29 consecuencias de un beso

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Duncan Ervyn y Ferris estaban de camino al invernadero cuando el Laird fue solicitado por Caileas que llegaba de su luna de miel.
— Ve por Merebith, quiero presentarla cuanto antes con Nerys.

Ferris gruñó por qué no la soportaba según Duncan ella sería su esposa y solo faltaba hacer el anuncio oficial, eso era un absurdo, primero porque según entendía ella no tenía conocimiento, segundo por qué él no la soportaba y tercero... Tercero.... La muchacha se estaba besando con un mocoso de ni siquiera tres pelos en el pecho, que clase de señorita pervertida era, ¡aah! pero está no sería azotada por seducir al chico. No podía creer lo que sus ojos estaban viendo, tan absorto estaba en sus pensamientos como probablemente ellos en aquel encuentro reaccionó de inmediato y dijo:

— ¡¿Que están haciendo?!

Kendrew estaba tan rojo como la pobre Merebith, que instintivamente se resistió al beso pero con osadía Kendrew le había tomado de la cintura haciéndola bajar más de lo que hubiera querido quedando tendida en la banca, lo que hizo ver la situación más comprometedora de lo que se pretendía; hasta ahora Merebith paseaba del brazo de Kendrew por cualquier lugar sin ninguna carabina pues se le tenía por un chiquillo así que no que se le cruzó por la mente que pudiese ocurrir algo así.

A Ferris no le gustó nada, está que sería su esposa, resultaba ser una mosca muerta (cosa que siempre se había imaginado y ahora podía confirmar), ¡pero por todos los antepasados de los Mackenzie que si no podía evitar casarse con ella le haría la vida miserable!

— Ferris ¿qué haces aquí?
— ¡¿Tú qué haces besando a la "respetable señorita" Merebith?!
— Ferris no te dirijas de esa forma hacia Merebith.

El rostro rojo de la chica pronto se vio empapada en llanto, bajo la cabeza y escondió el rostro con un pañuelo, la estarían tomando por la peor de las mujeres por no darse cuenta de las intenciones del chico que ella veía con un niño sumamente encantador, le habían robado su primer beso por la fuerza, la había tendido en una banca y... por la fuerza que Ken puso sobre ella sentía que de no haber llegado Ferris más que besos le hubiera dado, si desde que posó su mano en la cintura, había sentido como si traspasara la tela con su calor, era demasiado para el momento, de un momento a otro se perdió toda aquella ambiente agradable que se respiraba cuando paseaba con Ken, ella era una chica bien educada y debió ser más prudente y cuidadosa pero no, ella siempre era así, confiada y dulce.

— No me vas a decir tú a mi como debo tratarla Ken, cuida tu boca y tus manos. Usted "señorita" -soltó con desprecio- retírese y nos veremos con Duncan en un par de horas en el salón de música para "tocar" el tema.

— No Merebith -dijo Kendrew queriendo ser más grande, más fuerte y varonil que Ferris pero fue inútil, Merebith Cornbac salió de escena llorando.

Entonces se midió con Ferris, él era un muchacho de casi 1.70 de estatura pero Ferris tenía más de 1.85 el cuerpo de hombre curtido en la batalla y los años, experiencia y autoridad que a él le faltaban, no era más que un muchacho que quería defender lo indefendible, el honor de la muchacha estaba en juego.

Pero besar esos labios era la mejor experiencia de toda su vida y no se arrepentía salvó de ser inexperto y de que no fuera correspondido, todo era maravilloso, se recreó el momento que la tomo de la cintura y como habían bajado hasta terminar recostándola, ella había tratado de evitar aquella situación, suspiró totalmente enamorado, aquella erección palpitante lo confirmaba...

Así como se mantenía eufórico por la adrenalina del momento, de forma súbita todo desapareció probablemente acaba de perder a la chica para siempre; su confianza, su amistad, su respeto y cariño.

— Te prohíbo que te acerques a ella, ahora hablaremos con el Laird sobre esta situación.
— Es difícil de entender que la amo, que me gano la pasión.

Ferris abrió la boca para decir que era un idiota y que no podía estar enamorado de su mujer "mujer" una mueca irracional se formó en sus labios al pensar en ella como su mujer.

— No la amas Ken hace un par de meses atrás estabas enamorado de Yvaine, son caprichos de pubertad, así que aléjate de ella o saldrás lastimado.

A Kendrew le tembló el labio inferior pero no era el momento de portarse como un niño.

— Si es necesario me casare con ella.
— Ken ella ya está comprometida -lo dijo muy lentamente para que le quedará claro solo faltó decirle con quién.

La noticia no le cayó muy bien y salió corriendo de ahí para no ver a Ferris regodeándose en su desgracia. Y a su vez salvaguardar su dignidad atropellada fácilmente por aquellas palabras y llorar como el niño que aún era.

Duncan espero impaciente por la muchacha que no llego nunca solo una Ferris malhumorado como nunca en su vida.

— ¿Donde esta Merebith?
— En su habitación.
— ¿Se siente mal?
— Probablemente
— No me gusta tu actitud.
— Ni a mí la tuya.
— ¡Basta!, ¿qué capricho es que traes?
— ¡No me quiero casar con esa!
— Mide tus palabras Ferris. -dijo apretando los dientes.
— La encontré besándose con... -decidió callar o sería una burla
— ¿Con quién?
—Eso no importa sólo importa que la tenía debajo y ella no parecía resistirse.
— Merebith no es ese tipo de mujer Ferris.
—Ferris cálmate, -dijo Nerys en tono conciliador.
—No me casaré con ella Duncan, no lo haré.
Caileas abrió la boca como pez eso no se lo esperaba.
— Aclararemos esto con ella Ferris y desde luego que te casarás ya le he dado informes a su padre sobre el compromiso y él me ha dado la fecha las amonestaciones ya están corriendo (lo último era mentira, claro que eso Ferris no tenía por qué saberlo). Maldijo todo lo que pudo y le dijo que lo veía en el salón de música junto a Merebith.

Caileas y Nerys preguntaron sobre el asunto de Merebith.

— Ella no es de ese tipo si lo fuera su estado de salud no fuera delicado.
A qué te refieres preguntó con interés Nerys.
Al terminar la charla está se quedó pasmada.

*****
Cait no había salido los últimos días por qué no soportaba como su marido se comportaba cuando Merebith estaba cerca, debía recomponerse y salir, Merebith siempre le alegraba el día y siempre trataba de hacerla sentir mejor, cuando a Duncan se le olvidaba darle un cumplido que era casi siempre Merebith siempre tenía palabras dulces para ella, para su sorpresa Nerys entro en su habitación esa misma tarde, traía un precioso vestido chedrón y en sus ojos un brillo especial.
— ¡Nerys!
— Ailein Mackenzie por qué estás tan decaída, tu esposo dice que estás enferma pero yo no lo creo.
— No es nada Nerys, -el dolor que vio en Cait le rompió el corazón, Duncan Ervyn cada día era más agresivo con ella.
—Veo demasiado dolor en tus ojos, más que antes.
— Nerys, ya no soporto estar aquí, extraño a mi padre, a mi hermano, a mi gente, sentirme querida, aceptada, no soy yo, y nada de lo que soy es suficiente -lloró todo su dolor y Nerys termino llorando con ella- él me compara a cada instante con ella y no lo soporto, no la oído, que culpa tiene ella, me culpo yo, que no supe escuchar los consejos de mi padre.
—Cait no llores así, aquí te queremos todos, menos ese bruto, pero hasta él te quiere aunque sea un poco lo sé, lo conozco, no le des importancia.
— No puedo Nerys, no soporto que no me quiera, antes no me importaba pero ahora me importa tanto.
Nerys acarició el cabello de la muchacha hasta que se calmó guardaron silencio hasta que llegó la hora de la cena se dispusieron a salir.

Nerys estaba muy preocupada por su estado, la muchacha era buena, no entendía que sucedía, desde que ella se había casado le era imposible pensar en no dormir al lado de su esposo, sus brazos eran la almohada más cómoda que jamás imaginó, la intimidad una delicia y, muy a su pesar estaba enamorada de él, se dijo que quizás para Duncan era fácil como en muchos hombres poseer a una mujer y no quererla y se entristeció por Cait, si ella no había logrado dar luz al corazón de Duncan Ervyn Mackenzie, nadie lo haría.

Bajaron y se encontraron con una Merebith Cornbac con ojos enrojecidos, eso activo las alarmas en Cait que la tomó de la mano en señal de apoyo, debía esperar a que terminara la cena para preguntar.

La Obscuridad Del LairdWhere stories live. Discover now