Ladrona, yo?

Capítulo 61

(-Narra Emma-)

Es increíble que a pesar de lo rápido que pasa el tiempo, aún así siento que cada día es aún más largo que el anterior.

Dos meses ya han pasado desde lo que podría ser denominado como el peor día de mi vida, sin duda alguna. A pesar de que lo he intentado, las imágenes de aquella terrible noche en la cuál perdí al amor de mi vida rondan por mi cabeza; una y otra vez, un ciclo al cual sin importar mis intentos no he logrado romper.

Cuando la policía llegó al galpón y se encargó de rescatarnos, una sensación tanto de alivio como de miedo me invadieron simultáneamente ya que si bien eso significaba que tanto Adam y yo nos encontrábamos a salvo y la pandilla de Jayden había sido desmantelada completamente; al mismo tiempo sabía que lo mío con Adam había terminado definitivamente y no había vuelta atrás.

Agradezco que los oficiales hayan llegado en el momento en el que lo hicieron, porque de otra estoy casi cien por ciento segura de que hubiéramos terminado mucho más heridos de lo que estuvimos o muertos probablemente. Y no, no creo que esté exagerando. Lamentablemente Adam se llevó la peor parte. Por lo que pude observar antes de que se lo llevaran los paramédicos, tenía el tabique claramente roto debido a la cantidad de sangre, el rostro bastante golpeado  y un disparo en el hombro; el cual por poco fue directo a su corazón. Yo tuve un poco más de suerte ya que solamente tuvieron que vendarme la cabeza para detener el sangrado debido al golpe que Jayden me propinó, y luego de una posterior resonancia magnética en el hospital cualquier contusión o daño cerebral fue descartado.

Por más que suene difícil de entender, el tener a Jayden frente a nosotros apuntando un arma directamente hacia nuestras cabezas no es el momento que más me atormenta de aquella espantosa noche. Eso no quiere decir que no temí por mi vida ni que no me causó un trauma bastante grande; pero el momento en el que no puedo dejar de pensar es en la última conversación que tuve con Adam. Para ser más precisos, en las últimas palabras que me dijo.

''Porque a diferencia de ti, no podría hacerte daño''

Esa frase resuena en mi cabeza prácticamente las veinticuatro horas del día, y el dolor que siento al recordarlas no disminuye a pesar de que ya han pasado dos meses. He meditado mucho al respecto, y puede ser que de cierta manera tenga razón. El jamás hizo nada con la intención de lastimarme, siempre se preocupó por mi bienestar y me cuidó y estuvo ahí cuando más lo necesité. También he tratado de perdonarme a mi misma, diciéndome que una vez que me di cuenta que me enamoré de él de verdad traté de dejar la pandilla para que no le hicieran daño, no he podido hacerlo. Y es porque fue gracias a mi que terminó secuestrado y golpeado. Gracias a mi sufrió una de las peores experiencias que alguien puede pasar en la vida. Gracias a mí su familia sufrió la angustia de no saber donde se encontraba un ser querido. Gracias a mi su vida se vio en peligro. Gracias a mi terminó con el corazón roto.

Pero lo que aún no puedo comprender es como alguien puede tener un corazón tan bueno y tan grande como Adam. Pese a que fui yo la que se infiltró a su vida y le dió toda la información necesaria a la pandilla para que su secuestro sea posible, aún así no me delató con la policía. Me dejó libre y no presentó cargos contra mi, y eso solo me demuestra lo mucho que me amaba y le voy a estar eternamente agradecida.

A pesar de que el mío también está hecho trizas, me lo merezco. Me lo merezco por ser una estúpida adolescente rebelde, cuyas estúpidas decisiones lastimaron a muchas personas inocentes en el camino. Es por eso que comprendo completamente el hecho de que ya no quiera verme jamás en su vida, y aunque duela más de lo que las palabras puedan describir, me hice una promesa a mi misma y esa es la de cumplir su voluntad. Si lo que él necesita para ser feliz es que yo ya no sea parte de su vida, por más que lo ame con todo mi corazón voy a tener que dejarlo ir.