Término de las vacaciones

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La burbuja de romance y cariño se rompió después de unos minutos, en cuanto Jimin recordó que su dueño podría volver en cualquier instante, por ello, es que aun a regañadientes, ambos híbridos tomaron una rápida ducha para quitar el sudor y otros fluidos. Bien, quizás no fue una ducha tan rápida y terminaron con algo más de fluidos antes de que pudiesen estar limpios, empero luego de media hora ya se encontraban vestidos y frescos.

La merienda desapareció en un cursi acto, ambos se daban de comer en la boca quedándose abrazados en el sofá mientras veían de reojo una aburrida comedia romántica. El rubio enrolló su cola en uno de los muslos de Jeon a pesar de estar sentado sobre su regazo, ronroneando y frotando su mejilla en el cuello de éste. Lo marcaba, compartía su felicidad, al tanto el castaño acariciaba sus caderas moviendo su rabo con rapidez. No había nada mejor que ello, nada podía arruinar sus mimos. Nada excepto el timbre siendo tocado con desesperación.

–¡Maldito mocoso, sé que estás ahí! –

–¿Yoongi? – El conejo frunció el ceño y miró a su mayor algo extrañado. – Yo iré, Minnie. – Dijo para dejar al gatito sentado en el sillón y así poder abrir la puerta que no dejaba de ser azotada. – ¿Qué te pasa, Yoongi? –

–¡Mocoso! – El compositor es un ser realmente pálido, sin embargo, en aquel instante estaba rojo de ira. – ¡¿Qué mierda te pasa a ti?! ¡Estaba jodidamente preocupado! –

–¿Yoongi-hyung, sucede algo? – La melodiosa voz del calicó resonó mientras se acercaba.

Jeongguk mantenía un semblante serio, cruzándose de brazos, al momento en que el rubio quedaba entre Min y Jeon. El adulto parecía calmarse al contemplar a su musa, su respiración se recomponía lentamente.

–Te dije que vendría. – El menor de todos se encogió de hombros. –Iba a venir a pasar tiempo con Minnie, contigo o sin ti. –

–¿Minnie? –

Aquello provocó que el calicó bajase sus orejas y se sonrojase, ¿cómo era posible que Jungkook dijese eso sin más? La mirada del felino quedó en el suelo para que su colita serpentease de puro nerviosismo.

–¿Dónde está Hoseok? – Preguntó frunciendo el ceño, algo no andaba bien, podía sentirlo.

–Hobi-hyung salió, aunque no me dijo a donde iba. –

–¿Están solos? – El de cabellos celestes frunció el ceño, empuñando ambas manos esperando una negativa a su pregunta. Sí, quizás el bailarín estaba en el baño o durmiendo una siesta, no podía dejar a un par de hormonados solos, no. No podía dejar a Jimin solo para que cualquiera lo tocara.

–Sí, ¿acaso ves a alguien más aquí? – Jeon estaba comenzando a perder la paciencia, detestaba ser regañado por Yoongi. Lo quería mucho, pero no tenía poder sobre él. Con las orejas apegadas a su castaña cabellera, se acercó a su pareja para rodearlo por la cintura con posesividad, tenía que hacer que Min leyera el ambiente.

–Kookie... no le hables así a hyung. – Susurró el gatito, todavía algo cohibido.

Era suficiente.

–Jeon Jeongguk, ve afuera y súbete al maldito auto. – La expresión en el rostro del mayor le impidió refutar. Sus ojos rasgados hervían de furia y su voz sonaba tan grave que era obvio que no daría lugar a discusiones.

–Hazle caso a Yoongi-hyung, Kookie. – Sonriendo con la ternura que lo caracterizaba, Park se ladeó para ponerse de puntitas y con el rostro ruborizado, besó la frente del castaño.

Al conejo no le quedó mas opción, sus labios le picaban por robarle un delicioso beso a su ya reclamada pareja, no obstante, la atmósfera pesada le hizo entrar en razón. Vamos, que podía calmar sus hormonas si se lo proponía. Sonriéndole una última vez a su mayor, asintió hacia Min para salir de la morada Jung, dejando la puerta junta para caminar hacia afuera buscando el auto que conocía bien.

I'm gonna bite you [ KookMin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora