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Una apuesta. Una puta apuesta que le habia jodido, y mucho. Le había jodido la tarde entera. Keith va a estar ocupado toda la tarde, os lo aseguro. Ni le llameis. Esas fueron las palabras de Lance al equipo. ¿Qué había pasado?¿Os preguntáis que había pasado?

-Te aseguro que te ganaría en un pulso.-afirmó Keith.

-Sólo se puede averiguar de una forma. - Lance se arremangó.

-Veamos quien tiene razón. - Keith se quitó su chaqueta. Ambos tenían unos brazos que ya querrían muchos. Daban envidia.

-¿Apostamos? -dijo el cubano. Keith alzó sus hombros. -Ya se. Si gano yo... - Lance esbozó una sonrisa que daba miedo. -Tendrás que vestir con traje de enfermera.

-¿Perdón?

-Lo que oyes, melenitas.

-No voy a jugar a los disfraces Lance, ya tenemos una edad.

-No, no cualquier disfraz de enfermera. Ya sabes... disfraz de enfermera.

-Eres enfermizo. -fuese como fuese, acabó aceptando. -Si gano yo, me harás caso en absolutamente todo lo que yo te pida. - Lance asintió, parecía no importarle.
La cosa es que por muy delgaducho que Lance pareciera, engañaba. Ganó. Ganó sin hacer trampas 2 de 2 intentos.

-Enfermeeero. -dijo el cubano canturreando desde la cama.

-¡No pienso ir!

-Vamos, no te hagas de rogar.

-Lance, nuestra poca amistad la une esta chorrada. No lo estropees así. - Keith sonaba un tanto cansado y molesto.

-La última vez, venga. - Keith soltó un resoplido desde el otro lado de la puerta. Y allí apareció el coreano: un vestido corto, pegado, con detalles rojos relacionados con la enfermería, con un estetoscopio colgado del cuello (de plástico, obviamente) y con calzas blancas casi transparentes hasta los muslos,destacando las piernazas que la vida le había regalado. En pocas palabras: para comerselo entero. Lance sonrió ampliamente al ver ese corto trozo de tela moverse al ritmo de sus piernas.

-Eres un puto cerdo. Deja de mirarme así. -por 5ta vez se bajo la falda del vestido.

-No se te ve nada... Bueno, esas piernas que madre mía... -murmuró sonriendo.

-Para que coño me necesitas.

-Vaya servicio más malo.

-¡Que me digas que quieres de una vez!

-Se me ha caído. -señaló el suelo.

-Lance, ahí no hay nada. -confirmó tras mirar la zona señalada.

-Si, si. Se ha ido rodando debajo de la cama.

-Pues cógelo tu.

- Keith ya que jugamos, me meto en el papel de enfermo.- Keith suspiró sonoramente y se agachó. Al doblar sus piernas,el vestido lentamente fue subiendo. Y más pierna al descubierto. -Ya lo he encotrado... -murmuró tapando su boca. Keith se incorporó, y Lance aprovechó mientras estaba de pie y de espaldas para tocarle el culo de forma rápida. Keith se giró un tanto molesto.

-Te odio. No me dirijas la palabra hasta que... -iba a terminar su oracion cuando la mirada se le fue al sutil bulto que nacía en la sábana que cubría a Lance. -No es enserio. Esto no me está pasando.

-Enfermero, voy a necesitar una inyección. -le guiñó un ojo. Keith rodó sus ojos. -Estoy enfermo, ¿recuerdas?

-Si, si lo recuerdo. Estas enfermo Necesitas terapia, y urgente. - Keith se giró y se dirigió a la puerta.

-¿Enfermero? -ninguna respuesta. -¿Enfermero? ¿Mi inyección?

-A dormir, es tarde.

klance «One Shots» [Voltron]Where stories live. Discover now