020.

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JungKook trataba de ignorar el echo de la confesión de JiMin, ya que él rubio también parecía querer olvidarlo. Eso está bien, podía pasar por alto que la madre de JiMin era prostituta y tal vez que el pequeño era un ser traumado hasta la médula, pero no podía ignorar el echo de que JiMin NO estaba bien. Le inquietaba eso y no quería ignorar qué tal vez el más pequeño necesitara apoyo. Y aunque se negara a creerlo o aceptarlo, él quería ser la persona que le diera ese apoyo.

JiMin estaba sentado en indio mirado hacia la pared donde la seria corría con su trama de suspenso y terror. JiMin no había soltado la mano dañada de JungKook desde que habían dejado las preguntas de lado y habían puesto play a la serie. Con las palomitas entre las piernas y la vista pegada en la serie, JiMin se veía más lindo que nunca.

De pronto, JiMin puso pausa a la serie y miró a JungKook casi como preocupado.

—¿Tienes supresores? Ya han pasó casi las doce horas desde tomé los últimos—dijo JiMin casi en preocupación—Te los pagaré luego si quieres...

—No hace falta, Tengo en mi habitación—dijo JungKook, JiMin le ayudó a levantarse y le llevó hasta su habitación para que buscara las pastillas tan necesarias para JiMin.

JungKook abrió uno de sus cajones y sacó unas pastillas de la tabletas plateada para extendérsela a JiMin.

—Estas son un poco más fuertes, deberías comer más palomitas para que no hagan daño o algo—le dijo JungKook, JiMin asintió y salió rápido de la habitación de JungKook para tomarse aquello antes de que algo malo pasara. Claro estaba que aunque igual no lo tomara, Jeon no dejaría que nada pasara entre ellos y JiMin lo tenía claro.

JiMin volvió a la habitación y JungKook ya tenía una pequeña sierra y un alicate.

—Te voy a quitar eso, debe de doler—JiMin se miró las muñecas, claro que dolían pero no había querido molestar a Jeon—Siéntate.

JiMin se sentó en la cama del pelinegro y extendió una de sus muñecas hacia JungKook. Este encendió la herramienta y miró a JiMin.

—Si te mueves, te puedo cortar la mano.

—Que lindos ánimos—JiMin río nervioso ante el escenario de perder una mano. Pero Jeon era bastante habilidoso en todo lo que hacía, así que nada podía salir mal.

Todas las esposas fueron cortadas y retiradas de las extremidades de JiMin, se sobó las muñecas sintiéndose aliviado por fin.

—¿De verdad estás bien JiMin?

—Te dije que no, pero también te dije que se pasará—JiMin sonrió, de verdad parecía demasiado fuerte, pero JungKook sabía que era tan frágil como la vajilla de su abuela—Vamos, la serie me dejó intrigado...

Volvieron a la gran sala, JungKook se sentó y JiMin se sentó después al lado de este. Y ahora notaba que JiMin inconscientemente se sentaba más cerca de Jeon cada vez que se levantaba del sofá. El rubio volvió a poner play al Netflix y el silencio inundó la sala y los pensamientos las cabezas de ambos chicos.

Jeon JungKook no paraba de pensar en lo estupido que se sentía cuando JiMin estaba cerca. Como había terminado con un balazo en la pierna y como había matado por JiMin. También como le ponía nervioso o como era tan cambiante cuando él estaba. También pensaba en lo bien que se veía JiMin en su pijama o también de lo jugosos y apetecibles que se veían los labios de JiMin. Todo. Todo era tan confuso. Odiaba sentirse así, por eso había tratado de alejarse de JiMin, pero tal vez ya había sido muy tarde para eso.

Park JiMin, no podía dejar de pensar en Jeon JungKook. No había detalle que no pensara de él. Así como la manía que tenía de jugar con el piercing en su labio o también la de mirar a otro lado cuando quería esconderse. También como se había arriesgado por él y como había recibido un balazo en la pierna por su culpa pero no se quejaba. Su olor. Ese maldito olor tan varonil y adictivo que había en la suéter y en JungKook. También ese...paquete que JiMin le había visto más temprano, se sentía asqueado pero de la misma manera..¿complacido? de pensar en eso. JungKook le hacía sentir cosas bastante extrañas, cosas que seguramente el pelinegro no sentía. O eso piensa a JiMin.

JiMin se recostaba totalmente en el sofá, con sus manos en el sillón al lado de sus piernas y la cabeza hacia atrás mirando la serie. Pero aunque la mirara, su cabeza estaba en otro lado en la galaxia.

JungKook vio la manita de JiMin en el sofá, trató de ignorar ese impulso de su lobo interior por tomarla. Pero es que su manita se veía tan tierna y sola. Además, sería un apoyo para JiMin ¿no? Bueno, JungKook todavía tenía varias cosas claras sobre el, una de ellas era que todo le valía mierda. Así que, a la mierda, y tomó la mano de JiMin entrelazándola con la suya.

JiMin dio un respingo, al sentir el tacto de JungKook en su mano. Miró a JungKook, y este evitó su mirada distrayendo la tensión con la serie. JiMin trataba de hacer lo mismo, pero cuando le miró, ya era muy tarde para sacar la vista de ese resplandeciente piercing en el labio de JungKook.

Entonces JungKook también miró a JiMin y desviando la mirada entre los ojos del rubio y los rosados labios de este ya no podía apartar la mirada.

Ninguno de los dos podía apartar la mirada, y en vez de apartar algo, cada vez se acercaban más. Sin notarlo, sin ningún aviso y sin ninguna precaución para sus acelerados corazones.

Entonces los labios de ambos tuvieron contacto y ya fue muy tarde para cualquier desplazamiento de distancia entre ambos.

Los labios de JungKook atraparon los de JiMin, abrazándolos suavemente con los suyos. Con movimientos suaves y bastantes sensibles.

Ya era bastante tarde para que a alguno de los dos le sobrara aunque fuera un poco de cordura.

Las lenguas de ambos buscaban la ajena, y cada vez con más deseo los labios de ambos se tocaban entre sí cada vez más rápido.

JungKook puso su mano en la cintura de JiMin y lentamente le fue acercando hasta de JiMin terminó sobre los muslos de JungKook. JiMin puso sus manos en las mejillas de JungKook tratando de no lastimar la herida de Jeon.

Pero, en algún momento, el maldito aire iba a hacer falta. Con las respiraciones un poco agitadas, JiMin y JungKook se separaron. JiMin tenía las mejillas rosadas, pero aún así no se arrepentía.

—Creo que ya estoy bien—concluyó JiMin para volver a probar esos deliciosos labios.

Este gif va a ser mi favorito en toda la historia del KookMin

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My Boy ; KookMinWhere stories live. Discover now