Cap. XXXIII

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Esa misma noche...

Llegan al dormitorio de Natalia que está levemente iluminado por la luz que entra por la ventana. La morena se sienta en el borde de la cama, con la rubia a horcajadas sobre ella y le acaricia la espalda hasta llegar a los brazos, que siguen enroscados alrededor de su cuello.

- Alba... - susurra, y espera a que la mire a los ojos – puedes pararme cuando quieras. No quiero que te sientas incómoda.

La mirada de la rubia pierde toda la tensión que parecía tener y deja escapar un suspiro. Acaricia los labios de Natalia con sus dedos y observa cada detalle de su boca mientras que enreda la otra mano en su pelo. La morena la deja hacer, dedicándose a acariciar su espalda con suavidad, entiende que es Alba la que debe marcar el ritmo.

La rubia se acerca despacio y pasa su lengua por los labios de Natalia, acariciándole la nuca. Escucha un pequeño gemido de la morena en el momento en el que desvía su atención hacia su cuello, al que Natalia da mejor acceso girando la cabeza hacia un lado.

- Joder, que bien hueles... – susurra Alba, que vuelve sobre la boca de la morena para atraparla en un beso que las deja sin aire a las dos.

Después de varios minutos recibiendo besos y pequeños mordiscos de Alba por todo el cuello y las clavículas, Natalia ya no puede aguantar las ganas y toma bruscamente entre las manos las caderas de Alba para arrastrarla más cerca de las suyas. Puede notar la respiración entrecortada de la rubia, cuyo pecho sube y baja acelerado a unos centímetros de su cara. Alba entrelaza su dedos en el pelo de la morena y tira con firmeza, mientras se acerca a besarla con ansía, muerde su labio inferior y su lengua lucha por hacerse con el control de la boca de Natalia, que se agarra fuerte a su culo y respira pesadamente.

Muy despacio, la morena tira de la camiseta de Alba hacia arriba y para su sorpresa, es la rubia la que levanta los brazos para que consiga sacarla sin problemas, volviendo a besarla en cuanto Natalia lanza la prenda hacia algún sitio. Las manos de la morena recorren despacio la espalda de Alba, hasta dar con el sujetador. Al notarlo, se aparta ligeramente para poder contemplar a la rubia con su conjunto de ropa interior de encaje negro:

- Joder, Alba... - susurra contemplando su cuerpo, con la respiración entrecortada.

Alba nota como un escalofrío le recorre el cuerpo, y, muerta de vergüenza, usa las manos para levantar la cara de Natalia y hacerla que la vuelva a mirar a los ojos. Ésta entiende a la rubia y vuelve a besarla mientras acaricia su vientre y sus caderas.

Alba se siente mareada, nota las manos de la morena sobre su piel, abrasándola; la necesidad de su lengua en la boca en la que ya hace rato que ha perdido la batalla por el control; la invade su perfume y la aterra la sensación de que, en este momento, Natalia podría destrozarla sólo con chasquear los dedos. Está tan asustada que no ha notado la mano de la morena desabrochando su sujetador y dejándolo caer en el suelo; baja la mirada y se encuentra con sus ojos, pidiendo permiso.

Alba abre la boca para pedirle que pare, pero no salen las palabras, es más, su cuerpo se arquea para darle a Natalia mejor acceso. Alba puede ver una sonrisa en su cara, y acto seguido se lanza a besar uno de sus pechos, primero lo hace despacio, haciendo dibujos con su lengua por los alrededores mientras su mano se encarga de acariciarle el otro pecho.

Alba no puede evitar soltar un gemido de anticipación mientras arquea aún más la espalda, gesto de invitación que acepta Natalia, llevándose el pezón a la boca y lamiéndolo despacio. La rubia ya no es dueña de su cuerpo, que va por libre, obedeciendo a las manos de la morena, que ahora le está dando al otro pecho el mismo tratamiento.

Después de unos minutos dedicada al torso de la rubia, Natalia desliza una de sus manos por su espalda, hasta llegar a su pelo, del que tira suavemente, obligando a Alba a mirar hacia arriba. Coloca la otra mano en la parte baja de su espalda mientras recorre el cuello de la rubia con su lengua, de abajo a arriba, tirando una vez más de su pelo.

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