Atún para el desayuno

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–Tranquilo, Hobi está acá y no irá a ningún lado hoy. – El pelirrojo continuaba repitiendo aquello una y otra vez, si intenciones de soltar la cintura del felino.

Jimin asentía con suavidad de vez en cuando, aun estando entre las sábanas del dueño de casa, acostado dándole la espalda y completamente encogido para no temblar. Las horrendas sensaciones no desaparecían, así como las palabras de Yoongi continuaban resonando en su cabeza, ¿por qué simplemente no podía ignorar las últimas horas? Deseaba tanto poder olvidar aquello, que todos lo hicieran y volviese a la normalidad, donde todos sonreían como buenos amigos. ¿Era culpa suya que Min ya no quisiera ser amigo de su dueño? Eso le causaba escalofríos. Se arrepentía, se arrepentía tanto que su corazón apenado parecía encogerse.

<<Kookie, Kookie. ¿Por qué no está Kookie aquí? ¿Cuándo llegará Kookie? ¿Ya no me querrá porque Yoongi-hyung me besó? ¿La marca va a desaparecer? >>

Las dudas inundaban su mente y cristalizaban sus ojos, no quería seguir llorando.

–Vamos, Chimmy. Ven a desayunar con Hobi. – Su mayor susurró cerca de su enrojecido cuello, al momento en que sus frías manos se colaban bajo su camiseta, tocando su vientre. –Chimmy. – Canturreó, rozando sus labios sobre el hombro del felino.

No. No quería nada de eso. Park actuó de manera casi automática, sentándose de golpe, con las orejas y cola ligeramente erizadas, para que asienta un par de veces, incapaz de ver a los ojos a Jung. Todo se sentía incorrecto, él ya no quería estar sucio.

–M-Mh... vamos, hyung. – La voz de calicó sonó tan apagada como la expresión de su rostro. Estaba completamente destrozado.

–Prepararé algo de arroz frito con kimchi y atún, ¿qué te parece? – El de sonrisa de corazón estaba más animado de lo que cualquiera pudiese esperar. Se levantó de la cama, estirando su cuerpo para quitar la pereza.

–Está bien, hyung. – El rubio se levantó de igual manera, sin embargo, sólo restregó sus ojos con cuidado, caminando hacia la puerta. Su cuerpo se sentía pesado, sus ojos ardían, su pecho le dolía. Se sentía demasiado ansioso para su propio bien.

El camino a la cocina sólo fue acompañado por el tarareo pegajoso de Hope, quien no tardó en comenzar a cocinar el sencillo desayuno mientras el felino tomaba asiento en una silla en la pequeña mesa que utilizaban para comer diariamente.

–Hyung... –En cuanto el chirrido del arroz friéndose se escucho por la cocina, Jimin elevó su mirar moviendo la punta de su cola de un lado hacia otro.– ¿Puedo llamar a Taetae? – Necesitaba otro contacto, a pesar de que antes de tener intenciones de hablar con su mejor amigo, planeaba enviarle un mensaje a Jeon, lo necesitaba o creía que pronto sufriría de un ataque al no saber de él desde el día anterior, ¿tan fuerte era el anhelo para con la pareja marcada?

–No. – El pelirrojo ni siquiera se molestó en quitar su vista del sartén. – Quizás mañana, pero lo llamarás desde el teléfono de nuestra casa hacia el de la casa de los Kim. – ¿Por qué su voz sonaba tan molesta? ¿Había hecho algo malo? –No tendrás móvil por ahora.—

–Pero yo... –

–No me hagas repetirlo. –


🐾🐾🐾🐾🐾


Yoongi continuaba con la cabeza ladeada, sintiendo el ardor en su mejilla izquierda, con la mirada puesta en ningún lugar, sin intenciones de moverse para darle paso a ingresar al de hombros anchos.

–Eres un asco, Yoongi. – La voz quebrada de Seokjin denotaba la amarga decepción que experimentaba. – Es un niño, maldita sea. ¿Cómo pudiste hacerle eso? – Su diestra todavía quemaba por la fuerte cachetada que había propiciado al de cabellos celestes.

I'm gonna bite you [ KookMin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora