La historia de un gran amor.Arthur y femMerlin.

LA MARCA DE NIMUEH.Afanc

CAPÍTULO 8 - LA MARCA DE NIMUEH.Afanc

Hubo varias reacciones en la Cámara del Consejo después de su declaración, cada una más similar a la anterior pero por diferentes razones. Arthur había dejado de hablar, dejó de moverse todos juntos, y la estaba mirando con ojos incrédulos, del tamaño de platos de comida; Uther tenía sus ojos fríos enfocados en su rostro enrojecido y su boca aún no se había cerrado; y Gaius, se veía furioso y horrorizado todo al mismo tiempo.

"Estas loco?" le ladró, como si no estuviera en presencia del rey. Sus ojos ardían.

"No la voy a dejar morir por mi culpa", murmuró al médico, y se le escapó. Merlynn colocó su barbilla desafiante y miró directamente a los ojos del rey; Ella no estaba asustada ahora. Ella tuvo que enfrentar sus propias consecuencias. "Señor, me coloco a tu absoluta misericordia". Gaius maldijo detrás de ella. "Libere a Gwen, no era lo que ella estaba haciendo. Era mía".

"¿Y por qué serías responsable por la vida del hombre?" le preguntó a ella, especulativa.

"Ella es mi amiga. Sentí la necesidad de mantener vivo a su padre. Él es todo lo que tiene; no podía dejar que su padre muriera". Ella fue completamente honesta con su declaración, pero Arthur parecía pensar que se estaba arriesgando para mantener a su amiga a salvo; eran ambas cosas, pero nunca sabría que ella estaba diciendo la verdad. Merlynn no iba a dejar que Gwen muriera por algo que ni siquiera había hecho.

Gaius habló detrás de ella, su voz tomó una nota desesperada, "¡Ella no sabe de qué está hablando!"

"Sí", declaró ella, girando su cabeza ligeramente hacia él para dirigir las palabras al médico, "lo hago".

"Arrestenla, entonces," dijo Uther con un gesto de su mano.

Arthur respiró profundamente por la nariz para calmar el impulso de estrangularla. ¿Por qué, oh, por qué, ella haría una cosa así? Merlynn no había estado en Camelot durante un mes todavía y ya estaba sacrificando su vida por personas que apenas conocía. Su sirviente era un completo idiota, mintiendo sobre la magia para salvar a Gwen. "Padre, por favor", anunció, abriéndose paso hacia ella. "No puedo permitir esto. ¡Es una locura! Mer lynn no puede ser una hechicera, es completamente imposible".

Imagina su sorpresa, pensó para sí misma mientras apretaba la mandíbula con irritación. Una vez más, lo que ella quería, lo que había planeado no iba en consecuencia. Si él no hubiera sido interrumpido, Gwen sería libre y ella sería quemada en la hoguera. Todo estaría bien.

"¿ No la escuchaste?" El rey Úter replicó. Ella apuntó furiosa al príncipe para estar de acuerdo con su declaración.

"Sí", respondió.

"Ella lo admitió."

Arturo suspiró; No había pensado en eso, otra vez. Su padre creería una confesión: su mente estaba distorsionada por el odio incesante y el deseo de destruir a cada ser mágico en la tierra. "Ella me salvó la vida, padre, ¿recuerdas?"

"¿Por qué ella fabricaría tal historia?" Preguntó con una ceja levantada.

"Porque estoy diciendo la verdad", insistió ella. "Coloqué la cataplasma debajo de la almohada del padre de Gwen y luego mejoró".

Uther hizo un gesto hacia ella, con los ojos fijos en su hijo. "¿Cómo podría ella saber esto si ella no era la hechicera?" Apretó la mandíbula; Ella ciertamente no estaba facilitando su rescate, ¿verdad? "Le dije antes cuando me estaba pidiendo que liberara a Gwen", explicó encogiéndose de hombros, acercándose a ella y envolviendo un brazo sobre su hombro. "Ella solo está defendiendo a un amigo para protegerla. Obviamente, Mer lynn es un amigo muy leal, como un perro". Uther se rió de eso.