Cap. VIII

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Martes, 23:35h.

Alba mira de reojo a Natalia en el escenario mientras canta "Crazy" de Gnarls Barkley, es la tercera vez que le piden que vuelva a subir a cantar. Baila ligeramente, pero de forma muy sensual, a lo que la gente responde con gritos... es mona y lo sabe... "qué creída" – piensa Alba.

La rubia recorre el cuerpo de la morena de arriba abajo, tiene unas piernas larguísimas y la camiseta que ha elegido se le ajusta al cuerpo mostrando una figura propia de una modelo, también deja al descubierto varios tatuajes en sus brazos, uno de ellos abarca parte de su mano derecha... es una especie de mandala.

"No es fea, de hecho, tiene una boca bastante bonita, pero tampoco encuentra eso que ve toda esa gente que la considera tan... espectacular" – piensa Alba.

Justo en ese momento, los ojos de Natalia se encuentran con los suyos, sigue bailando de forma sensual, se acaricia desde la pierna hasta el ombligo y le guiña un ojo a Alba, quién, aturdida, baja rápido la mirada.

- Madre mía, si me está poniendo hasta a mí – escucha la rubia a su lado.

Es Julia, una de las camareras del local y amiga de Alba desde que llegó a Madrid para estudiar hace 4 años.

- Anda ya – contesta la rubia que se ha puesto a secar vasos para distraerse – no sé lo que le ve la gente.

- ¿En serio? – contesta Julia mientras mira hacia el escenario – Pues si a mí me diese por experimentar, sería con alguien así.

- Bah, ni de coña, además... ¿qué es eso de la nariz?, es como la hija perdida de la Juani y la vaca de Milka – contesta Alba, sonriendo.

- Jajajaja, cómo te pasas, tía. Supera ya lo de tu hermana, si al final no le tocó un pelo – Julia se aleja entre risas.

Miércoles, 02:47h.

El local ya estaba vacío, hacía casi media hora que habían cerrado al público. Joan estaba en el despacho, haciendo caja; Julia barría la pista y Alba terminaba de recoger los últimos vasos del lavavajillas.

- ¿Nos tomamos la cerveza de la paz? – Alba escucha una voz ronca a su espalda. Al girarse ve a la morena, que se ha cambiado de ropa y ahora lleva una sudadera gigantesca de color camel.

- ¿Todavía estás aquí? - dice Alba sin dejar de recoger vasos.

- Vamos, rubia, ¿no vas a sonreírme nunca? – contesta Natalia con la voz algo castigada por la noche.

- Escúchame – Alba se gira para quedarse mirando a la morena – Tú y yo no vamos a ser amigas. Trabajas aquí porque necesitamos a alguien y porque lo haces bien, pero yo soy tu jefa y tú mi empleada...fin de la historia.

- Muy bien...jefa – dice Natalia sonriendo. Recoge su chupa, su casco y se gira buscando la puerta - ¡Hasta el viernes, morena! – dice sin volverse.

- ¡Hasta el viernes! – contesta Julia que se está acercando a la barra con el cepillo, mirando a Alba – Por Dios, cómo me pone esa tía...

- Arrgg – gruñe Alba poniendo los ojos en blanco – Estáis todos locos.

Y TÚ MÁS | AlbaliaWhere stories live. Discover now