Capítulo 48

1.5K 94 8
                                    

Sorprendentemente y a diferencia de los últimos días, pude dormir absolutamente toda la noche sin despertarme en ningún momento; y sólo se me ocurre un motivo por el cuál esto fue posible: Emma. El que haya dormido a mi lado al parecer hizo que el dolor desapareciera por un momento y me sienta a salvo y completo nuevamente. Es lo mismo que sucedió ayer cuando me abrazó, ella hizo que me sienta bien y que todas mis piezas vuelvan a unirse... lamentablemente no puede lograr que el dolor se vaya definitivamente y sinceramente no creo que lo haga nunca.

Estiro mi brazo hacia un costado para abrazar a Emma pero no hay nadie y me doy cuenta que la cama se encuentra vacía al no sentir nada más que el colchón. Abro lentamente los ojos acostumbrándome a la luz que se filtra por la ventana de la habitación hasta que finalmente los abro por completo y observo a mi alrededor. Efectivamente, no hay rastros de Emma por ningún lugar.

Me asusto por un momento. No podría soportar el que ella se vaya otra vez y me deje, eso terminaría de destrozarme. Me pongo de pie y veo que la ropa que traía puesta ayer aún se encuentra en el suelo de la habitación y eso hace que me tranquilice y suelte un suspiro de alivio. Camino hacia mi vestidor y me pongo un pantalón de chandál plomo y encima una camiseta manga corta negra. A pesar de que afuera está helado por las bajas temperaturas y la nieve, la calefacción del departamento hace que este se mantenga caliente.

Termino de vestirme y hago mi camino hacia la puerta de mi habitación para salir de ésta. A medida que voy avanzando a través del pasillo, escucho música provenir desde la cocina y si no me equivoco la canción que suena es ''No Money'' de Galantis. 

Llego a la cocina y me apoyo en una de las paredes observando a Emma, quién se encuentra bailando al ritmo de la canción utilizando solo la camiseta que le di ayer, con su cabello en un desordenado moño, mientras prepara lo que se ve como unos deliciosos panqueques sin darse cuenta de mi presencia. Sonrío al mirarla tan despreocupada y relajada, y es la primera vez que lo hago sin tener que fingir. Se ve tan graciosa pero a la vez tan adorable haciendo esos movimientos que intentan ser pasos de baile pero no llegan a serlo que que me hace querer abrazarla y no soltarla nunca más.

Al parecer dejo escapar una pequeña carcajada ya que ella se detiene y mira en mi dirección. Inmediatamente va hacia el reproductor de música, el cuál si no recuerdo mal se encontraba en algún lugar de la sala originalmente, y lo apaga cortando la música. Se gira para verme y sus mejillas se encuentran sonrosadas y ella me dedica una sonrisa que demuestra lo avergonzada que se encuentra por haber sido encontrada por mi en ese momento.

-Adam... no sabía que ya estabas despierto.- dice apoyándose en la encimera al mismo tiempo que yo me acerco a ella.

-Acabo de despertarme- hablo una vez que estoy frente suyo.- Te ves tan tierna cuando te sonrojas.

Ella muerde su labio inferior y aparta la mirada avergonzada. La tomo por la barbilla y hago que me mire.

-Quise levantarme temprano para prepararte el desayuno. Ya sabes, para agradecerte el que me dejes quedarme aquí- habla finalmente.

-No tienes porque agradecer. Puedes quedarte el tiempo que quieras, eres más que bienvenida.- acaricio su nariz con la mía suavemente.- El tenerte aquí es suficiente.

Rompo la distancia que nos separa y uno nuestros labios en un tierno beso que ella inmediatamente corresponde. Si hay algo de lo que nunca voy a llegar a cansarme es de besarla. Sus labios son tan suaves y cada vez es diferente a la otra, ninguna es igual y cada beso me hace experimentar emociones que no sé cómo explicarlas.

-Cómo te sientes?- me pregunta acariciando mi mejilla una vez que nos separámos.

-He estado mejor- es lo único que respondo ya que ni siquiera sé bien cómo me siento.

Ladrona, yo?Where stories live. Discover now