Después de todo el alboroto, TaeHyung vio como mejor opción echar a todo mundo de su casa y quedarse con JiMin y JungKook para que el rubio se mejorara.
JiMin titiritaba en la cama de TaeHyung mientras JungKook estaba a su lado secándose el cabello.
—¿No tienes más sudaderas?—preguntó JiMin a TaeHyung mientras los diente le chocaban por el temblor en todo su cuerpo.
—Solo tengo tres, yo tengo una y le di una a JungKook—respondió TaeHyung.
TaeHyung miró a JungKook y viceversa, ambos con una ceja alzada y bastante odio.
—Abrázale—ordenó TaeHyung a JungKook. El lobo alfa de JungKook se vio provocado.
—¿Quien te crees maldito Omega?—contraatacó levantándose de la cama y agarrándole de la sudadera blanca que usaba.
—JungKook...—JiMin jaló la ropa del nombrado aún un poco borracho—No le pegues a mi primo...
—Ya le oíste, no golpees a su primo—recalcó TaeHyung para salvar su pellejo de JungKook. El pelinegro gruñó y volvió a sentarse junto a JiMin.
Al instante, de que JungKook se poscisionara al menos cerca de JiMin, el rubio sintió un calor extra del que necesitaba más. Ser un Omega friolento no era bueno. Se dejó caer en el hombro de JungKook, casi cayendo dormido por la borrachera.
—Duerme con el—dijo TaeHyung mirando a JiMin ya dormido en el hombro de JungKook—Es bastante friolento y no quiero que llore durante la noche por una hipotermia o algo—JungKook miró a JiMin, y por una vez consideró obedecer las órdenes de un Omega—Adiós Jeon, ojalá te mueras de hipotermia.
—Pudrete TaeHyung—respondió JungKook antes de que TaeHyumg saliera de la habitación cerrando la puerta detrás suyo.
JungKook evaluó la habitación en la que estaba. Estaba la cama en donde estaba sentado, un baño, un balcón y un sofá-cama en la esquina del lugar. Podría dormir ahí mientras JiMin lo hacía en la cama.
Agarró al más pequeñó y lo recostó con cuidado en las almohadas de TaeHyung. Le miró durante un momento.
Los labios rellenos y rosados, los cachetes rechonchos, sus ojos pequeños levemente cerrados y sus cabellos suaves que tapaban sus cejas y ojos.
JungKook no pudo evitar suspirar.
JiMin le hacía sentir y hacer cosas extrañas y totalmente fuera de su personalidad habitual.
Odiaba eso, pero a la vez le gustaba. Odiaba que ese pequeño chico le hiciera sentir tan raro. Era bastante bipolar cuando JiMin estaba cerca.
Sacudió su cabeza expulsando todos sus pensamientos mixtos hacia otro lado y volviendo a la realidad donde JiMin estaba acostado a su lado. Se levantó de la cama para irse, pero un pequeño jalonazo en su brazo se lo impidió.
—Quédate aquí ¿si?...—preguntó JiMin en un balbuceo lleno de alcohol—Tengo frío...
—¿No quieres una cobija?—el chico negó frunciendo los labios.
—No es suficiente...quedate..—JungKook recordó lo que TaeHyung dijo.
'...No quiero que llore durante la noche por una hipotermia o algo así...'
JungKook tampoco quería que muriera de frío y sollozara por qué los huesos se le congelaran.
—Está bien...—aceptó y apagó la lámpara de la mesa de noche de TaeHyung—Buenas noches.
JiMin sonrió, y agarrando a JungKook desprevenido, se acercó a él debajo de las cobijas y se acurrucó en su pecho recibiendo el gran calor corporal del alfa. JungKook se quedó quieto mirándole un poco nervioso.
JungKook ya se había cuestionado varías veces si JiMin era masoquista o algo por el estilo. JungKook era grosero, tosco, seco y hasta le había golpeado. Pero JiMin seguía ahí. Acurrucado junto a su pecho, con una sonrisa dibujada en su rostro.
• • •
El aire frío de la mañana hizo que JiMin temblara, despertando de su profundo sueño. Le dolía la cabeza, y lo único que sabía con certeza, era que podía sentir la respiración lenta de JungKook.
Se quedó totalmente estático, admirando a JungKook dormido con un brazo sobre su cintura. Reprimió una sonrisa.
Pero entonces todo se estropeó cuando JiMin tuvo la necesidad de estornudar, y para malas, lo hizo justo en la cara de JungKook.
—¡Idiota!—vociferó JungKook con el ceño fruncido.
—¡Lo siento!—JiMin volvió a estornudar esta vez ya lejos de JungKook ya que el último le había empujado lejos en la cama.
—Ah..—suspiró enojado JungKook—Despertare a TaeHyung.
—No, no—JungKook se detuvo en su camino a la puerta—Lo haré yo...
JiMin se levantó rápido de la cama, con la cobija en los hombros y salió por la puerta con la cabeza baja. Debía relajar el palpitar de su corazón. No se había enterado de que JungKook durmió con él noche anterior. Recordaba tener frío, y haber sentido una sensación cálida que le relajó al instante, pero JungKook, él había sido una serendipia.
Se dirigió hacia la habitación de invitados y se encontró con la sorpresa de que TaeHyung no estaba ahí. JiMin frunció el ceño, y sacó su celular de los pantalones de TaeHyung.
TaeHyung Salí Hay comida en la cocina, pueden cocinar algo e irse. Alguien vendrá a limpiar después.
JiMin suspiró, era costumbre de TaeHyung salir y largarse después de las fiestas. Ya que, aunque siempre los causará, TaeHyung odiaba los desordenes.
—¡JungKook!—llamó el rubio mientras revisaba otras cosas en su celular.
—¿Que?
—¿Quieres ir por desayuno? No me apetece cocinar—JiMin dejó su celar para volverse hacia el chico que acababa de salir de su habitación.
—Claro, conozco un lugar—JiMin asintió y ambos salieron de la casa hacia el auto de JungKook que seguía aparcado a una calle de la casa de TaeHyung.
El camino fue tranquilo, la música matutina de la radio sonaba de fondo y las marchas de auto la complementaban. Al llegar al lugar, JiMin se bajó del auto junto a JungKook y entraron en el lugar.
Parecía como que todos en aquel lugar estaban en el mismo plan de ellos dos. Desayunar a las diez de la mañana para recuperarse de una resaca después del fieston de la noche anterior.
En la mesa ninguno de los dos habló, ambos se sentía bastante incómodos por el echo de haber despertado en la misma cama y abrazados.
No era normal para ninguno de los dos.
Para JiMin, sentirse atraído por un alfa tan troglodita, menso y tan insensible como JungKook.
Para JungKook, sentirse atraído hacia un Omega tan débil, adorable e impotente como JiMin.
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