La Obscuridad Del Laird

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El día de la boda llegó y tan pronto se terminaron las celebraciones Duncan tomó a su esposa algunos hombres y partieron rumbos a las tierras de su padre como le había prometido a Cait, el corazón parecía salirse de su pecho Cait aún no podía creer, en cuanto acamparon en las mismas tierras en donde habían acampado cuando Duncan la había llevado, se agolparon los recuerdos, se preguntaba cómo había llegado a quererlo, Duncan sabía que el lugar tenía recuerdos poco agradables.

— Ailein olvida todo lo malo, por favor.

Ella no dijo nada, estaba inmersa en los recuerdos, pronto se encontraron en su tienda y el temor de Duncan de que Cait no lo perdonaría si el viejo no se salvaba se instaló en su pecho, así que la atrajo hacia él deseándola con desesperación.

Cait se sintió pequeña ante su deseo voraz, no la estaba tratando como otras noches y ella está más sensible que nunca, para cuando le sintió entrar en ella sus ojos rebozaron en lágrimas y un gemido de dolor le aviso a Duncan que le estaba haciendo daño.

—Cait lo siento -dijo con una voz ronca llena de contención y angustia.

—Me duele, otra vez me duele.

La envolvió suavemente e hizo un enorme esfuerzo por calmar su miedo de no volver a tenerla, había lastimado a su esposa en la intimidad de nuevo, Cait no lo entendía, pensaba que ya no dolería.

—Lo siento yo olvide que debo tener cuidado.

Cait lo miro con sorpresa.

—Yo tengo que ser cuidadoso para no lastimarte.

Ella lo miró en silencio.

—Un hombre puede causarle daño a su pareja si es egoísta, yo lo he hecho.

—Quiere decir que pudiste evitar que me duela.

—Al principio no, pero ahora puedo, sé que eres estrecha y si hago algo como lo que he hecho ahora no lo disfrutarás.

—Yo no esperaba que me doliera, yo... -dijo tímida- yo quiero tenerte.

Duncan le regaló una sonrisa una de las más bellas que ella jamás había visto, entonces se amaron tiernamente.

****
Fortaleza McLane

Kerr se paseaba inquieto, su padre estaba enfermo y tenía miedo de perderlo de quedarse solo, como deseaba tener a su hermana en casa, su corazón le decía que su padre jamás habría enfermado si Cait estuviera ahí.

***

La distancia para llegar a McLane era mínima y el corazón de Cait latino fuertemente solo cuando estuvo aquella fortaleza a su vista lo pudo creer. Kerr sintió en su corazón lo mismo que su hermana así que antes de que pudieran anunciarse él estaba a las puertas esperando por ella. El encuentro fue emotivo se habían abrazado tan fuertemente que parecía que podían fundirse en uno como una estatua.

En cuanto la soltó miró a Duncan con desprecio y desconcierto que hacían ahí.

—Quiero ver a mi padre -dijo Cait y sin más salió corriendo a buscarle pero tras dar vuelta a los lugares donde él podría estar a esas horas regreso con Kerr.

— Papá está enfermo, está en cama Cait.

Kerr pasó todo ese tiempo midiéndose con Duncan en un silencio de muerte tratando de encontrar respuestas sin decir palabra.

Cuando Cait mostró su rostro desencajado y con evidente reproche hacia Duncan, se dio cuenta de cuanto le amaba como para permitirle volver a McLane, salieron detrás de ella hacia la habitación del viejo Laird.