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Todas las noches las pasaban igual. Lance con las piernas abiertas, sentado con el coreano al lado, el cuál se recostaba en su hombro de forma perezosa y vaga. Ambos miraban la televisión.¿Qué más iban a hacer si no?
El latino estiró sus brazos por encima del respaldo del sofa, pasando suavemente las uñas por este. No desaprovechó la oportunidad de mirar al pelinegro embobado con la televisión.

-Esta película me aburre.-espetó.

-Tu cara dice lo contrario.

- Vale, está entretenida...pero me aburre. -le miró a los ojos.-¿Pones otra?

-Mmmm...no.-Keith se apartó de su hombro.

-Oh vamos pon otra. Que te cuesta, Lance.

-¿Hoy también estamos solos no? -asomó por el respaldo, observando la oscuridad y el silencio que les rodeaba.

-No,no estamos solos. Nunca lo hemos estado. Todos están durmiendo. -decía Keith en voz bajita, comenzando a perder la paciencia.

-Y si...-el moreno tapó al coreano. Con agilidad se fue acercando a él.

-No. No no no. Para Lance. -las manos del latino empezaron a buscar al coreano bajo aquella fina tela que cubría a ambos. Y le encontró: encontró su cintura. Comenzó a hacerle cosquillas, haciendo que el moreno se removiese entre sus brazos. Bueno, bajo él: Lance ya estaba encima suya. Keith se tapaba la boca, riendo en voz bajita de una forma que hacía que Lance se derritiese. El moreno se rió y acabo por descansar sobre el cuerpo del contrario. Ambas caderas y ambos vientres chocaban.

-¿Uno rápido? -espetó Lance, buscando su rostro. Una vez cerca, redujo los centímetros entre ambas bocas.

-No vamos a hacerlo en el sofá. Y aún menos con todos durmiendo. -dijo Keith, quien miraba su boca. La sonrisa socarrona de Lance no se borró en ningún momento.

-Venga ya tio, mira la situación. -ambos miraron los cuerpos pegados. Y alguno comenzó a notar que se clavaba algo. -¿No es erótico? A mi me pone cachondo tenerte debajo empalmado.

-¡No estoy empalmado, es la tuya imbécil!

-Ah, verdad. No puedo dormir así Keith. -dijo bajando a su cuello. Comenzó a dejar suaves besos. -Ayúdame con eso.

-Una rápida. Pero sólo una. -dijo el coreano, incorporándose. Lance se tumbó, dejándose al chico.

-Me vuelve loco que tomes la iniciativa.

-No me toques los huevos o te la arranco Lance.

-Me pone aún más verte enfadado. -el coreano le agarró el paquete con fuerza, y sobresaltado empezó a quejarse. -Vale vale lo he entendido. -Keith soltó al pequeño gran latino. Apoyando sus rodillas a los lados de una pierna del moreno, pasó su mano bajo el pantalón de Lance.

-Estas mojado.

- Es que me tienes a dos velas. -dijo indignado, atento a los gestos del coreano.

-Cierra la boca o te juro que será la última caricia que sientas. -el latino sonrió. Keith pasó la mano bajo la última tela y comenzó la magia. Agarró el sexo del contrario con sus dedos,y lentamente empezó un vaivén que hizo que el latino suspirase. No tardó mucho en despertar la misma alarma en el cuerpo de Keith. Aceleró sutilmente la velocidad, y el latino lo notó. Se le escapó un suave jadeo que impactó con dureza en los oídos de Keith.

- Keith... -murmuró.

-Cállate...-dijo el coreano, notando como los colores le subían al rostro. El latino alzó la pierna que Keith tenía entre las suyas. Rozó el cuerpo del coreano y no le gustó. Así que aceleró la velocidad de su mano. Sabía que a Lance le hacía perder el juicio que aumentase la velocidad.

- Keith... para... me corro... -dijo en un susurro. El coreano no paró aún así. -Te voy a manchar imbécil... -Decía como realmente podía. El coreano paró y se quitó la camiseta. Igualmente se la levantó a Lance. ¿El fallo que cometieron? La manta que los cubría.
Encorvó su espalda al sentir que lkegaba al final. Los disparos alcanzaron el vientre y la barbilla del coreano. Ambos estaban sudando. El coreano se quedó mirando a Lance. Este igual. El latino le sonrió. -¿No te cabía en la mano? -el coreano bufó, y tragándose la risa le tapó la cara.

-Eres un cerdo.

-Yo no soy el que pajea a las 3 de la mañana a un pobre cubano indefenso.

-Cállate o te parto la cara. -el coreano, sin importarle, se sentó en su vientre. Se acercó riendo en voz baja a su boca, dándole un pequeño beso. Ambos se quedaron mirándose. Hasta que el cubano miró la entrepierna del coreano.

-¿Te ayudo con eso?

-Hazme el favor.

klance «One Shots» [Voltron]Where stories live. Discover now