34 la feria parte 2

4.3K 512 23
                                    

Se había olvidado decir algo sobre la feria, se había olvidado por completo de la maldita feria, solo ella estaba en sus pensamientos, la vio dubitativa respecto a él, seguramente estaba agotada porque pronto se quedó dormida, él se relajó cuando ella comenzó su suave ronquido, quería su confianza y su cariño, él sabía respetar a una mujer, así que se pensó todo lo incorrecto que había hecho con ella, como había llegado a "eso" con ella, entonces recordó a Lorna o como se llamase, cuanto odio se había instalado en su pecho gracias a aquella mujer y ahora había descargado parte del odio en Cait.

Quería tocarla, no como antes sino con cuidado, con cariño solo pasar sus dedos en su rostro; se detuvo, no quería que ella se sobresaltara, ni con el gesto más inocente que él tuviera. Se quedó casi dormido admirando su aspecto angelical. Se removió un poco y lo alertó, comenzó a quejarse, tenía pesadillas y sabía que sus pesadillas se debían a él.

Pronto la abrazo y la acunó en sus brazos diciendo:
— Tranquila pequeña no te haré daño, ya no, lo prometo. Su esposa encontró consuelo en aquellas palabras que pronto se quedó tranquila.
Ambos despertaron abrazados.

Cait estaba envuelta en unos brazos protectores recordó esa sensación hacía mucho que no lo experimentaba y se sintió bien, no abrió los ojos, sabía que estaba equivocada, no podía ser ni Kerr​ ni Dave, ni su padre. Su aroma estaba ahí, era él, lloró, como anhelaba sentirse realmente protegida y querida, muy internamente deseaba sentirse querida por él; le tenía miedo era tanto lo que sentía que lloró en silencio mojando la piel de su esposo que se había mantenido quieto para que ella no se tensara, cuando sintió su cuerpo humedecido por sus lágrimas hablo:
— Buenos días Cait.
Esta trato de recomponerse.
— Lo siento, no he querido molestar.
— No lo haces -le limpio las lágrimas con los dedos con sus grandes manos apoyadas en su rostro.
Ella lo miraba apenada. Parecía turbada de su presencia y cercanía, Ervyn atribuyó que era rechazo, no se daba cuenta que ella necesitaba cariño y que estaba asustada.
— Ya no quiero que estés encerrada o limitada para salir, te invito a la feria. -quería que dejará de rechazarlo y distraerla de los recuerdos desagradables que fueron provocados por él.
— ¿La feria? -lo logró.
— Sí, hoy habrá feria. Ayer llegaron, la estaban instalando empezara hoy, habrá mucha gente.

Cait sonrió, le daba libertad de ir a un lugar público y concurrido y... ¿quería pasar tiempo con ella?

— ¿Merebith y Ferris también irán?

— No - fue todo lo que respondió algo serio, ella lo notó. Así que agregó.

— Merebith me agrada.

— Ferris también hasta donde sé.

— Un poco.

Sonrieron a tan mal disimulado gesto de deferencia, el pecho de Duncan se hincho ante el gesto de Ailein de restar importancia a Ferris en su presencia, jamás lo hubiera imaginado. Todo de ella le gustaba, le gusto que Cait tratara de relajarse con él, así que ya no quiso dar más importancia a Ferris.

Desayunarían juntos no le gustaba verle incomoda pero lo entendía, la vio hacer una mueca de dolor al sentarse. Rememoró su acto, era una mezcla de recuerdo doloroso y placentero, del cual se avergonzaba.

Los ojos verdes de Cait Ailein brillaron al ver el platillo, eran champiñones, tostadas, tomates fritos y bacón. Todo era típico, estaba también un pastel de patatas el desayuno que era una combinación típica en su hogar allá con los MacLane junto a su padre y hermano se soltó a llorar, los quería, los extrañaba mucho, demasiado, si Dave estuviera ahí estaría muy avergonzada de ahora ser mujer, él se reiría de ella por sus rubores, Kerr la abrazaría y no diría nada, su padre estaría feliz, ausente de sus cosas pero dispuesto a escuchar y ayudar en lo que necesitara.

La Obscuridad Del Lairdحيث تعيش القصص. اكتشف الآن