Capítulo 12

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Desde la última vez que Emma y yo nos vimos,  ella y yo estuvimos manteniéndonos en contacto mediante mensajes de texto. Ella tenía mi número gracias a la tarjeta que contenía todos mis datos, la cuál yo le había entregado ya hace tiempo. Nos escribimos todos los días y charlamos de absolutamente casi todo. Cada vez nos sentimos más cómodos el uno con el otro y nuestra confianza va aumentando gradualmente. Finalmente nos hemos vuelto amigos.

La verdad es que no sé en lo que estaba pensando aquel día en el que la dejé en su barrio y casi la beso.  Tengo que admitir que ese día estaba bastante confundido, porque le había mostrado mi lugar favorito, un lugar que no le había mostrado nunca a nadie antes, ni siquiera a Lisa. A eso hay que agregarle el hecho de que le confesé cosas muy privadas sin siquiera dudarlo, y descubrí que cuando estoy con ella puedo ser yo mismo sin tener que fingir ser otra persona para agradarle. Y casi me olvido, estaba un poco borracho.

Eso quiere decir que en realidad no la quise besar porque me gusta o porque me sienta atraído por ella, sino que confundí las cosas y me dejé llevar por mis impulsos hormonales. Al fin y al cabo soy hombre no? Pero me alegro que no haya pasado. No solamente porque eso hubiera significado que engañé a Lisa, sino también porque iba a arruinar la amistad que recién empezábamos a formar.

Ahora mismo me encuentro hablando con ella por mensaje, ya que esta mañana de hoy viernes, quedamos en que nos íbamos a encontrar en la entrada de su barrio más tarde en la noche ya que ella me quiere presentar a unas personas que conoció ahí. Acepté su invitación ya que no nos veíamos hace más de una semana, así que iré ahí justo después de la cena en la cuál me encuentro ahora. Estamos junto con Lisa, mis padres y los padres de Lisa comiendo en el gran comedor de la casa de mis papás.

Los habían invitado a comer como era de costumbre, ya que como mencioné antes, mis padres y mis suegros antes que nada son socios y luego amigos. Es por eso que siempre se juntan para charlar y mantener una buena relación entre ellos, y no hay nada que los haga más felices que sus hijos estén juntos.

Guardo mi celular en uno de los bolsillos de mi pantalón y vuelvo a poner mis manos sobre la mesa. Lisa, quién se encuentra sentada a mi lado, estira su mano y toma mi mano derecha para entrelazarla con la suya, dándome una pequeña sonrisa. Le devuelvo la sonrisa y luego de guiñarle un ojo vuelvo la mirada al frente para prestar atención a lo que nuestros padres están hablando, no sin antes tomar la copa de champagne para beber un poco.

-Bueno chicos cómo saben este año es el turno de nuestra familia para organizar la gala benéfica de invierno de fin de año, a la cuál asisten sólo las personas de alta sociedad de todo el país, cómo nosotros -se dirige mi madre hacia Lisa y a mi riendo. Los padres de Lisa igual ríen. -Es por eso que estuvimos hablando con los señores Stevenson y nos pareció que sería el lugar ideal para que anuncien su compromiso.

Cuándo mi madre termina de decir eso casi me atoro con el champagne que estaba tomando. Escupo un poco del líquido en la copa y la dejo en la mesa mientras abro mis ojos en sorpresa. Miro a Lisa, que está con las mejillas sonrojadas y con una gran sonrisa en su rostro. Yo observo a los padres de Lisa y ellos nos miran con una sonrisa de aprobación en el rostro. Miro en dirección a mis padres y veo que mi papá me guiña  un ojo y me sonríe. Mi mamá hace lo mismo. Porque todos están tan felices? Yo no quiero casarme con Lisa, no es el amor de mi vida, apenas vamos un año juntos, ni siquiera se si estoy enamorado de ella.

-Compromiso?  Mamá, ni siquiera tenemos veintiún años -hablo alzando mi voz, sorprendiendo a todos los presentes-Además, sólo vamos un año juntos, no estoy listo para casarme -digo mirando a Lisa. La sonrisa que tenía antes se le borra por completo y es reemplazada por una mueca de tristeza.

-Adam, no quieres casarte conmigo? -pregunta Lisa con voz baja, mirándome directamente a los ojos con un semblante triste en el rostro.

-Si jovencito, no quieres casarte con nuestra hija?- me pregunta alzando una ceja el padre de Lisa.

Ladrona, yo?Where stories live. Discover now