021.

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Los labios de JiMin era lo más delicioso que JungKook había probado en toda su vida.

A pesar de haber crecido con platos Gourmet y una cucharita de plata, los labios del rubio eran justo como comer un pedazo de cielo.

JiMin era dulce, tierno y cariñoso, pero también tenía su parte picante y juguetona. Era la combinación perfecta para una persona.

Pero no para JungKook.

—JiMin...—susurró JungKook separándose un poco de los adictivos labios de JiMin después de unos diez minutos de besarlo.

—¿Pasó algo? ¿Hice algo?—JiMin estaba realmente preocupado de besar horrible o que le hubiera herido la pierna de nuevo o de haber echo algo mal y que al pelinegro no le agradaba.

—No...—dijo apartando su mirada de la de JiMin—Yo...lo siento no puedo hacer esto.

JungKook levantó a JiMin de sus muslos y se levantó del sillón. Podía caminar un poco mejor así que salió de la sala dirigiéndose a su habitación. JiMin se quedó un momento en blanco, mirando hacia la nada pensando en que era lo que había echo mal esta vez. Después de salir de su estado de shock, siguió a JungKook hasta su habitación.

El pelinegro agarraba las ropas de su closet y las ponía en una pequeña maleta negra de gimnasio. JiMin le miró con detenimiento, se veía...¿triste? O ¿enojado? JiMin no sabía descifrar nada sobre el pelinegro, y aquello le sorprendía aún más.

—Yo...¿te molesté? O...¿beso tan terrible, enserio?—preguntó JiMin con un poco de miedo de empeorar las cosas aún más de lo que ya estaban.

JungKook rió irónico a la última pregunta del rubio, ¿que si besaba mal? Era el mejor maldito beso que JungKook había dado en toda su vida. JiMin besaba excelente, y había echo todo bien, el problema siempre era JungKook.

—Besas excelente JiMin, y no hiciste nada malo—dijo JungKook cerrando su maleta y volviéndose hacia el rubio—El problema soy yo...

JungKook pasó por el lado del rubio y bajó las escaleras hasta la primera planta. JiMin volvió a tener ese momentáneo estado de shock y después siguió a JungKook hasta la planta de abajo. Corrió antes de que JungKook cerrara la puerta de la casa y le agarró del brazo.

—Espera ¿a donde vas? Primero, tu herida no se ha curado, y Segundo, me debes...-

Pero entonces los reclamos de JiMin fueron callado por los labios de JungKook. Fue un beso corto, pero que para JungKook significaba varias cosas al mismo tiempo. Le miró a los ojos poniendo una mano en su mejilla.

—Me iré un tiempo, a un lugar donde no sea un problema para ti—después de eso, salió rápido de la casa cerrando la puerta y dejando a JiMin con un nudo mental en la cabeza bastante imposible por resolver.

JungKook paró en seco unos metros después de la entrada de su casa. Podía sentir ese horrible sentimiento en el pecho y esa picazón en la nariz tan horrible que no sentía hace mucho. Estaba llorando y odiaba eso.

Limpio esas horribles gotas saladas de sus mejillas y siguió caminando alejándose de su casa y de la persona dentro de ella.

JiMin..., JiMin solo se desplomó de rodillas al piso, llorando un mar de lagrimas a penas Jeon cerró la puerta. Se sentía tan mal, tan...feo. Jeon casi que le había rechazado después de besarle por diez minutos, y tal vez sólo tal vez, le había gustado el beso. Pero al parecer Jeon no sentía lo mismo que el.

Para JiMin, Jeon no sentía esas cosquillas en el estomago cuando le veía, o no sentía ese nerviosismo cuando estaba muy cerca o tal vez no le gustaba su apariencia física y tal vez besaba horrible. Todo, en la cabeza de JiMin. Esa maldita ansiedad que siempre le hacía pensar lo peor de la situación y lo peor sobre si mismo.

JiMin solo era un idiota enamorado de Jeon JungKook.

JiMin se sorbió la nariz y limpio sus lagrimas (en un intento en vano ya que seguían saliendo) y subió a la segunda planta para recoger sus cosas. No debía quedarse allí mucho tiempo si no quería que su corazón se estrujara más de lo que ya estaba.

JiMin fue a la sala de audiovisuales y recogió su maleta, ordenó un poco el lugar y salió al pasillo aún derramando algunas lagrimas.

Entonces vio la habitación de JungKook medió abierta, y la cama de sabanas negras se vio bastante tentadora. JiMin tiró su maleta al suelo y entró en la habitación de JungKook. Sin nadie que pudiera decirle que no, JiMin se acostó en la cama del pelinegro mirando hacia el techo. Aún derramando sus lagrimas y mojando levemente las sabanas negras debajo suyo.

¿Cuál era el problema de Jeon? Para JiMin no había ni el mínimo ejemplo de problema en JungKook. Okay, tal vez su actitud de mierda y su basta agresividad, pero bueno esas eran unas de las cosas por las que JiMin se sentía atraído hacia el. No había nada malo en el chico de cabello negro, el de las inseguridades y problemas debía ser JiMin no el.

JiMin salió de la casa de Jeon suspirando para tratar de no llorar en el camino a casa de TaeHyung, volver a su casa a esta hora de la noche sería bastante asqueroso. Así que sólo llamó a su primo y le dijo que se quedaría en su casa.

—¿No estabas con Jeon?

—¿Que? ¿Como sabes eso?—JiMin frunció el ceño mientras caminaba y hablaba por teléfono con su primo.

—Todo el mundo sabe que estás con el, Jeon vive en un barrio famoso y hay mucha gente observando—dijo TaeHyung, podía oírse música y gritos al otro lado de la de la línea donde estaba TaeHyung—Bueno, debo irme, un chico súper ardiente me espera en la cama.

—Claro...¡que te diviertas...!—trató de poner un poco de ánimo en sus palabras antes de que TaeHyung cortara la llamada para hacer quien sabe que cochinadas con ese chico.

JiMin pensó que hoy podría ser una de las mejores noches de su vida, ah que equivocado estaba...

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My Boy ; KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora