Noche de verano pt.2

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*(3/3)*

El camino hasta la morada Min fue bastante corto, pues al parecer Jimin había avanzado mucho sin notarlo, claro que al principio se había negado rotundamente e inclusive había pensado en tratar de seguir sus mismos pasos y regresar con Hoseok, esperando el castigo que era más que seguro tendría, sin embargo, la insistencia del ebrio Yoongi no le dejó más alternativa que aceptar.

Ya estaba afuera, iba a ser castigado de cualquier manera, o algo así era lo que había dicho el pelicyan.

Suspirando con suavidad, ayudó a que su mayor no perdiese el equilibrio mientras caminaban, además de reírse de los mordaces comentarios que éste soltaba sobre las personas con quienes había trabajado, ¡inclusive pudo escuchar su lado fanboy! Pues, jamás de los jamases se hubiese imaginado que su rudo hyung fuese un amante de aquella famosa banda BTS, en verdad las personas eran completamente distintas cuando estaban bebidas, ¿él también contaría sus secretos si se emborracharía? No era algo que quisiera descubrir.

Ayudando a abrir la puerta, ingresó con cuidado, levantando sus orejas y deteniendo el movimiento de su cola al sentir el particular aroma de Jeon por todo el lugar. ¡Bingo!

Yoongi arrastró sus pies por el pasillo hasta su habitación, aun siendo escoltado por el gatito.

– Minnie. – Lo llamó afirmándose en el marco de su puerta. – La tercera puerta de allá es la habitación de Jungkook, puedes dormir ahí, no creo que al mocoso siquiera le moleste cuando vuelva. –

Toda emoción se desvaneció en un segundo al escuchar eso. El calicó ladeó su cabeza, contemplado a su mayor.

– ¿Cuándo vuelva? –

– Sí, ese mocoso rebelde escapó de casa y se fue con Namjoon. – Frunciendo el ceño, ingreso de a poco a su habitación, dándole la espalda a Park. – Como sea, duerme en su recámara, mañana seguimos hablando. – Y sin más cerró la puerta encerrándose en el interior.

El rubio quedó mirando la madera un par de segundos, y cerrando los ojos se dejó llevar por el aroma delicioso de Jeon, hasta la pieza que le habían mencionado. Abrió con cuidado la puerta, curioseando el interior antes de ingresar, estaba un poco desordenado, sin embargo, era perfecto.

Entró por completo y cerró con seguro, por pura precaución, despojándose rápidamente de las prendas ajenas para revolver el closet del castaño, quedando sólo en su oscura ropa interior. Sí, tenía muy en claro que aquello no era correcto, no obstante, su cuerpo le exigía un mayor contacto con el dueño de la marca en su pecho. Escogiendo una camiseta de algodón blanca que le llegaba hasta los muslos, corrió hacia la cama de su menor para tirarse sobre ésta y abrazar la almohada. Ah, tan embriagante.

El cuerpo del felino vibró de gozo y por fin se sentía completo, una sonrisa se dibujó en sus gruesos labios sin que dejase de inhalar con profundidad por sobre la tela. Cada una de sus células se calentaba y el ardor en su pecho se propagó por el resto de su cuerpo, agitando su respiración al momento en que un continuo y suave ronroneo se le escapaba.

– Ah... Kookie. – Un suspiro con su nombre fue suficiente para que su imaginación se pusiera en marcha. ¿Qué tan pervertido era imaginar al castaño abrazando su cuerpo para que comenzara a besar cada centímetro de su piel?

Un maullido salió desde lo más profundo de su garganta al instante en que se recostaba boca abajo en la cama, dejando su colita entre sus piernas acariciando su zona sensible, restregándose con lentitud entre las colchas, creando una cálida fricción que hacía despertar a su cuerpo. Su mente creaba imágenes más rápido, ahora Jeon se encontraba acariciando sus muslos desnudos, mordiéndolos para dejar sus dientes allí, una y otra vez.

I'm gonna bite you [ KookMin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora