Decisiones rápidas

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Calmar a dos adolescentes enamorados no sería tarea fácil y Namjoon lo sabía, suerte para él que emitía aquella aura de tranquilidad, por lo que luego de cinco minutos abrazando al par de híbridos por fin dejaron de llorar amargamente.

Mirando de reojo por el retrovisor a los menores que se encontraban en el asiento trasero, mordió su labio inferior, todavía sollozaban e hipaban buscando consuelo, su impotencia era casi palpable, ¿qué hacer ahora? Si bien el moreno era bastante astuto, la sensibilidad nunca fue uno de sus puntos fuertes, como necesitaba a Seokjin en ese momento. Un suspiro imperceptible se le escapó para que volviese la vista a la carretera, procurando conducir con cuidado.

–Vamos pequeños. – El adulto comentó buscando el camino más corto para regresar hasta su morada. – ¿Qué les parece si vamos por un pastel? Les prometo que no le diré nada a Jinnie. – Puede que haya sido la manera más correcta para subirles el ánimo a los más jóvenes, pero al menos lo estaba intentando.

El tigre movió la punta de su colita, sorbiendo su nariz antes de dirigir la mirada hasta su padre.

–¿Pu-Puedo tener dos trozos diferentes? –Preguntó pasando el dorso de su zurda por su húmeda nariz, sí, tal vez no era lo más higiénico empero le serviría.

–Claro que sí, Tata. – Los hoyuelos del moreno relucieron en la sonrisa que se instauró automáticamente en su rostro. – ¿Qué hay de ti, Kookie? –

Por su parte, el conejo estaba distante, contemplando el paisaje a través de la ventana, dejando que las lágrimas cayeran suavemente por sus mejillas, buscando la tranquilidad en algo pequeño.

–¿No quieres pastel, Jeongguk? – Preguntó una vez más, obteniendo más silencio. – ¿Qué tal unas hamburguesas? –

Las palabras mágicas hicieron que el menor de todos elevara sus largas y blancas orejas, fue involuntario, era su comida favorita después de todo.

–Hm, sí, quizás una hamburguesa doble con papas fritas, ¿qué dices? – Kim veía de reojo por el espejo sólo para comprobar que estaba dando resultado su improvisado plan.

–Papá yo también quiero una hamburguesa. – Un suave rugido fue seguido de sus palabras, el felino comenzaba a dejar de llorar y su sonrisa geométrica se dibujó con inocencia en su rostro.

–Vas a quedar gordo, Taehyung. – Esta vez fue la voz del castaño en resonar al interior del vehículo. – Tu ya habías dicho que comerías pastel, las hamburguesas son mías. –

–¡¿Cómo que gordo?! ¡Tú, conejo feo, te van a crecer los dientes con tantas hamburguesas! –

La conversación prontamente dejó de tener mucho sentido, es más, el volumen utilizado por los menores no era precisamente algo bajo, mas aquello sólo hacía reír a Namjoon. Su objetivo había sido cumplido por el momento, y es que los híbridos ya habían recobrado su energía. Ahora sólo quedaba encontrar un lugar que además de vender pastel y hamburguesas, soportara las ocurrencias y mini discusiones de un par tigre y un conejo.


🐾🐾🐾🐾🐾


–Mándalo a la mierda. –

–¡¿Qué dices, Suga?! ¡¿Sabes cuánto jodido dinero es y lo que significa irse a Estados Unidos?! –

–Lo sé y no me interesa. –

–¡Piénsalo, Yoongi, en serio! ¡Es una oferta única en la vida! –

El de cabellos celestes suspiró echando su cuerpo hacia atrás cayendo recostado contra su colchón a ojos cerrados, definitivamente ya estaba más que harto, su cuerpo le dolía con mil infiernos, su boca le ardía, le molestaban las gasas y comenzaba a luchar con el sueño que le proporcionaban los analgésicos que le habían administrado antes de salir del hospital. En resumen, luego de tantas malas horas no estaba de humor para tratar con trabajo, necesitaba descansar.

–Zico. – Lo llamó frunciendo el ceño, queriendo acortar su palabrería. – He tenido un día de mierda, así que no me jodas ahora. –

–Pero Yoongi. – Insistió su compañero. – Si lo haces serás conocido mundialmente y...–

–¡Basta, Zico! – El pelicyan se enfureció. – No pienso aceptar ningún puto trabajo que implique dejar Corea, ni siquiera pienso irme de Seúl, así que deja de joderme. –

–Todavía tienes dos días. – El otro compositor, se escuchaba algo intimidado, aun cuando había optado por persistir, después de todo, sabía que si se rechazaba una oportunidad repercutiría en algún futuro. ¿Qué clase de ser humano declinaría una oferta de trabajo donde la fama te la entregaban en bandeja de plata? – Piénsalo. – Y la llamada finalizó.

–¡Por la mierda! – Min sólo atinó a arrojar su celular contra una de las paredes, sin levantarse de su cama, tenía que desquitarse con algo.

Todo era injusto, demasiado, y es que, él no era estúpido, para nada. Yoongi estaba frustrado, después de todo lo sabía, si decidía no aceptar probablemente su carrera se estancaría y quizás hasta podía decirle adiós a la música, no obstante, tenía completamente en claro que la instancia temporal en la que llegó la oferta no podía ser más extraña. Realmente era demasiada coincidencia, ¿no? ¿Acaso el destino le decía que reiniciara su vida por completo? No, que patrañas.

–Puto Jung Hoseok. – Susurró llevando su antebrazo hacia sus ojos para taparlos, buscando un poco más de oscuridad.

El pálido no lograba entenderlo, no tenía la más remota idea de qué cosa turbia había hecho el pelirrojo como para conseguir un favor de esa índole. Debía tener cuidado, debía actuar mucho más rápido entonces, si era capaz de tratar de sacarlo del país, era capaz de mucho más.

Min debía apresurarse si quería que Jimin estuviese intacto, tenía que salvarlo a como dé lugar. Hoseok estaba mal, quizás demasiado para su propia salud. 


ღ°.¸¸.·'¯..................'¯·.¸¸.°ღ

¡Personitas bellas!

Por favor revisen el 

mensaje que dejé en mi perfil.

¡Me disculpo de nuevo!

Y les envío todas mis

buenas vibras,

además de un balde lleno de amor 

Hahahaha

¡Este mochi las adora!

Cuídense mucho, ¿vale?

¡Que tengan un estupendo día!

 

I'm gonna bite you [ KookMin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora