CAPITULO 25

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Hector Samaras.

La brisa nocturna movia lentamente las ramas de los arboles. Escuchaba los murmullos de la gente que empezaba a llegar para la presentación del nuevo Alpha de nuestra manada.

-Si tan solo supieran.- pensé con una sonrisa.

Cientos de hibridos estaban a mi espalda. Esperando mi orden.

Gabriel cumplio con lo pactado. Me dio un gran ejercito a cambio de mi hermana.

Me gire para mirarlos. Sus pechos subían y bajaban rápidamente, estaban excitados, la adrenalina los tenia listos para el ataque. Gruñian, relamían sus colmillos e incluso se empujaban entre ellos, atacándose, teniendo como consecuencia rasguños que exponían musculo, viceras o algún hueso roto.

Eran agresivos y fuertes.

-Me gusta.- sonreí complacido.

Victoria estaba a mi lado. Llevaba puesto un conjunto negro de cuero que la hacia ver exquisita. Su cabello iba amarrado en una coleta inundando el aire con su dulce aroma. Dijo que me protegería la espalda por si las cosas se complicaban.

-No será necesario.- la mire de reojo.- Elena estará tan débil que no aguantara mucho la batalla.

-Y el humano?.- pregunto.

-Si es inteligente ya debe estar en otro planeta.- respondi.

Victoria empezó a reir.

-Como si fuera aguantar tanto tiempo después de lo que hizo.

-No sabemos bien como funcione lo que es mi hermana.- la mire directamente.- Si tu novio no la mata, Elena lo matara a el. Necesitas encargarte de eso Victoria. Asegurate de que Gabriel la desangre, debe matarla.

-Lo hará.- sonrio.

Asenti sin decir palabra.

Mire el rio que teníamos frente a nosotros. A pesar de ser de noche, la luna se reflejaba perfectamente en su agua cristalina. Me agache y cuidadosamente meti mi mano en el, de alguna manera disfrute esa sensacion.

Cerre los ojos y suspire concentrándome en los sonidos y olores que venían de Arcadia. Una sensacion de poder me invadio por completo. Gruñi suavemente iniciando la conexión con Darius. Abri los ojos sonriendo.

-Ataquen.- ordene.

Miles de sombras pasaron a mis lados, brincando el rio de un solo saltó con dirección a Arcadia donde la tranquilidad en solo segundos seria sustituida por caos, gritos y muerte.

Vigo Potrev.

Salté por la ventana apenas vi que Cicero tomaba a Elena entre sus brazos para sacarla de la habitación. Toque el piso ya en forma lobuna, deje que Corban corriera.

-Pero que hiciste?!!.- me gritaba sin parar.

Veiamos como salían sombras de entre los arboles con dirección a la ciudad. Andaban en dos patas y olian realmente mal. Corrian muy rápido y a juzgar por sus musculos y altura eran fuertes.

Uno de ellos se detuvo para mirarnos, abrió el hocico de tal manera que parecía sonreír. Empezo a correr hacia nosotros, sin decir palabra empezamos a correr hacia el para encontrarlo de frente. Al chocar parecía que dos automóviles habían colisionado, senti esa fuerza, ese golpe pero el sonido que produjeron nuestros cuerpos al chocar me aturdio por completo. Caimos contra el tronco de unos arboles. Escuche el tronco romperse asi como la sensacion de haber levantado mucha tierra a nuestro alrededor.

Abrimos los ojos para ver que estábamos hundidos en un hoyo creado por el impacto. El cuerpo de esa critatura yacia sin vida frente a nuestra mirada, era una masa de huesos, musculos y sangre. Tenia los ojos abiertos fijos en algún lugar del cielo.

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