Capítulo 52

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El sonido de la estruendosa alarma se hace presente en mi habitación, causando que me despierte a pesar de que me hubiera gustado seguir durmiendo mucho más. La diferencia de hoy con el resto de los días de la semana, es que mi este es un día muy importante que va a cambiar mi vida por completo: Voy a mudarme con mi novio. 

Jamás se me había cruzado por la cabeza siquiera el hecho de que a mis dieciocho años de edad me iría a vivir con mi novio, y mucho menos que él sería tres años mayor que yo. Es un paso bastante grande en mi vida, por más de que en realidad lo esté haciendo para proteger de mi familia y sea una situación en la cual no me queda otra opción, es un hecho que verdaderamente me asusta pero me emociona a la vez.

Voy a dejar la casa de mis padres. Voy a alejarme de ellos y de mis hermanos y voy a estar por mi cuenta, construyendo mi propia vida y tomando decisiones que requieren de madurez. Qué si tengo miedo de que algo salga mal? Claro que sí. Pero luego de meditarlo toda la noche llegué a la conclusión de que es lo mejor que puedo hacer. Hay que salir de tu zona de comodidad. Sólo vas a poder crecer si estás dispuesto a sentirte incómodo y raro al intentar algo nuevo, y eso es exactamente lo que yo voy a hacer.  Y para ser honesta, a pesar de que estamos juntos hace tan solo un par de meses, no puedo esperar para vivir con Adam.

Cada día que pasamos juntos, sufro cuando llega el momento en el que tenemos que separarnos y cada uno tiene que irse por su lado. Eso es lo que más me alegra de que vayamos a vivir juntos; que no voy a tener que alejarme de él. Y si, puede que suene un poco obsesivo pero es la realidad. Quiero pasar a su lado cada minuto del día, porque cuando estoy con él todo lo malo desaparece y me siento la mujer más feliz del mundo. Y con tan solo imaginar cómo va a ser el compartir departamento una sonrisa se dibuja en mi rostro. No puedo aguantar a que llegue el momento en el que en vez de decir ''Es tarde, me tengo que ir'', diga ''Es tarde, vamos a la cama''. Quiero quedarme dormida a su lado, y despertar para ver esa tierna sonrisa que tiene cuando abre los ojos. Nunca voy a tener un mal inicio de día, porque él va a ser el inicio perfecto. Voy a poder darle la cantidad de besos y abrazos que quiera, y aún así se que no voy a tener suficiente de él.

Tres toques en mi puerta me sacan de mi ensoñación y hacen que abra los ojos de golpe, cómo si me hubieran lanzado un balde de agua fría. Giro mi cabeza y miro en dirección a mi mesa de noche y observo la hora en el reloj, ya estoy un poco atrasada para llegar al colegio.

-Emma, levántate cariño. Si no te apuras no llegarás a tiempo.- habla mi madre del otro lado de la puerta y yo no puedo creer que sea ella en realidad ella y no una de las amas de casa la que se está encargando de levantarme.

-Claro mamá, ya voy.- respondo con una sonrisa dibujada en mi rostro. Es la primera vez en mucho tiempo que ella se encuentra aquí en la mañana y no se va a su oficina sin decir nada.

Escucho el sonido de sus tacones al alejarse y yo no quiero perder más tiempo, así que me quito las mantas y me pongo de pie para después caminar directamente hacia mi baño para darme una ducha, la última que voy a darme en esta casa.

No tardo mucho y cuando salgo, envuelvo mi cuerpo y mi cabello en una toalla respectivamente para después ir hacia mi vestidor y ponerme el uniforme. Una vez estoy vestida, busco el abrigo con el logo de la escuela al igual que la bufanda ya que afuera hace bastante frío. Cuando estoy lista, me cepillo el cabello y esta vez decido dejarlo suelto. Luego de eso me cepillo los dientes y me maquillo de la misma manera que lo hago todos los días.

Finalmente termino y camino hacia la puerta de mi habitación y me agacho para tomar mi mochila y seguidamente colgármela en uno de mis hombros. Abro la puerta y salgo de mi cuarto para después atravesar por última vez el pasillo antes de ir a la escuela. Avanzo hacia las gradas y luego de bajarlas camino hacia la cocina.

Ladrona, yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora