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Donde Lance es un criado y
Keith es de clase social alta.

Keith odiaba pasar los días en su cuarto. En serio, lo odiaba. Quería salir y divertirse, pero no, por que no podía excederse.

-Shiro, que aquí me aburro joder.

-Lo siento Keith. Es lo que hay. Si te aburres pide cosas a los criados y que para algo están. -eso le sentó a Keith como una puñalada.

-No hables así de ellos. -murmuró en un gruñido.
Detectó a un criado que parecía de su edad. Y vaya criado.
Moreno, de tez canela, de ojos azules como el mismo puto mar y una sonrisa que se moría por ver.
Empezó un día a hablar con él.

-¿Así que de Cuba?

-Sep.

-¿Y cuanto llevas aquí trabajando?

-Muy poco.

-Eres joven sabes. Podrías aspirar a algo mejor.

-Me basta. Aquí pagáis relativamente bien.

-Es que os explotan, es lo mínimo que pueden hacer. - se apoyó en el cesped con sus manos y se recostó.

-Como nos vean te desheredan. -murmuró el cubano mirándole. El coreano chasqueó su lengua y sonrió de forma traviesa. -¿Qué? Es verdad.

-Me la suda que me vean contigo. No por ti, por ellos. No me van a prohibir pasarlo bien.

Pasaron días, y seguían viéndose. Y Keith se empezó a dar cuenta: necesitaba tenerlo para él todo el rato.

-¿A que esperas a buscarme y verme? -el cubano se giró y negó, riendo, volviendo a hacer la cama. -No la hagas. Déjala. - el coreano entornó la puerta y se acercó a él.

-Keith, que me juego el curro.

- Si la vamos a hacer. - se acercó a el y abrazó su cintura. -Pero ahora luego.

-Dirás la vas a hacer.

- Es negociable. -dijo con una sonrisa en los labios. -Ven anda. Vaya día más aburrido sin ti. - el chico acercó su rostro al ajeno. Lance le paró y le indicó que le siguiera.

-Aquí no nos ven. La ventana. -dijo señalando el jardín. En las tumbonas Shiro y su pareja. -Ahora si. -el cubano le acercó del cuello y fundió su boca en la ajena.
Pueden prometer y prometen que se gustaban. Keith cada vez que lo veía limpiar quería llevárselo de allí y tenerlo en su cuarto, oculto y guardado como un niño que se lleva su dulce favorito son que nadie se entere.
Y Lance, cada vez que le veía guiñarle el ojo, hablarle mientras trabajaba o simplemente llamarle sentó a todo su ser derretirse. Le volvía loco el niñato rico. El era un cubano que fueran a por y para su familia, y sólo quería el dinero.
Ahora va y quiere el dinero y al niño pijo chino.
Que se gustaban, mucho.
Esos dos siguieron comiéndose la boca, Keith pasando sus manos bajo la camiseta de Lance y Lance sus dedos por su cabello.
¿El problema? Faltaba alguien en una de las tumbonas.

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[💜 Nota de la autora porque puede y porque quiere oír a los lectores(?) :
Si queréis segundas partes de algún One Shot de los publicados, comentarlo y lo tendreis.
Si tenéis alguna idea que os hace ilusión, comentarla y se pondrá en marcha. 💜 ]

klance «One Shots» [Voltron]Where stories live. Discover now