Capítulo 30

1.9K 140 9
                                    

La verdad es que ni siquiera sé cómo describir el día que viví ayer, probablemente el más extraño de toda mi vida. Si creí que recibir la noticia de que voy a tener un hijo iba a sorprenderme y cambiarme la vida por completo, estaba totalmente equivocado. Nada se compara al enterarme que tengo un medio hermano.

Quién podría habérselo imaginado? Es decir, jamás se me cruzó si quiera por la cabeza el que tuviera uno, y ahora que lo sé no sé cómo sentirme al respecto. Por un lado me encuentro realmente feliz de saber que él me buscó y se interesó en encontrarme para que nos conozcamos, ya que siendo totalmente honesto siempre quise un hermano. Ser hijo único no es nada fácil, y menos aún cuando tus padres trabajan todo el día y te tienes que quedar en tu casa completamente solo y aburrido acompañado solamente de tu niñera y el personal de servicio. 

Pero por otro lado, todo esto significa que mi padre es aún peor persona de lo que pensaba. Quién en su sano juicio abandona a su hijo inclusive antes de que nazca y ni siquiera se dignara a conocerlo tan sólo una vez. Es decir, qué persona con  corazón puede hacer eso? Creo que jamás le voy a poder perdonar que nos ocultara algo así. Con solo imaginarme lo que Axel debió sufrir sin tener un padre a su lado para que lo guíe, lo acompañe y lo ame durante toda su infancia y su adolescencia me siento mal y en parte culpable. Culpable porque yo si recibí todo eso de mi padre en cierta forma, por lo menos lo tuve presente, y mientras tanto Axel sufría al no tenerlo. Es cómo si yo se lo hubiera quitado. Algo que también me pregunto es si mi madre sabe de esto. Quiero creer que no, pero si lo hace realmente no sé cómo puede vivir tranquila y bajo el mismo techo de un hombre que tuvo un hijo con otra mujer y lo abandonó sólo por dinero. 

Recién ahora que me encuentro recostado en mi cama recién levantado es que puedo pensar con calma y analizar toda esta situación, ya que ayer traté de apartar todo eso de mi mente para simplemente disfrutar de mi primer día junto a mi hermano. Dios, todavía me siento raro al decirlo.

Toda la tarde la pasamos juntos y para mi sorpresa y felicidad nos llevamos realmente bien para ser un par de extraños que no sabían absolutamente nada el uno del otro, ni siquiera de nuestra existencia para que se hagan una idea. 

Le mostré todos los lugares de la ciudad atractivos para los turistas. Fuimos al acuario, al puerto, al Museo de Bellas Artes, al Museo de la Ciencia y terminamos el día yendo al Estadio Fenway a ver un partido de béisbol de los Boston Red Sox, quienes no solamente son el equipo local, sino que también es mi equipo favorito. Nos fue bastante fácil conseguir las entradas ya que mi padre es amigo del dueño del equipo, por lo que decidí aprovecharme de eso y pedírselas. Pero aunque Axel sea de los San Francisco Giants disfrutamos mucho del juego. Durante todas las horas que pasamos, pudimos conversar bastante y llegarnos a conocer bastante. Nos contamos muchas cosas el uno del otro y se podría decir que ya entablamos una amistad bastante sólida. No sé cuanto tiempo se quedará en la ciudad, solamente espero que durante ese periodo logremos que la amistad llegue a sentirse y transformarse en una hermandad, ya que finalmente eso es lo que realmente somos: Hermanos.  Evité el mencionar a mi padre en todo momento ya que no quería que haya ningún momento incómodo, ya que es bastante obvio que él no quiere saber de él y es completamente entendible. Yo tampoco quisiera hacerlo. Pero sé que en algún momento van a tener que verse, así que habrá que esperar hasta que sea el momento adecuado.

Decido que ya es hora de levantarme de la cama, a pesar de que es sábado, ya que aparte de que ya es algo tarde quisiera hacerle el desayuno a Axel a modo de bienvenida si podría decirse. Me pongo de pie y antes de salir de mi habitación me pongo un pantalón de chándal negro y una musculosa blanca. Tomo mi celular y lo guardo en mi bolsillo.

Una vez estoy listo, salgo de mi habitación y ya en el pasillo me sorprendo al ver la puerta de la habitación de huéspedes abierta. Me asomo por ésta y veo que no hay nadie en la cama y ésta se encuentra perfectamente tendida. No hay rastro de Axel por ningún lado y me asusto al pensar que se puede haber ido. Acaba de llegar a mi vida y ahora que lo conozco no creo estar preparado para que se vaya.

Ladrona, yo?Where stories live. Discover now