La Obscuridad Del Laird

Epílogo

...Después de una hora de trabajo de parto...

—Es una niña, una hermosa niña.

Por alguna extraña razón Cait tenía miedo a decepcionar a su esposo.

Duncan al escuchar la noticia, sus ojos colmaron en felicidad al tiempo que su estómago se revolvía, no tenía preferencia en el sexo del bebe aunque en el fondo deseaba tener por lo menos una hija aun cuando eso incluyera mantener a Cait embarazada hasta que se le concediera dicho deseo, pero... No había imaginado ni por asomo lo que dicha satisfacción podría suponer.

Terror, pánico, histeria, paranoia, que maldito destino miserable le esperaba, no podía ni quería imaginar lo que sucedería en al parecer solo un par de años, ¿por qué se le había ocurrido la idea de una niña? ¿Porque Dios se lo había concedido? ¿Por qué tan pronto?

Se sintió mareado y al inmenso hombre Kerr lo tuvo que sostener con dificultad cuando se fue para atrás totalmente aturdido apenas se hizo a un lado y devolvió el estómago, una crisis nerviosa en medio del mejor momento de su vida.

— ¿Que rayos sucede? -Dijo Kerr con evidente desconfianza, no te alegras, ¿sólo te interesa un heredero de tu legado?

—No, no -se apresuró a contestar.

— Déjalo, -interrumpió su padre- casi podía adivinar lo que le estaba sucediendo, él como buen padre lo sabía.
La mirada de terror de Duncan lo hizo sentir compasión, — Vamos muchacho cálmate, ve a conocer a tu hija.

—Sí, sí. -contestó al tiempo que obedecía mecánicamente.
— ¿qué demonios le ocurre?
— Esta aterrado.
— ¿de qué?
—Tiene miedo de pagar la factura.

— Sí -dijo con una sonrisa de... se lo merece, no me di cuenta pero es bueno saberlo, de... me encargaré de torturarlo.

— Kerr -advirtió el padre- déjalo estar, si vivimos buscando venganzas y revanchas no podremos vivir en paz.

Kerr se abstuvo de contestar...

*****

Es hermosa, -dijo a Nerys mientras acariciaba el delicado rostro de una niña morena, Cait Ailein sonrió en medio de su cansancio.

Duncan parecía desilusionado pero aún con ello era capaz de demostrar su amor por la pequeña, tal vez porque se parecía a él. Además de observar como algo lejano todo lo que sucedía por el cansancio alcanzó a ver como el poderoso guerrero tomaba a la pequeña en brazos y la besaba con devoción antes de cerrar sus ojos.

*****

Ferris dejó que Duncan acomodara a la bebe en sus brazos con evidente incomodidad Merebith debía de estar de encargo desde hace mucho pero...demasiadas cosas que contar, se resumía en el antagonismo. La tomó entre sus brazos sintiendo el deber de jurarle lealtad y protección como lo había hecho con su padre en el pasado.

— Como se llamara Aitana Comasach.

— ¿Aitana?

— Es hebreo -mencionó mientras parecía mirar algo lejano más allá del fuego del hogar donde parecía fija la mirada pero Ferris le conocía bien.

— ¿sabes qué significa?

— Fuerte.- dijo con el rostro serio, el terror no pasaba pero el como buen guerrero sabría afrontar sus temores-, Aitana Comasach: fuerte y capaz.

— ¿Por qué ese nombre?

— Por que necesitará ser fuerte pues puede que en ella caiga el peso de mis pecados.