La historia de un gran amor.Arthur y femMerlin.

La venganza Annis

Capítulo 84: La venganza Annis

Merlynn podía sentir el silencio vibrar en la habitación. Ella no podía soportar romperlo; suficiente ruido viajó por los pasillos del reino, el principal tema de discusión de la guerra entre dos reinos que alguna vez fueron parte de un tratado de paz. Sus manos fueron presionadas ligeramente contra su vientre, los dedos tocando su piel cubierta de material mientras reflexionaba sobre cómo podría ayudar a Camelot esta vez. Parecía que, con Agravaine alrededor, su mundo se estaba volviendo cada vez más difícil. Arthur tenía demasiada fe, era demasiado ingenuo para darse cuenta de las verdaderas intenciones detrás del consejo de su tío.

Fue irritante.

" Oh. Hola, señor. ¿Qué te trae a mi casa?" oyó decir a Gaius desde abajo. Su voz estaba apagada por la puerta y la distancia entre ellos, pero ella podía escuchar la incertidumbre de curiosidad en su tono.

Merlynn se arrastró hacia la puerta y miró a través de los pequeños huecos que se habían podrido con el paso de los años. Arthur se echó hacia atrás su capucha azul claro, la misma, se dio cuenta, se puso cuando los dos se besaron por primera vez, y le envió a Gaius una sonrisa forzada.

" Gaius ," dijo suavemente. "¿ Puedo hablar con Merlynn, por favor ?"

"Por supuesto. Pero ella podría estar dormida, así que tenga cuidado con sus pasos", le instruyó en su tono paternal.

Merlynn volvió a su cama y regresó a su posición original, tratando de calmar su corazón acelerado. Se aseguró de mirar fijamente por la ventana mientras se colocaban tres golpes en la puerta; indiferente, ella dijo, "si?"

"Soy yo", dijo. "Escucha, necesito hablar contigo."

"Bien", suspiró ella. Merlynn no estaba de humor para hablar con él, no después de las tonterías que había hecho, pero ella escuchaba lo que tenía que decir.

Arthur sintió que su garganta se cerraba cuando entró en su pequeña alcoba. Su mano, inestable, soltó el agarre de la puerta de madera y la cerró suavemente detrás de él; Fue encerrado, aislado en la habitación demasiado pequeña. Observó mientras sus ojos, azules (eran tan azules, tan hermosos) e inseguros, lentamente parpadeó para encontrarse con los suyos. Su pecho se apretó dolorosamente al verla finalmente mirándolo con algo más que decepción. Él no quería lastimarla, y especialmente no quería verla odiarla por él, su dolor. Arthur no tenía intención de dejarla desde el momento en que se enamoró de ella; de hecho, a partir de ese momento todo lo que había querido hacer era mantenerla a su lado. La idea de que ella no estuviera cerca le daba agonía física.

Pero, tal vez Agravaine había sido correcta. Ella flaqueó su juicio, lo hizo imprudente; ella lo distrajo ¿Dejarla a ella lo pondría en el camino correcto para convertirse en un mejor rey?

"¿Qué deseas?" preguntó ella, sentándose en su cama.

Arthur suspiró, pasando una mano por sus cerraduras ya despeinadas que había estado tirando antes debido al estrés. "Merlynn. Por favor, créeme cuando digo que" respiró profundamente ". Por favor, créeme cuando digo que nada de esto tiene nada que ver contigo".

Merlynn frunció el ceño. "¿En qué diablos estás hablando? No entiendo".

"Cuando me enamoré de ti", se sentó a los pies de su cama; acercó las piernas a su pecho, "yo era un niño. Ingenuo, imprudente; me hiciste sentir cosas que nunca antes había sentido. Estaba embotada. Pero ahora soy rey. Las cosas han cambiado; para mí, para Nosotros, después de todo este tiempo, todos estos años ". Su rostro cayó cuando comenzó a darse cuenta de lo que él estaba haciendo. "Ahora que soy rey, tengo más responsabilidades, más expectativas. Debo pensar en el reino, en las personas dentro de él". Se tragó su propio dolor; apretó los puños con fuerza. Cada palabra era como el ácido quemándole la garganta. "Seré juzgado, por mis acciones, a quién escojo para ser una reina adecuada ... con quién me ven".