a mi padre, quién soltó una risita. Me dirigí al otro lado y abracé a papá dos, quién me sonrió.

Con mi padre Maximilian habíamos estado tratando de pasar todo el tiempo que podíamos juntos, y debo decir que sentía que ya lo conocía y sabía el gran padre que era. Había estado conmigo durante todo el tiempo de la universidad y llegué a conocer no solamente a un padre, si no también a un mejor amigo.

Le eché una mirada al pastel de cumpleaños y reí cuando mi madre me miró con ambas cejas alzadas. Sé lo mucho que le costaba estar con los padres de Jade y Diego, quienes todavía seguían molesta con ella por no haberse disculpado por lo sucedido hace años. Pero, igual le agradecía su intento.

— ¿Soy yo o algo está raro contigo? —le pregunté a Jade, a lo que ella me miró nerviosa. Alcé una ceja ante su reacción.

— ¿Yo? ¿Rara? Te parece —comentó, nerviosa. Tomó un poco de su limonada.

—Amas la champaña, ¿por qué no has probado un solo vaso? —pregunté, a lo que ella rodó los ojos.

—Quiero dejar el alcohol —se alzó de hombros. Estaba a punto de preguntarle algo más pero me interrumpió: —. ¡Nada está mal conmigo!

—Bien —reí, tomando un poco de mi vino —. Le escuché hablar a Leo con Summer de que quieren tener un bebé muy pronto.

La castaña se atragantó, a lo que yo la miré extrañado. Empecé a sobar su espalda mientras que ella tosía, confundiéndome mucho más si cabía. Jade simplemente me ofreció una sonrisa para luego desaparecer, buscando a su novio.

— ¿Qué le sucede? —le pregunté a Tobias, a lo que él se alzó de hombros.

—Sabes cómo es mi hermana, le fallan sus tornillos —comentó, haciéndome reír. Me miró con una ceja alzada —. Venga, yo creo que tú eres el raro.

— ¿Yo?

—Sí, yo creo que te falta una buena...

— ¡Tobias! —le reprochó su madre, haciéndonos reír.

—Una buena comida, madre, no seas malpensada —le dijo el castaño, divertido. Regresó su mirada hacia mí —. Deberías salir, conocer más mujeres.

Me alcé de hombros mientras asentía, a lo que mi mirada se dirigió a Leslie, quien me miraba con una sonrisa en los labios. Le devolví la sonrisa y continué conversando con el castaño, quien me estaba contando sobre cómo había hecho para aguantar el estar soltero por varios años.

—Es simple: no encuentro a la chica correcta —finalizó, a lo que yo estallé en carcajadas —. ¡Lo digo en serio! Puedo salir con chicas, sí. Pero de ahí a comenzar algo serio, no. Yo quiero que sea real, que yo esté enamorado perdidamente de esa mujer.

—Lees muchos libros.

—No, eso se llama ser paciente —rió —. No estoy desesperado por tener una novia. Creo que ella llegará muy pronto, solo tengo que esperar y no buscarla.

— ¿En serio crees en eso?

—Por supuesto. Yo creo que si voy a buscar el amor, lo ahuyentaré de mí. Mejor es esperar a que Cupido me fleche —asintió con una sonrisa, haciéndome reír —. Me ha funcionado todos estos años. Me ha salvado de varias chicas.

—Ya te llegará tu cenicienta —le aseguré, guiñándole un ojo.

—Te digo lo mismo.

—No —negué con la cabeza mientras sonreía —. Mi cenicienta llegó hace años.

— ¿Y qué sucedió con ella?

—La perdí —sonreí sin ganas, mientras que miraba a mi castaña conversar con Maya.

Tobias me miró con una sonrisa y puso su mano en mi hombro. Sé que tenía muy en claro que mis sentimientos por su hermana nunca cambiarían. Podría estar con miles de mujeres pero siempre estaría enamorado de ella.

—Muy pronto llegará la mujer que te me moverá el piso más que mi hermana —me aseguró, haciéndome sonreír —. O eso espero.

JADE

Todos estaban sentados en al sala mientras que esperaban a que William y yo les dijéramos la noticia que teníamos planeado decirles desde el comienzo. Sentía mis manos sudar y William me abrazó por detrás, a lo que mis amigos nos miraron expectantes.

— ¡Pero hombre, la hacen demasiado larga! —exclamó Adam, haciéndonos reír a todos.

Miré a William con una sonrisa y él a mí, alzándose de hombros. Ambos regresamos nuestra mirada a nuestros familiares y suspiré para dejarlo hablar.

—Bueno... —Soltó una risa nerviosa —. Jade y yo estamos viviendo el momento más hermoso de nuestras vidas y queremos compartir nuestra felicidad con todos ustedes. —Mi madre abrió la boca cuando entendió —. Jade tiene un mes de embarazo y vamos a ser papás.

Entonces, el salón se llenó de gritos de alegría.

Enamorado de mi Mejor Amiga ©Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon