I'm gonna bite you [ KookMin ]

Noche de verano

*(2/3)*

Taehyung gruñía con suavidad, su cuerpo sudado se retorcía entre las sábanas.

–Chimchim... – Suspiraba en medio del sueño. – Mh... más rápido. –

Las orejas blanquecinas de Jeon se elevaron y su ceño se frunció, sentándose de golpe en el futón. Oh, no, no permitiría que Kim tuviese un sueño húmedo con su Jimin, sólo él tenía permitido eso y por supuesto, llevarlos a la realidad. Poniéndose de pie, se acercó a la cama del dueño de casa, manteniendo su cara de pocos amigos, antes de tomar uno de los zapatos del tigre y fijarse en la elevación de las cobijas en el sector sur.

–Ni siquiera en tus sueños, Taehyung. – Susurró dejando caer el calzado en la creciente erección de su amigo, apartándose enseguida.

Un grito agudo se escuchó de la boca del peligris antes de que se encogiese por el dolor, cerrando sus humedecidos ojos.

–¡Oh, Tae!—Haciéndose el desentendido, el conejo se sentó en la orilla de la cama. – ¿Estás bien, Taehyung? –

Un rugido se le escapó al felino para negar, ¿de verdad le estaba preguntando eso? ¡Que alguien le diera en las bolas y después le pregunte si está bien!

–Soy...soy tu hyung. – Su voz sonaba quebrada y no fue capaz de salir de esa posición fetal que había adoptado, esperaba no volver a sentir un dolor así, ¡él todavía quería tener hijos con orejas felpudas!

–Sí, sí. – Encogiéndose de hombros, movió su esponjoso rabo unos segundos. – Que bueno que estás despierto, ahora podemos hacer nuestro plan. –

–¿Plan? – Kim sacudió un par de veces sus redondeadas orejas, recuperando el aire perdido, mas sin moverse demasiado. –¿De qué hablas, Kookie? –

Las extensiones conejiles de Jeon se apegaron a su castaña cabellera, frunciendo el ceño con notorio enojo, ¿cómo podía estar preguntándole eso? Cada día se convencía más que el de cabellos grises no era un híbrido de humano y tigre, sino que de alíen y tigre.

–El plan para alejar a Jimin de Yoongi y de Hoseok. – La voz decidida del menor, obligó a Kim a sentarse lentamente en su cama.

–No hay plan, Kookie. – Suspirando con suavidad, le sonrió levemente. – Hobi-hyung siempre será el hermano mayor de Chimchim y bueno, su dueño. – Aquellas palabras tenían un amargo sabor en su boca, detestaba esa jerarquía, sin embargo, sabía que no había otra forma de decirlo. – Papá Nam me hizo prometer que no haríamos nada. – Desvió su mirada hacia el suelo, incapaz de contemplar el rostro decepcionado de su menor.

–¿Vas a dejar a Jimin con ese tipo raro? Tú mismo lo dijiste, ese sujeto es extraño, no está bien que se quede con Jimin. – Sus puños se apretaron, tomando la tela de sus pantalones. Estaba colérico, ¿por qué parecía que nadie quería ayudar al rubio? ¿No decían que lo querían? –

–Sí, Hobi-hyung es extraño. – Asintiendo, mordió su labio inferior aguantando las ganas de gruñir. – Pero sigue siendo mayor y el dueño de Jimin. Nosotros solo somos un par de niños, Kookie, no hay nada que podamos hacer. –

–¡Claro que podemos hacer algo! – Su respiración se aceleraba y su espalda ardía con los mil infiernos, empero ninguna molestia era mayor a la desesperación de quedarse a brazos cruzados.

–Jeongguk, mis padres están durmiendo, baja la voz. – Su cola rayada impactó contra el colchón para que volviese la mirada hacia el castaño. – Y ya basta, no podemos entrometernos ahora. –

Jeon no quería escuchar más, no quería quedarse allí, no quería ser un crío.

–Papá Nam, dijo que mañana podríamos llamar a Chimchim a su casa para hablar con él. – Soltó el felino para suspirar. – Así que ya duérmete. – Volviendo a acostarse, se acurrucó contra sus frazadas. – Cuando hablemos con Chimmy veremos qué está a nuestro alcance, por ahora, trata de relajarte, ¿sí? –