CAPITULO 48

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Héctor Sámaras.

Bese a Victoria en los labios, despidiéndome de ella.

-Nos volveremos a ver. Lo prometo.- bese su frente.- Recuerda lo que acordamos. Sabes lo que tienes que hacer.

-No te decepcionare. - acaricio mi rostro y subió las escaleras hacia las habitaciones.

-Que fue lo que le hiciste!!.- grito Liam al entrar a la mansión.

Rodé los ojos irritado.

-Creí que habías dicho que no querías saber.- lo mire mientras caminaba hacia la oficina.

-Eso de ahí afuera no es un lobo Héctor!.- grito.- No viste su tamaño?? ¿¿El coraje que emanaba de ella??

Hizo señas a sus guardias para que se quedaran en la entrada.

-Solo quiero saber a que me enfrento.- demandó.

-Tranquilo.- dije irritado.- Aun es Elena y su debilidad sigue siendo la misma.- sonreí mientras cerraba la puerta de la oficina detrás de mí.

Elena Sámaras.

Regrese a mi forma humana apenas toque las escaleras para la mansión, mi cuerpo impacto contra las puertas haciéndolas temblar pero no cedieron. Un segundo golpe rompió una de ellas a la mitad y entre al lugar que una vez fue mi hogar.

El ejército de Ivan se quedó haciendo frente a la gente de Liam y Héctor. Vigo y el otro Alpha entraron conmigo.

El recibidor estaba en penumbras, solo una tenue luz proveniente del candelabro le daba un aspecto lúgubre a la mansión, observando frente a mi varios pares de ojos color naranja brillando en la oscuridad.

-Asi que tu eres Elena.- sonrió un tipo rubio de complexión fuerte.- La loba a la que todos temen. Es una lastima que tu hermano no supiera hacer bien el trabajo y tengamos que venir a limpiar la basura.

-Para ser una muerta se ve bastante bien.- dijo uno de ellos haciendo que el resto soltara a reír.

Los demás guardias comenzaron a caminar hacia nosotros quedando bajo la luz del candelabro.

Mire con detenimiento a cada uno de ellos, sus miradas denotaban miedo pero también habia decisión en ellas. Si algo podía presumir esa manada era la guardia personal del Alpha.

-Ve por el. - susurro Iván de pie a uno de mis costados.- Nosotros nos encargamos.

-Nadie ira a ninguna parte.- Volvió a hablar el rubio.– Héctor está pasando esa puerta.- señalo la oficina que una vez fue de mi padre.- Y para pasar esa puerta tienes que pasar por nosotros y déjame decirte que no lo harás.

Los guardias corrieron en nuestra dirección. El rubio tenia la mirada puesta en mi, por lo que corrió teniéndome como objetivo, una vez que estuvo a centímetros de mi se transformo y se paro en dos patas gruñéndome. Brinque hacia el y golpee con la palma de mi mano el lado izquierdo de su pecho, escuchando como sus costillas se rompían y su corazón se detenia por la fuerza, cayendo muerto sobre el piso.

El olor de su Alpha me llego desde atrás haciéndome girar en el momento en que Liam caia sobre mi.

Mire sus ojos violetas brillar de satisfacción, vi su puño derecho ir contra mi cara por lo que incline la cabeza sintiendo su brazo rosar mis cabellos. Su puño pego en el piso haciendo un gran agujero en el. Golpee su brazo dislocando su codo.

-Perra!!!.- grito.- Pareces tan fuerte.- sonrió acomodando con la mano su codo.- Pero apuesto a que si golpeo el punto correcto puedo hacerte gritar.

LA ALPHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora