27. Aquí estoy

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JADE

Empecé a moverme en la cama, ella no me estaba dejando dormir y estaba empezando a desesperarme. No quería perder la cordura, no la iba a dejar ganar.

«Chase no te ama. Él ni siquiera te aprecia, acepta la realidad.»

—No, no —susurré —. Chase me quiere, él me quiere.

«Patética, habiendo tantas mujeres sanas, ¿crees que se quedaría contigo?»

Tenía razón en aquello. El enojo comenzó a apoderarse de mí y me levanté de la cama, inquieta.

«Vamos, sal al balcón para terminar con esto de una buena vez.»

—Nadie me quiere —susurré —. Nadie me quiere... —Negué con la cabeza y me alejé del balcón —. ¡No! ¡Por supuesto que me quieren!

«Mentira, nadie lo hace.»

— ¡No! ¡Mamá! ¡Papá! —Cogí una de las tijeras que tenía en mi cajón y la apreté con fuerza mientras la miraba.

No entendía lo que me estaba haciendo aquella voz, pero era tanto mi sufrimiento que quería acabar con mi miserable vida.

«Cierra la puerta, genio.»

Cerré la puerta con pestillo en el momento exacto que sentí los pasos de Tobias. Él empezó a tocar la puerta varias veces mientras gritaba.

— ¡Jade! ¡Jade, ábreme! —Escuché más voces desde afuera y supuse que eran mis padres.

Me alejé de la puerta y me hice un ovillo en mi cama. Comencé a llorar mientras que ella seguía en mi cabeza, torturándome poco a poco.

— ¡Me quiero morir! ¡Me quiero morir! —grité, tapándome mis oídos con mis manos.

No sé cuántos minutos estuve así pero reaccioné cuando la puerta se abrió de golpe. Chase estaba mirándome preocupado, a lo que yo solamente miré la tijera que tenía en mi mano.

«Hazlo, acaba con tu vida delante de la persona que no te ama.»

— ¿Qué haces tú aquí? —pregunté, levantándome de mi cama —. ¡¿Qué haces tú aquí?!

Él alzó ambas manos y comenzó a acercarse poco a poco a mí. Alcé la mano en la que tenía la tijera y él paró de caminar, con los ojos abiertos.

—Hey, calma —susurró —. Yo estoy aquí, no le hagas caso a ella.

—Por lo menos ella sí es sincera conmigo —gruñí, escuchando una risa en mi cabeza.

«Hay veces en las que me enorgulleces, Jadeline.»

—Ella no es sincera, Jadeline. Escúchame a mí, yo que daría mi vida por ti. —Volvió a acercarse y puso su mano sobre la mía, la cual todavía sujetaba la tijera con mucha fuerza —. Yo te amo, Jade. Jamás te haría daño, jamás.

Negué con la cabeza varias veces y él asintió, quitándome la tijera de la mano. La tiró a un lado y me abrazó, a lo que yo me aferré a él como si la vida me fuera en ello. Comencé a sollozar y él acarició mi espalda.

—Aquí estoy, aquí estoy —susurró —. Jamás te voy a dejar, nunca me iré de tu lado.

— ¿Lo prometes?

—Lo prometo.

Nos separamos y fue en donde tomó mi rostro entre sus manos. Juntó nuestros labios en un delicado beso el cual no lo sentía real.

—Vamos a alejar a esa loca de tu cabeza, ¿bien? —Asentí varias veces y él volvió a abrazarme —. Bien.

— ¿No me vas a dejar por estar enferma? —Chase negó con su cabeza y beso el dorso de mi mano derecha.

Enamorado de mi Mejor Amiga ©Where stories live. Discover now