My Boy ; KookMin

009.

Lo único que inundaba el auto, eran algunos cuchicheos de los niños en los asientos traseros. JiMin y JungKook por su lado iban totalmente callados.

No era incómodo, sólo que JiMin sentía extraño no hablar con JungKook mientras viajaba en su auto.

—¿Conoces a TaeHyung?—soltó JiMin mientras trataba de hablar con Jeon.

—Si—respondió cortante, Jeon no ayudaba a sacar conversación.

—Mmm..—ahora si sentía incómodo—¿De donde?

—Mi padre es jefe su madre—respondió maniobrando el volante para doblar en una calle—Nos vimos unas cuantas veces. Intercambiamos unas cuantas palabras y ya.

Después de eso, JungKook aparcó al frente de una casa en medio de, básicamente, la nada. JiMin miró el lugar un poco asustado de dejar a sus hermanitos ahí.

—¿Listos para esos dulces?—preguntó JungKook mirando por el retrovisor a los niños.

—¡Si, si!—dijeron emocionados por lo prometido. JungKook se bajó del auto y tocó la puerta de la casa.

Las luces del lugar se encendieron y alguien le abrió la puerta al pelinegro. Intercambiaron unas cuantas palabras y JungKook volvió a acercarse al auto.

—¿Quieres bajar?—JiMin asintió a la pregunta y le ayudó a bajarse a sus hermanos. En realidad solo a dos ya que HyoJin se bajó en los brazos de JungKook.

JiMin se acercó a la puerta principal de la casa y vio a un chico, tal vez de unos dieciocho o un poco más parado en la entrada con un delantal en la cintura.

—Niños—se volvió hacia los trillizos—El es SeokJin, el les dará dulces y les cuidará hoy.

—¡Que lindos que son!—chilló SeokJin—Pasen niños, hay un dragón enorme que los está esperando en la sala.

Los niños se asustaron un poco.

—No se precuocupen—les dijo SeokJin—Es un dragón bueno—y les guiñó un ojo, los niños se miraron unos segundos y entraron corriendo a la casa de SeokJin.

—¿Estarán bien?—preguntó JiMin preocupado.

—Tranquilo—dijo SeokJin—Sus hijos estarán bien conmigo.

JiMin podría haber pasado desapercibido en una plantación de tomates en ese momento.

—N-No, no, son mis hermanos.

—Son sus hermanos—reforzó JungKook señalando a JiMin.

—Muy bien—SeokJin sonrió—Pueden ir a divertirse ya. Buenas noches.

—Buenas noches—dijeron JiMin y JungKook al unísono antes de que SeokJin cerrara la puerta de la casa.

JiMin y JungKook se quedaron en silencio un momento en la puerta de SeokJin.

—Vamos de una vez, quiero unos tragos—dijo JungKook para romper el silencio y hacer que JiMin se montara en el auto para irse.

El ambiente volvió a ponerse incómodo, la música que pasaban los en la radio era horrible música metálica y JiMin no podía estar más tenso.

JungKook no estaba tenso, pero tampoco le invadía La Paz. Debía ser honesto, tener a JiMin cerca le ponía nervioso, no sabía por qué, pero el estomago se le retorcía siempre que lo veía acercarse. Odiaba sentirse así por una persona, por eso le había golpeado, o bueno, eso usaba de excusa para no arrodillarse frente a JiMin para pedir disculpas.

Después de quince minutos bastante incómodos en el auto de JungKook, el sonido de la fiesta se podía escuchar desde unas calles antes. JiMin bajó la ventana y pudo motivar que la casa de su primo estaba llena de luces y seguro a reventar de personas. TaeHyung siempre lo hacía a lo grande.

—TaeHyung siempre exagera con estas cosas—dijo JiMin tratando casi de disculparse con JungKook por su primo.

—Mejor—dijo cuando aparcó el auto una calle antes de la casa del primo del rubio—Vamos.

Ambos se bajaron de auto, JungKook cruzó hasta donde estaba JiMin y otra vez, le agarró de la muñeca para llevarle hasta la fiesta.

JungKook tampoco sabía por qué, pero el contacto de la piel de JiMin contra la suya es lo mejor que alguna vez sintió. Y al igual que todas las cosas relacionadas con JiMin, era demasiado confuso para su cerebro pequeño de troglodita.

La casa, como JiMin supuso, estaba llenísima de gente. Gente en varios estados, sobrios, ebrios hasta la médula, drogados y totalmente inconscientes. Se podía observar como la fiesta estaba justo en su apogeo.

JiMin miró a su lado, y JungKook aún sostenía su mano e intercambiaba algunas palabras y risas con otro sujeto.

—¿Y el?—preguntó el sujeto refiriéndose al JiMin.

—Park JiMin, primo de TaeHyung.

—¿Este es Park JiMin?—dijo el chico con asombro—Es un gusto, Min YoonGi.

Se presentó el chico peliazul haciendo una pequeña reverencia y poniendo una sonrisa ladina en sus pequeños labios.

—Mu-mucho gusto—JiMin también hizo una reverencia pequeña.

—No deberías de juntarte con este tipo—susurró, pero era obvio que JungKook podía escuchar lo que YoonGi decía de él—Te contagiara su mal genio...

—Cállate Min, ve a fumar y déjanos en paz.

—¿Tomas?—le ofreció YoonGi a JiMin una cerveza que había aparecido casi que de la nada.

—No gracias—JiMin si tomaba pero prefería recibir bebidas de TaeHyung que de cualquier otro extraño en ese lugar.

—Muy bien, ¡que disfruten la noche!—dijo dándose la vuelta y desapareciendo entre la gente en el jardín delantero.

—Ignóralo—pidió JungKook, volvió a arrastrar a JiMin, esta vez dentro de la casa.

JiMin se sintió mareado por un momento, el fuerte olor a cigarrillo, marihuana y alcohol le invadió y le desestabilizó. Se balanceó por un momento.

—¿Estas bien?—preguntó JungKook al verlo tambalearse.

—Si..—dijo cerrando los ojos con fuerza un momento para alejar el dolor de cabeza—Iré a buscar a Tae.

—Claro—dijo no muy convencido de dejar al pelinegro en un lugar lleno de alfas ebrios y hormonales.

JiMin intentó caminar entre la gente pero una fuerza se lo impidió. JungKook aún seguía sosteniéndole la muñeca y parecía no tener la mínima idea de soltarla jamás.

—JungKook—El nombrado se volvió y JiMin señaló su mano agarrando la suya.

—Si, si vete—dijo soltándole la mano y desapareciendo entre la gente.

JiMin suspiró, no fue tan bueno soltar la mano de JungKook después de todo.

Tal vez TaeHyung podía esperar por el...No, no, debía avisarle que estaba ahí y tal vez después volvería por el contacto con JungKook.

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