CAPITULO 42

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Liza Sámaras.

-Por que lo hiciste?.- pregunte dolida.

Sentía mis ojos llenarse de lágrimas.

-Querías matar al único hijo que me queda.- solté con odio.- Cuando nosotros te dimos todo lo que una manada puede dar. Te dimos una casa!.- grite.- Aquí encontraste a tu mate Carlos!! Que estabas pensando!!

-Mi señora.- intento tomarme de las manos pero me aleje.- Yo..- dijo sollozando.- Lo siento tanto.

-Tus disculpas no arreglaran nada.- dije molesta.- Solo quiero saber tu verdadero motivo. Eres un hombre inteligente Carlos, debe haber algo más.

El negó con la cabeza y comenzó a disculparse entre llantos.

-No puedo mi señora.- me miro suplicante dejándose caer en el piso.- Si digo algo el me matara y después matara a mi familia.

-Quien te matara Carlos?.- pregunte hincándome frente a el.

-El....- me miro llorando.- No confié en nadie señora. Deme su palabra de que no confiara ni siquiera en su propia sombra.- junto sus manos como si estuviera rezando.

-Pero que paso Carlos?.- empezaba a tener un mal presentimiento.

-Lo de Elena fue planeado señora.

-Que?.- me fui para atrás.- Pero de que estas hablando?

-Fue el mi señora.- el dolor en sus ojos me dejo claro que no estaba mintiendo.- El preparo todo.

-Quien?.- alce la voz.- Necesito el nombre Carlos.

El hombre iba a decir algo cuando de pronto la luz de las antorchas se vio consumida por una sombra que abarcaba casi por completo la celda, cubriéndonos a ambos como si hubiera anochecido dentro del calabozo.

-Que haces hablando con el madre?.- era Héctor.

Cerré los ojos pensando en mi respuesta.

-Solo quería decirle lo decepcionada que me siento por lo que hizo.

Héctor se acerco despacio hacia nosotros. Su mirada era indiferente.

-No te acerques a el.- dijo extendiendo su enorme mano frente a mi para que la tomara.- Es un traidor.- siguió hablando.- Que te puedes esperar de alguien como el? Dirá hasta lo imposible con tal de salir libre.- la frialdad de su voz era preocupante.

Había algo en el que era diferente.

Observe de reojo a Carlos quien no dejaba de mirar a Héctor con los ojos abiertos de terror.

Tome la mano de mi hijo para levantarme.

Su brazo me rodeo por los hombros abrazándome a el. Caminamos hacia la entrada sin embargo parecía que era arrastrada por el para salir de ahí lo mas rápido posible. Me gire de nuevo para ver al pobre hombre que era acusado de traidor. Su llanto se escuchaba por todo el calabozo.

Héctor Sámaras.

-Ya esta todo listo mi Alpha.- dijo el guardia al entrar a mi oficina.

-Quiero que la ejecución sea publica. – conteste sacando un puro de su estuche, enviado directamente desde Cuba.

-Todo estaba listo para que fuera en la celda del prisionero. - sentí la confusión en su voz. Encendí el puro y lo mire.

-Y?.- pregunte levantándome de la silla para encararlo.-Cámbiala.- dije a centímetros de su rostro.

-Como ordene.

Salió nervioso de la oficina.

Me tire sobre el sillón sacando figuras de humo de entre mis labios.

LA ALPHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora