050.

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El agua helada cayó en chorros por los lados de la tina de metal, dejando cada baldosa del sótano empapada de agua.

Las respiraciones de TaeHyung eran aceleradas, tanto que juraría que el corazón se le saldría por la boca. El frío le caló los huesos, el líquido transparente parecía aún tener algunos hielos y seguía oliendo mucho a salinidad. El peligris miró a su lado, donde JungKook yacía aún dentro de la tina con sus latidos totalmente desacelerados. Casi muertos.

—¿Estas bien?—SeokJin se acercó a TaeHyung, parecía adormilado y tenía los ojos más chinos de lo normal.

—¿Que..? ¿Cuanto tiempo estuve ahí...?—preguntó mientras su quijada temblaba por el frío, SeokJin se quedó callado y ayudó a TaeHyung a salir—SeokJin..¿cuanto?

—Dos días TaeHyung, y continúa—dijo SeokJin mirando a JungKook—¿Que viste ahí?

—Dios...pues—comenzó TaeHyung—Este tal...¿Min YoonGi? Quiere vengarse de JungKook, quiere...—varias cosas comenzaron a aparecer en la mente de TaeHyung, varios sentimientos comenzaron a florecer en todo su cuerpo—Me quiere a mi.

—Dios ese hombre está loco...—SeokJin río.

—Oye, puedo ser un lobo normal y corriente, pero no me hace gracia nada de esto—TaeHyung ya estaba harto de no saber que pasaba.

—Es el territorio de Deidades, pero, JungKook es la pareja de JiMin y puede tomar el control sobre todo si puede soportarlo.

—¿Entonces debemos esperar a ver si sale vivo de esta?—preguntó enojado e incrédulo TaeHyung.

—No hay de otra TaeHyung, no podemos ayudar a JungKook en esta.

•••

—JiMin, vuelve ahí pedazo de idiota—decía esa idiota voz que contradecía todo lo que JiMin hacía.

—¿Para que? ¿Para lastimarlo aún más? No gracias...—respondió el joven agarrandose la cabeza y poniendo sus codos en sus rodillas.

—Ha echo de todo por ti, puedo sentir a su lobo interior débil. Si no vuelves...

—¡QUE TE CALLES ESTUPIDO PERRO!—gritó JiMin totalmente desesperado con cada palabra que salía de la boca de ese odioso lobo negro—¡JungKook no necesita nada de mi! No voy a volver ahí para lastimarle aún más.

—Entonces vas a dejar que muera—dijo el lobo, JiMin le miró con el ceño fruncido.

—¿Que?

—Serás tu la deidad, pero yo sé más que tu, pequeño idiota—se burló el lobo—Podrás haber querido perderte a ti mismo en JungKook, dejando casi toda tu alma en su cuerpo. Pero, eres inmortal, el no.

—¿Que putas estás insinuando perro?—JiMin se levantó de donde estaba sentado y se acercó al lobo.

—Tu poder es más de lo que JungKook puede manejar, junto a lo debilitado que dejaste su lobo llendote, si JungKook usa tu poder por ti, muere. Así de sencillo es, Park JiMin.

JiMin se alejó levemente del lobo, con su vista perdida y un sentimiento aplastante en el pecho.

—No...mientes. No hagas esto.

—No miento, yo no existo para provocarte el mal JiMin, vivo para recordarte todos y cada uno de tus errores. Soy la adaptación que de verdad importa. Tus garras, la velocidad y el súper cuerpo, son solo extras—JiMin odiaba este maldito perro negro que tenía siempre la razón sobre todo—O vuelves con JungKook de alguna manera, o pierdes lo que más necesitas en tu vida.

—Yo no...

—Amas a JungKook, es lo único que tienes por seguro, y por miedo, lo estás negando.

•••

El sonido del agua cayendo al piso despertó a ambos muchachos en el sótano. Pero JungKook no estaba precisamente despierto o fuera del agua. Solo lo estaba su mano, la cual tenía apretado el borde la tina deformándolo por la fuerza.

—¿Que es lo qué pasa SeokJin?—dijo Tae con cierto miedo en su voz, JungKook no debía de estar en ese estado y menos dañando nada.

—Creo que deberías alejarte TaeHyung...—dijo SeokJin asustando aún más a TaeHyung quien solo pudo quedarse al lado del mayor.

El suelo debajo de ambos comenzó a temblar, a mover abruptamente el agua de las bañeras y a desboronara pequeños pedazos del techo de concreto. De un momento a otro la sacudida se detuvo, las miradas se dirigieron a la bañera donde JungKook estaba. Pero ahora de una manera distinta.

JungKook había salido del agua, miraba hacia la nada, con su ceño fruncido y un líquido espeso le brotaba del pecho. También había algo importante. Sus ojos. Eran de un color dorado extraño, ni SeokJin ni menos TaeHyung habían visto algo parecido a aquel lobo frente a ellos.

—JungKook...—SeokJin y TaeHyung retrocedieron con cuidado cuando el muchacho se volteó hacia ellos rápidamente y con semblante totalmente serio—JungKook ¿que fue lo que...?

La pregunta fue interrumpida por un gruñido y el movimiento grosero de JungKook a arrancar pedazos de la bañera de metal. Sus ojos parecían líquido, el cual se movía de un lado a otro dentro de los orbes mezclándose con otro tono verde musgo. ¿Que pasaba con el?

—TaeHyung, quédate totalmente quieto—pero TaeHyung apenas si podía controlarse, JungKook le miraba solo a él y con esa mirada y comportamiento, TaeHyung solo podía temblar.

JungKook volvía a gruñir, mirando todo a su alrededor con movimientos lentos pero groseros de cabeza. JungKook salió de la tina con cuidado, parándose imponentemente en el centro de la sala.

Sin decir nada, sin tocar nada, sin hacer ningún daño, subió las escaleras del sótano dejando a los dos muchachos totalmente atónitos. Había un aura desprendiendo de él, una con olor a amoníaco y hojas de té verde.

JungKook salió de la casa, su semblante seguía serio como si por su cabeza no pasara nada. Pero todo lo contrario. Su cabeza era la que estaba trabajando más en ese momento. Todas su acciones físicas eran simplemente reflejos sacados de lo más profundo de su alma. Recuerdos fisiológicos que se imitaban a cosas que había echo en el pasado.

JungKook caminó, caminó y caminó. Nadia sabía exactamente cuanto, ni por cuanto. Solo que era mucho, solo que algo lo estaba atrayendo como un iman hacia ahí. Necesitaba llegar ahí, no tenía un motivo claro, pero debía hacerlo. Debía llegar lo antes posible.

¿A donde?

A la maldita cliche romántica playa de la confianza.

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My Boy ; KookMinWhere stories live. Discover now