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Del revolucionario Leakira.
Por petición popular.

-¡Sigue corriendo Kira! -Leandro agarraba su mano mientras huían de una emboscada. Una emboscada del sucio de Lotor. El y sus putos esbirros. Su puta trampa. Su puta persecución constante.

Akira sintió un tirón. Uno tan fuerte que hizo que le soltara la mano a Leandro.

-¡Lean... mmff! -una mano le tapó la boca. Akira empezó a revolverse. Leandro se giró y le vió allí, siendo secuestrado. Otra vez.

-¡Kira! -gritó. Y dicha persona empezó a negar y señalar su espalda. Leandro se giró, y recibió un golpe seco contra su pómulo. Le hizo caer redondo y de rodillas.
Akira quiso gritar. Y lo intentó. Pero el cloroformo hizo sus efecto y lo dejó adormilado. Akira vió como su alrededor de fue nublando lentamente.

-¿Lean?... -Akira agitó los barrotes que tenía delante suyo. ¡Lean! -gritó rompiendo su voz. Miró su alrededor y tragó saliva. Estaba asustado. Tenía miedo. ¿Por que estaba allí encerrado? ¿Qué había pasado? Sólo recordaba a Leandro cayendo de rodillas, totalmente k.o.

Empezó a oír esa voz. Esos gruñidos. Era él.
-¡Lean! -empezó a vociferar. Empezó a mover con más fuerza los barrotes oxidados. -¡Lean por favor! ¡Lean! -su voz cada vez estaba más rota. Y lo que prometió no hacer nunca más, lo hizo.

-¿Estas bien? -preguntó el cubano, acariciando su espalda con su mano. Akira permanecía con su cabeza entre sus brazos.

-No...

-Kira. Mirame.

-No. -murmuró de nuevo. Leandro observó como su piel ahora era de un tono lilaceo. Se levantó y sin mirarle se alejó.

-Kira.

-¡Que me dejes joder! -dio un golpe con su puño que dejó marca en el marco de la puerta.

Después de un cuarto de hora Leandro se levantó y buscó a Akira. Estaba sentado en el sofa, con sus ojos vidriosos.
-Yo casi te...

- Que no. No pasa nada. -el chico le abrazo.

-¿Traes la...?

- Si. -y con ayuda de Leandro, Akira se dejó vacunar. Vacuna contra su forma galra. Contra la forma tan mal vista y tan salvaje en ese lugar.

Akira se concentró y enseguida, de la rabia contenida, su piel se tornó lilacea y sus ojos de color oro y refulgor.
Apretó su puño y golpeó los barrotes. Tratando de no dejarse llevar por sus instintos salvajes y sádicos, corrió hacía donde escuchaba los gruñidos. Y allí estaba.

-¡Eh! -Akira frunció su ceño. Los secuaces de Lotor crujieron sus puños. Y tan pronto lo hicieron como acabaron en el suelo. Akira comenzó a hiperventilar. Estaba perdiendo el sentido y el control. Leandro, con el labio hinchado, le observó. No podía hacer nada: estaba atado de brazoa y pies en el suelo.

-¡Kira! -gritó como pudo. -¡Kira escuchame, estoy aquí, todo va bien! - Akira trató de controlar su respiración. -¡Vamos, desatame y te pincho, lo tengo encima vamos! ¡Kira se que eres tú, que estás ahi! - Akira le miró, y con el ceño fruncido, trató de desatarle. No acabó de hacerlo y su vacuna rodó del bolsillo de Leandro. -¡Eso, eso es, damelo corre! - Akira se lo puso en la boca, y desde allí mismo trató de pincharle en el brazo. Y lo consiguió. Akira empezó a calmar su respiración. Volvió en sí y se acercó a Leandro, aún mareado. De fondo escuchaban pasos, golpes, gruñidos y choques. Akira acabó de desatarle, y Leandro pudo soltar la vacuna de su boca.
Se miraron: Leandro se preocupó de ver si Akira ya estaba en condiciones. Acarició su mejilla y observó sus ojos: violetas. Todo bien

-Lean, tu cara... está...

-Está hecha una mierda. Pero da igual. ¿Estás bien, te han hecho algo, te ha perjudicado la forma galra? -negó varias veces.

-Bien. Todo bien. Estoy sólo un poco mareado y...

-¡Chicos! -esa voz grave y masculina. Era Hachiko (Shiro). Apareció junto la chica de pelo blanco y ropa ceñida.

-Que desastre. -murmuró la femenina. Akira iba a contestar de mala gana, pero Leandro le frenó.

-Un poco. Por favor. A nuestra casa. Ya. -Akira acomodó a Lance en su hombro.
Y volvieron a casa.

-Quedan 4 vacunas. ¿Irás bien con ese número? -murmuró Leandro en casa de Akira. El coreano asintió. Leandro sintió que algo no iba bien. -Oye...

-He roto la promesa.

-La has roto por nosotros. No pasa nada.

- Pero he vuelto a caer.

-No has caído si ya estás de pie. -Leandro se sentó a su lado y le abrazó por el hombro. -Escúchame: se que detrás de esa forma animal, sigues ahí. Es cuestión de control. De paciencia. De concentración. - Akira de acomodó en su pecho.
Con ese aroma de quedó adormilado. Y Lance se distrajo con su melena.
Su gatito por domar.

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[💜 Nota de la autora porque puede y porque quiere oír a los lectores(?) :
Si queréis segundas partes de algún One Shot de los publicados, comentarlo y lo tendreis.
Si tenéis alguna idea que os hace ilusión, comentarla y se pondrá en marcha. 💜 ]

klance «One Shots» [Voltron]Onde histórias criam vida. Descubra agora