klance «One Shots» [Voltron]

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-Despacio... -decía Lance, debajo de las piernas del coreano. Eh, no tan rápido, no están teniendo sexo. No ahora mismo. Lance estaba exhausto, cansado y rígido hasta las cejas. Y lo único que sabía hacer su chico para mejorar aquello era un buen masaje. Era extraño, pero se le daba bien, más que bien. -¡No tan fuerte! -decía quejándose y agarrando el cojín con fuerza. -¡Eres un bruto, Keith!

-Calla. Después de esto llega lo bueno. Lo sabemos ambos. - Keith seguía presionando con sus dedos sus escápulas. Hundió suavemente dicho a dedos, y arrancó un quejido al cubano. -Lo siento. Enseguida mejorará esto. -y tuvo razón. Lentamente sus dedos fueron llegando a su columna y A todos los músculos de su espalda. Lance no se resistía. Estaba tumbado boca abajo, soltando algún que otro jadeo de placer. -¿Mejor eh?

-Tu me dirás... -decía sonriendo, mirándole de reojo. -Esas manos hacen milagros. Y de los buenos. -dejó en el aire un suspiro alargado. Keith iba bajando sus dedos por si columna vertebral. Se desplazó suavemente hacia atras, apoyado en la zona de las piernas de Lance. Sus dedos llegaron a si espalda baja. -¿Te gusta lo que tienes delante, Keith?

-Cállate.

-Pensarás que como tengo ese culo. Pues no necesito nada. Natural.

-Eres patético, cállate. -el coreano negó con su cabeza. Pasó sus dedos con fuerza y presión sobre la zona de su espalda baja. Y delante de él su trasero. Vaya culo. Vaya. Culo. Era un tanto aplanado, pero aún así estaba duro como una piedra. De ser él, no se cansaría de morderlo. Pero estaba haciéndole un masaje. Sólo eso, un masaje.

-Keith, no podrás aguantar.

-Si podré. Cállate ya. -siguió haciéndole un masaje para subir de nuevo sus manos hacia arriba. ¿Qué ocurrió? Que Lance es tan cabezón como un niño, y no se dió por vencido: alzó sus caderas y chocó su culo contra la entrepierna ajena. Keith soltó una bocanada de aire pesada.

-¿Quieres una rondita?

-¿Acaso quieres correrte con los putos preliminares?

-¡Sólo ocurrió una vez!

-¡Si, una tras otra!

-Va, un poco no hace daño... -movió su trasero lentamente por el paquete del coreano. Mordió su labio, sonriendo. -No aguantarás mucho, Keith.

-Te odio.