CAPITULO 13

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Liza Samaras.

-Tienes que hacer algo Liza.- escuche a Evan mientras tomaba un vaso de Whisky.-Elena esta en una situación difícil. Primero lo de su padre y ahora lo de su Mate humano. Sin contar lo de la bruja que olio a los alrededores.

-Sabes que no puedo mandar en lo que la Diosa Luna quiere.- conteste.- Es una buena Alpha. Es mas fuerte que todos nosotros juntos. Y lo sabes, su Padre fue el mejor, además.- no pude ocultar el orgullo que tenia por mi hija.- En sus venas corre sangre de Licaon, el primer hombre lobo en la historia.

-Lo se.- dijo mirándome mientras tomaba asiento frente a mi, en un pequeño sillón que adornaba la biblioteca familiar.- Pero.- trono la boca haciendo una mueca.- Me preocupa que esto sea demasiado para ella.

-Que quieres decir?.- pregunte mirándolo con los ojos entrecerrados esperando su respuesta.

-Es una Alpha, si.- dijo lentamente.- Pero también es mujer Liza. Sabemos que puede dejarse llevar por sus emociones, es más difícil para ella controlarse.

Fue suficiente.

Deje que Gea se fusionara conmigo convirtiéndome en loba. Con un movimiento rápido mis garras rasgaron su estómago así como sus brazos. Evan gritó, sin embargo no adquirió su forma lobuna para sanarse. Eso sería retarme, soy una loba vieja, si, pero mi cuerpo tiene buena memoria muscular.

-Te permito que me hables de tu Evan porque existe confianza, pero eso no quiere decir que tengas permiso a hablar asi de mi hija frente a NADIE!.- gruñí.- Mucho menos frente a mí. No te olvides que esa loba a la que menosprecias por ser mujer fue la única valiente entre todos ustedes bola de cobardes en vengar la muerte de mi esposo.- relamía mis colmillos dejando que mi voz sonara en su cabeza.- Vuelve a hablar asi de tu Alpha y te prometo que se te dará el mismo trato que a un traidor.

-Luna.- dijo entre gemidos de dolor.- Perdóneme.

-Mejor agradece que fui yo la que corrigió tu falta de respeto y no mi hija.- deje que una sonrisa iluminara mi hocico.

Vigo Potrev.

Elena regreso solo con un camisón ya entrada la tarde. La tela apenas le llegaba a la mitad del muslo, dejándome admirar mejor su anatomía. Se detuvo al entrar a la habitación, miro a mi alrededor, la cama rota por la mitad, asi como un pequeño hueco en la pared provocado por su transformación.

Tenia el pelo desacomodado, y sus pies y manos tenían rastros de sangre.

-Ya sané.- contestó sin preguntarle.- No la encontramos.- añadió.

-Lamento no haber dicho nada sobre el encuentro.- hice una pausa.- Pensé que te protegería a ti y a la manada. No tenía finta de ser peligrosa.- Conocía a Ana. Sabía que no le podría hacer daño a Elena.

-No necesito protección.- soltó con un resoplido, como si mi comentario hubiera sido un chiste.- Pero tu si.- me miró fijamente.

-Se que nada puede lastimarte Elena.- contesté serio.

-Te equivocas.- su mirada cambio.-El único que puede lastimarme aquí eres tú. Solo tu Vigo.

No dije palabra. Quería escuchar más.

-Por lo menos sabes lo que representas para mí?.- preguntó.

-Tu Mate. Tu otra mitad.- contesté dudoso.

-Eres más que eso.- añadió.- Por lo pronto tu presentación se hara el dia de mañana. Esta noche se cancela. Quiero estar segura de que no habrá peligro alguno en nuestro alrededor. No me arriesgare a que mi Mate sufra algún daño, fui estúpida al dejarte andar por ahí solo. Pero no volverá a suceder.

LA ALPHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora