31 consecuencias de un beso parte 3

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—Duncan me gustaría salir a cabalgar con Cait por la mañana y contigo si quieres acompañarnos.
— Ambos podríamos - respondió Duncan.

Cait no podía creer lo que acababa de escuchar, solo era que Merebith pidiera algo y Duncan se lo concedía.

— Recuerda que tenemos trabajo con Caileas y Andreas, que llegara. - dijo Ferris tratando de evitar contacto con su futura esposa. La boda se realizaría en unas semanas ya que no podía evitarlo pero no haría el papel de tonto enamorado cuando no la soportaba.

— Lo siento chicas tendrán que dar su paseo solas, veré si Thorpe puede acompañarlas.

Definitivamente eso sonaba genial, Cait no deseaba ir con Duncan no deseaba tenerlo cerca, las manos comenzaron a sudarle y tuvo el valor de solicitar que la disculparan porque no se sentía bien, todos asintieron, Duncan más serio que los demás, ella no lo notó puesto que realmente no quería mirarlo, así que evitó el contacto visual en todo momento, lo menos que quería era enfrentarse con aquellos ojos penetrantes que le habían herido la noche anterior, las ganas de huir la invadieron pero tuvo miedo de la ira de Duncan tomó un baño rápido, se arropó y su rostro tomo un color pálido de muerte, recordó las ocasiones en que su esposo había estado con ella a solas, todas las recordaba con temor salvó cuando estaba convaleciente.
Se agolparon una sería de recuerdos dolorosos desde el primer encuentro donde le había bajado la blusa incluso delante de Dave, era la primera vez que le intimidan. Y peor aún la primera de aquella manera, recordó el impacto de sentirse expuesta ante él y de la vergüenza de que Dave pudiera ver algo tan bajo en contra de ella y la exposición de partes de su cuerpo que jamás enseñaba; la noche de bodas, las varias veces que se sentía despreciada las podría agradecer pero aquellas en las que la miraba con deseo o en las que la acosaba con aquel ataque sin tregua le humedecieron los ojos.

Su mente tuvo una guía detallada de su convalecencia después de casi matarla, aquello sin duda marco un cambio en los dos. Él había dejado de tratarla mal si ella se portaba bien y se comunicaban más aunque fuera para pelear, en esos días había puesto más atención a su voz a su figura cuando estaba relajado o cansado. Jalo aire, tal vez ahí en la búsqueda de una disculpa estaba la causa de la atención que le ponía y la idea de qué tal vez algún día se llevarían mejor.

Deseó quedarse dormida pero era imposible, cuando escucho que tocaban la puerta el corazón le latía tan a prisa que pensó se saldría de su pecho.

Era él, todavía con ropa, era bastante tarde así que cerró los ojos aunque nunca era buena fingiendo, para su sorpresa él fue al aseo y escuchó que farfullaba pero no entendió que y como regreso minutos después, cada paso parecía hacer temblar aquella habitación, Duncan tomó un lugar en su cama sin decir palabra, Cait estaba muy quieta no se atrevía a moverse ni dar indicios de estar despierta.

Trato de respirar con normalidad y no cambiar su postura a donde no daba la luz de hogar para que él no notara algún gesto en su rostro.

Escucho a Duncan suspirar cansadamente y su voz hablarle.

— Te has salvado esta vez, pero mañana no te salvas mujer.

Se acomodó en la cama con los brazos arriba de su cabeza y así se quedó dormido, Cait al escucharlo contuvo un suspiro y durmió tranquila al menos por esa noche, esperaba que si podía sostener la farsa del sueño un par de veces y él no trataba de despertarla se daría por bien servida.

Al despertar esperaba encontrar a su esposo a su lado más la cama estaba vacía, aunque aún se sentía el calor que su esposo dejo en las sábanas, también estaba su aroma varonil un aroma muy masculino y agradable cuando no estaba aterrada, se volvió a dormir hasta que Yvaine fue por ella ya que Merebith la esperaba.

La Obscuridad Del LairdKde žijí příběhy. Začni objevovat