5 el camino al honor

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Hamish sabía que le esperaba la muerte paso huyendo por 2 años pero los amigos como bien había dicho a sus cómplices ahora lo creían una carga y tener un enemigo como el Obscuro no era nada atractivo así que pronto se encontró regresando a sus tierras para dejar a su sucesor.

Sentir la sombra de la muerte soplando en su nuca no era algo favorecedor y dejó a su paso el mismo destino, arrepentirse ahora no serviría de nada, en realidad sólo se arrepentía de su fracaso, no de haberlo intentado, con un poco de astucia podría lograr una muerte piadosa, tenía hija preciosa tanto como astuta tal como su padre le había criado. Una pelirroja tan preciosa como su madre lo fuera en vida una deidad de la época, con un busto prominente, alta, esbelta, de ojos verdes, con rizos tan largos que llegaban por debajo de su cadera, con gusto sutil pero atrayente. Una mezcla de palabras donde el mayor peso cayera en los MacLane era la estrategia que tenía pensada y entonces su hija Lorna​ podría hacer realidad sus sueños(con un poco de suerte), casarla con un temible Laird y su poderío crecería, ahora lo veía de otra forma, todo tan claro, siempre era bueno darle tiempo al diablo, su hija Lorna sería Dalila y Duncan sería Sansón, la historia estaba escrita de mujeres que lograban lo que ni mil ejércitos, a sus 18 años estaba en flor y con su instrucción sería la más poderosa.

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Octubre 1567

— ¿por qué le permites la entrada a esta casa papá?

Miró con desprecio al hombre que se encontraba sentado a un lado de su Padre, lo vio moqueando como un chiquillo, aquel que le enseñará a lanzar flechas como ninguno y el rostro del hombre se desdibujó en un dolor más que palpable en el aire; bajó el rostro y de haber lodo lo hundiría ahí mismo para no encontrarse con esa mirada de reproche.
— ¡Condenado, no fuisteis capaz de levantar tu tierra y decidiste hundir la nuestra!

— ¡Basta! - su padre lo miraba con ojos llorosos, nunca esperó que su amigo le diera la cara para implorar su perdón, suplicando no por él sino por la vida de sus hijos uno de los que ahora le miraba con tanto odio como amor y respeto le pródigo desde su infancia.

—Te perdono.
— ¡¿cómo puedes perdonarlo!?
— ¿Acaso no hacerlo me salvará de mi destino?
— Yo también buscaré venganza -dijo el valiente muchacho. Kerr Payton MacLane aunque joven era valeroso y la amenaza de la que pendían le dolía pero estaba dispuesto a luchar por la vida de los suyos.
— Es su derecho y es nuestro destino por hacer un mal tan grande a hombre tan justo, si quieres que en la eternidad viva en lamentos lo harás pero si quieres que descanse en paz, solo procurarás el bien de los tuyos y no olvidar la lección nunca.
— Padre -susurró.

Los ojos de Kerr Payton MacLane se aguaron, lo dejaba sin derecho a réplica ¿cómo su padre terminó envuelto en ese embrollo?, tomó por el cuello al hombre que ni siquiera hizo intento de defenderse.

— ¡Kerr Payton basta! ¡Crees que jamás te has equivocado, crees que acaso nunca cometerás un error!

— No, se trata de empezar una guerra.

— Que Dios así lo quiera pero no solo una gran equivocación ​lleva a una guerra, sino a perder a un amigo, a un hermano, a un padre, un hijo, una esposa o una vida. Mientras tanto permíteme decirte que es bueno perdonar.

Un asentimiento en forma de pedir que continuará con su reflexión fue su única respuesta, estaba dolido y aterrado, no quería que su padre muriera, (lo torturarían) sobre todo temía por su hermana Cait Ailein. No aprobaba que su padre se entregara en cuanto el Obscuro llegará a sus tierras reclamando venganza.
— Mi amigo, mis amigos -corrigió- se han equivocado, como tal es la naturaleza del hombre. Ahora por ellos muchos están sufriendo. Yo hoy sé que perderé a mis tres mejores amigos, mis hermanos, es suficiente pago pero aquel que está herido no lo entenderá.

El joven lloró con el corazón blando, aquel que estaba frente a ellos había puesto a su padre en jaque, era el mismo que siempre consideró una guía de aprendizaje de batalla, un amigo de vida, como un hermano de su padre, lo quería cual si fuera su sangre misma, su padre mantuvo al margen a su familia de todo el asunto así procurando que su ira recayera solo en él, el Obscuro Duncan Ervyn Mackenzie buscaba no solo la muerte sino el sufrimiento de cada uno de ellos, la razón.... simple... una reunión sin grandes amenazas resultaba la agonía de su padre.

En realidad sola la invitación de los más confiables clanes, con el objetivo de la persuasión, manipulación e intimidación, dejarlo en un callejón sin salida, más no se esperaban los clanes de Fraser, Grant y MacNeils que Laird Kenzie Gilmer Mackenzie se negará a desproteger a sus amigos y no tan amigos a los clanes a los que siempre protegía por tan poco, ni mucho menos que desatarían la furia de un guerrero que tan solo aparentaba ser un muchacho inofensivo.

—Mathe regreso a sus tierras con el corazón deshecho, más valdría la ruina de su familia con honor que todo lo que ahora les deparaba Kerr Payton tenía razón, no merecía su perdón y aunque deseaba colgarse él mismo, aguardaría paciente a la ira de Duncan Ervyn, aunque dudaba que todo su furia pudiera limpiar su conciencia, no dejaría solos en la muerte a sus hermanos, probablemente también la vida de sus hijos peligraban, la muerte de su amigo y hermano Cam, el dolor de sus hijos Ailein y Kerr y también la incertidumbre, solo pensar en ver morir a sus hermanos a fuego, o despellejados, cada cualquier que iba dejando a su paso servía para aterrar al que quedaba. Duncan Mackenzie era el terror, después de acabar con ellos ningún otro se atrevería a siquiera pensar en mirarle al sanguinario Guerrero Obscuro. Nunca se imaginó Escocia que de un Clan tan noble saliera un guerrero sin misericordia, se rumoreaba que la muerte de hijo de Grant había sido la misma del padre, pero que no le dejo colgado en el mismo lugar para que su alma no tuviera descanso y dejó a la madre vivir para que viviera para maldecir cada día de su vida a su esposo y este jamás encontrará descanso a su alma, a la vez que Duncan Ervyn pedía ser maldecido por ella, por qué eso calmaría su ira o la aumentaría.

Se decía también que al hermano quemado le había arrancado manos y pies antes quemarlo y arrancado manos y pies al otro antes de morir.

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El Obscuro acampaba ya muy cerca de las tierras Menzeis. Muy de madrugada cuando le tocó dormir y dejar su guardia a otro.

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¿Qué le deparara al Guerrero Obscuro en su camino a la venganza? ¿Cómo será el fin de los hermanos Menzeis?

La Obscuridad Del LairdWhere stories live. Discover now