La historia de un gran amor.Arthur y femMerlin.

UN AÑO.

Capítulo 106: Un año

La magia todavía estaba ilegalizada. Merlynn parecía haberlo olvidado durante los primeros meses como reina, aunque no sabía por qué, ya que el asunto era tan importante. No hubo mucha actividad mágica desde la "derrota" de Morgana y, si la hubo, fue menor e inofensiva y los hechiceros que usaron sus poderes fueron despedidos sin castigo. Al principio, a Arthur le había resultado difícil permitirles abandonar el castillo libremente, y se necesitaban muchas súplicas y argumentos para que estuviera de acuerdo. Todavía no estaba listo para aceptar la magia por completo, aunque no le importaba su propio poder, aunque estaba un poco frustrada por su comportamiento obstinado, no podía hacer mucho más que esperar a que él se deshiciera de la prohibición.

El consejo había cambiado. Merlynn reconstruyó completamente todo el consejo de abajo hacia arriba y se aseguró de que estuviera lleno de personas en las que pudiera confiar. Tristan era ahora miembro de pleno derecho de la corte y actuaba como mano derecha para Arthur; ayudó con problemas de ciudadanía y dinero, ya que estaba muy familiarizado con él y podía dar su opinión. Sin embargo, no estaba atado al consejo, y podía escapar al bosque cuando estaba libre. Isolda también era un miembro frecuente del consejo, pero prefería pasear con Merlynn o quedarse en Blacksmith's. A pesar de estar embarazada, Gwen estaba muy dispuesta a unirse y, como la amiga más cercana y antigua de Merlynn en Camelot, se le confiaba para tomar decisiones cuando el rey y la reina no estaban cerca. Por supuesto, se requirió que Geoffrey de Monmouth fuera parte del consejo, y Gaius ya era miembro, por lo que mantuvieron sus posiciones.

Por supuesto, aquellos miembros que ella tuvo que despedir no estaban muy felices, discutiendo con Arthur durante días sobre la "inteligencia cuestionable" de su esposa. El rey, que estaba más que feliz de estar de acuerdo con Merlynn, los despidió y dijo que si no estaban contentos con su decisión, estaban "más que felices de irse de Camelot".

Lentamente, se elaboraron y eligieron impuestos y leyes. La magia aún estaba prohibida: Merlynn renunció a pelear con él, pero cuando el asunto surgió en el montón de pergaminos a su lado, lo dejó a un lado por si acaso.

"Esto es increíblemente aburrido", comentó Tristan, dejando que el pergamino cayera de sus dedos sobre la mesa.

"Cuéntame sobre eso", Merlynn estuvo de acuerdo con un bufido. Se ganó un codazo de Arthur y una reprimenda mirada del viejo médico, al que simplemente se encogió de hombros. Realmente fue una de las tareas más aburridas que había experimentado. El vestido que usaba, un número rojo que le dejaba los hombros al descubierto y se ensanchaba con sus antebrazos. Le tomó un tiempo aprender a sentarse apropiadamente con un vestido así. El diseño apretado del corpiño le impidió encorvarse y le causó mucha incomodidad si intentaba agacharse; su cuerpo adaptado a sentarse, hombros rectos, estómago adentro.

Arthur puso los ojos en blanco. "Sólo queda un par. Entonces podemos irnos".

"Gracias a los dioses", comentó Isolde, agachándose en su asiento junto a su esposo. Se les había dado una ceremonia adecuada para anunciarse como marido y mujer oficiales. "Estoy harta de mirar estas cosas sin sentido, oh, así que la cera para armadura es un gran problema", había una burla en su voz mientras se burlaba de la declaración actual en sus manos.

"Lo es, en realidad", dijo la nueva reina e ignoró la extraña e incrédula mirada que le dieron. "Um, la calidad de la cera varía y si hay una mezcla terrible de cosas, la armadura se ve espantosa y pegajosa y luego se grita a los sirvientes. Es horrible. Es lo mismo con los pulidores. Es bastante ridículo. que estos pequeños asuntos son tan importantes, pero lo son. Entonces, dales un poco de descanso ".

"Creo que tu sirviente interno está haciendo una aparición", se rió ella, tocando el brazo de Merlynn.

"Silenciar."