015.

132K 15.2K 7.4K
                                    

JungKook no podía controlar su nerviosismo revuelto con enojo mientras iban en el auto de NamJoon. Hubiera preferido mil veces haber ido el solo, pisando el acelerador del Ferrari que tenía guardado en su garage sin importar que pudiera pasar. Pero NamJoon se negó a dejarle conducir debido a su estado.

—¿Como estas Kook?—preguntó NamJoon de repente, el pelinegro se vio confundido.

—¿Sentado? Yo que se, no se ni que comí ayer—respondió de mala gana, mientras estiraba y apretaba su mano en un puño tratando de calmarse y no romper una ventana.

—Ya sabes...se acerca la temporada de celo y...

—Sabes que eso no me gusta, he conseguido supresores y no los dejare de tomar hasta que muera—respondió Jeon, ya había experimentado varías veces lo que era el sexo de una noche, pero eso de sentirse atraído de verdad por alguien...no era para el.

—Pero...—insistió—JiMin...

—¡No quiero que me vengas con esas!—gritó cansado del interrogatorio o sermón que iba a comenzar NamJoon—JiMin no es nadie...

—Claro—NamJoon rodó los ojos, ya estaba bastante acostumbrado al comportamiento malcriado y molesto de su amigo—Pero no me refería a lo que estás pensado, yo solo quería saber cómo te sentías tu. ¿Estás feliz? ¿Estás mal? No se mierda, dime algo.

JungKook se quedó callado un momento, cuando ambos se conocieron no había sido nada fácil que NamJoon se acostumbrara a la compañía de JungKook. Varias veces el mayor había llorado al ver que JungKook era tan animado y siempre se preocupaba por el. Pero después, NamJoon casi que se volvió el llavero de JungKook. Siempre hacían todo juntos, se contaban todos y no eran nada sin el otro. Hasta que JungKook se separó abruptamente de su mejor amigo.

Rápidamente, NamJoon volvió a caer en ese círculo vicioso del silencio tras silencio. Nunca había sido una persona de muchas palabras, y cuando JungKook se fue, aún menos. Se había acostumbrado tanto a oír los gritos y quejas del pelinegro que cuento se fue, se sintió casi como...vacío o necesitado.

—Estoy esperando por una maldita respuesta Kook—insistió NamJoon—No eres el único impaciente.

—Yo...—JungKook se restregó la cara con las manos—Creo que estoy bien, de verdad no se NamJoon. Todo es muy extraño para mí ahora, así que no podría explicarte nada.

JungKook siempre era bastante directo, y su mejor amigo no iba a ser la excepción. NamJoon asintió mientras miraba el camino y de vez en cuando a JungKook de reojo.

—No puedo notar como te sienes a través de micrófono y cámaras—confesó NamJoon—Ahora, maldito, te vuelves a alejar de mí y te voy a patear el culo.

JungKook soltó una pequeña carcajada. Vaya que estar con su mejor amigo era lo que mejor podía hacerle este mundo.

—Claro—dijo—Pero...¿que hacías hoy en mi casa?—preguntó después de que le anduviera rondando el cerebro.

—Pusieron aconito en el aromatizador de tu habitación, así que venía a decirte—aun JungKook no sabía cómo NamJoon podía tomarse todo tan a la ligera.

—Claro—JungKook miró la radio—Voy a poner música.

JungKook se acercó a la radio y con un toque conectó el auto con su teléfono. Se divertido durante un minuto buscando entre su biblioteca de música, hasta que al fin encontró una que le agradó. El trap en inglés no duró mucho en inundar los oídos de ambos chicos.

—¿Ahora escuchas esas cosas?—preguntó NamJoon con burla, Jeon le fulminó con la mirada.

—Te encanta y lo sabes.

—Si Niño—el resto del camino ambos estuvieron callados.

JungKook llevaba consigo miles de pensamientos de preocupación, odio y muerte en su cabeza. Tener a JiMin lejos suyo en una situación peligro inminente le hacía sentirse también desprotegido el mismo.

• • •

JiMin se hundía cada vez más en el terror que le provocaba la mirada lasciva de aquel tipo. Tampoco ayudaba mucho que aquel sujeto le hubiera dado a ingerir algunos afrodisíacos y que ahora JiMin se calentará con solo pensar un solo nombre. Y no necesariamente era el de la persona con él en la habitación. Era el de un alfa, no un Omega caliente que quería a JiMin y se fue hasta otro extremo.

—Deberías de cansarte, esperar a JungKook no te servirá—el sujeto se sentó junto a él en la cama y acaricio con la yema de sus dedos el cuello de JiMin—Ese alfa no vendrá a tu rescate JiMin.

JiMin tenía una cierta esperanza de que eso fuera mentira. De que Jeon tendría un arrebato de amabilidad y compasión y viniera a rescatarle de este sucio que intentaba cogerselo.

—¿Sabes? Yo si me canse, fue suficiente—en un movimiento rápido, el sujeto estuvo encima de JiMin con sus piernas abiertas al extremo de los muslos de JiMin—Por cierto, mi nombre es Min YoonGi, por si se te apetece gemirlo cuando te lo meta entero.

JiMin volvió a sentirse aún más asqueado cuando el ahora ya no tan desconocido fundió sus labios contra los suyos en un beso salvaje y lleno de lujuria. JiMin trataba de hundirse en la cama para separarse de esos asquerosos e impuros labios pero era imposible. YoonGi solo se movía aún más rápido para estar siempre en un choque con la piel ajena.

Las manos de YoonGi comenzaron a moverse alrededor de todo el cuerpo de JiMin, tocando cada parte de sus brazos, pecho y abdomen. YoonGi no dejaría pasar ningún detalle de ese glorioso ser que tenía a su merced.

Las caderas de YoonGi comenzaron un vaivén suave sobre ya el activo miembro de JiMin. Los afrodisiacos hacen su trabajo a la perfección y YoonGi esta muy contento con el JiMin que tocan su manos y ven sus ojos. Los pequeños labios de YoonGi comenzaron a bajar por la barbilla, mandíbula hasta el cuello de JiMin.

El rubio sintió un vacío en su estomago y sus pupilas se dilataron. Además de que es maldito sabía dónde tocar para que JiMin sintiera placer, al llegar a su cuello podía dejar su marca en él y eso si le horrorizó. JiMin no era un santo, pero tampoco le gustaría estar con alguien tan cerdo como YoonGi.

—Tranquilo pequeño, todavía no te haré totalmente mío, ten paciencia—YoonGi le miró, JiMin no podía sentirse más pequeño e indefenso que ahora. YoonGi volvió a besar sus labios, esta vez más suave—Pero serás mío, eso tenlo...-

Pero entonces un gran estruendo interrumpió las palabras de YoonGi y también nubló los pensamientos de JiMin.

—Te lo advertí malnacido.

✨

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
My Boy ; KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora