Capítulo 16

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Durante el resto del camino ninguno de los dos dice ni una sola palabra. Lo único que se escucha en el auto es la leve música que sale de la radio, a la cual no le presto atención pero ayuda a aligerar el ambiente. Emma mira a través de la ventana y yo clavo la mirada al frente mientras me pierdo en mis pensamientos.

No me esperaba terminar la noche así. No estaba dentro de mis planes pelearme ni terminar en la cárcel, ni ahora ni nunca para ser honestos. Yo lo que quería era pasar una tranquila y agradable velada junto con Emma, pero todo se arruinó gracias al imbécil de su ex -novio. Y para colmo, tuve que pedirle ayuda a mi padre para que me sacara de ahí, solamente para después terminar discutiendo.

Es que para él lo único que importan son las apariencias y cuidar el nombre de la familia, ''mantenerlo en alto'', cómo él dice. Y a mí que me importaba eso en ese momento? Yo lo que necesitaba era un padre que me abrace y me de contención luego de ese horrible momento que acababa de pasar, no uno que me grite y trate de hacerme sentir mal no sólo a mí sino también a mi acompañante. Ella es a la única que tengo que agradecerle, por haberse quedado conmigo y haber mostrado una sincera preocupación por mí al ofrecerse a acompañarme hasta que lo necesite. A veces envidio su vida y lo simple que puede llegar a ser, sin ningún tipo de éstos problemas familiares ni tener que pasarse la vida preocupándose por el qué dirán de los demás.

Finalmente llegamos a mi edificio. Conduzco dentro del estacionamiento subterráneo y estaciono en mi lugar habitual de parqueo. 

Bajamos del auto y luego de que pongo los seguros caminamos hacia el elevador para uso privado de los propietarios. Lo llamamos presionando el botón y segundos después las puertas de éste se abren, dejándonos entrar para luego cerrarse detrás de nosotros. Presiono el botón de mi piso y éste comienza a subir.

Minutos después, el elevador se detiene y las puertas se abren, dándonos ingreso a mi penthouse. La dejo pasar antes que yo y luego me toca salir. Entramos y lo primero que hago es prender las luces ya que todo se encuentra oscuro. Emma lanza su bolso sobre el sofá al mismo tiempo que Alfa se acerca a nosotros para saludarnos.

A diferencia de Emma, quién se agacha a su altura para acariciarlo, yo lo ignoro y continúo caminando hasta llegar a mi habitación. La verdad es que ahora no tengo ganas de estar con mi perro ni con nadie para ser honestos. Una vez dentro de ésta prendo la luz y voy hacia mí cama. Me siento en el borde de ésta y saco mí celular. Reviso mí casilla de mensajes y aparte de los de mis amigos, tengo varios de Lisa y llamadas perdidas de mi padre. No pienso responder a ninguno en éste momento.

Me levanto de la cama y me dirijo hacia mi armario. Busco una simple camiseta blanca de cuello en V para cambiarme. Me quito la ahora inservible camisa celeste y la lanzo al suelo.

-Perdón, no sabía que estabas cambiándote- escucho la voz de Emma detrás de mí.

Me doy la vuelta y veo que se encuentra parada en el umbral de mi puerta, y no sé si son imaginaciones mías pero podría jurar que está observando mi trabajado torso con detenimiento.

-No sabía que ibas a entrar, pensé que me esperarías en la sala- hablo mientras me pongo la camiseta, lo que hace que se espabile y cambie de postura, mirando a mis ojos esta vez.

-Sí, iba a hacerlo solo que se me ocurrió venir para ofrecerme a curarte las heridas.- dice mordiéndose el labio.

-No, estoy bien, en serio- rechazo su oferta.- Son solo unos cuántos cortes, ya ni siquiera me duele.

-Deja de decir que estás bien cuando obviamente no es así- señala mi rostro con una de sus manos. Tan mal me veré?- Tienes un botiquín de primeros auxilios?

Ladrona, yo?Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora