CAPITULO 44

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Vigo Potrev.

Ahí estaba frente a mí.

La mujer a la que había traicionado. La única mujer que pude amar y me amo de vuelta.

Su suave piel canela, su cabello negro que caia con forma de olas de mar hasta su cintura. La mujer que me cautivo desde que la vi por primera vez. Pero algo en ella había cambiado, el plateado de sus ojos había desaparecido, en su lugar un rojo carmesí fluía en ellos como lava.

-Dame una buena razón para no matarte.- me miro seria.- Me estaba dando un festín.- dijo mordiéndose el labio inferior.

Mire los cuerpos regados en el piso. Me acerque a ellos sintiendo la mirada de Elena en mi espalda. Pude reconocer la cara de Alan, el semblante de terror grabado en su rostro me dio escalofríos, baje la mirada y cerré los ojos, de su cuerpo no quedaba nada.

Gire para mirarla. Se veía tan intimidante.

-No me mires a los ojos si no estas listo para retarme.- ordenó.

Agache la cabeza sin responderle.

-Que hiciste Elena?.- pregunte aun con la mirada baja.

Camino hacia mi con tanta elegancia, parecía flotar en el aire, sus pisadas apenas y podían escucharse.

-Sobrevivir a ti.- se inclino como si fuera a besarme. Su dulce aliento me calentó la sangre.- Solo eso.

-Por eso no te sentí.- la mire a los ojos intentando ver a Elena, no a esa criatura que ahora se alimentaba de carne humana.- Por eso no pude olerte.

Quería hacer algo. Decirle algo mas. Tomarla en mis brazos y ayudarla hasta que fuera ella otra vez pero mi cuerpo parecía no poder asimilar aun que la tuviera frente a mi. Mi corazón latía deprisa, intente hablar pero mi mente solo podía pensar en una sola cosa. Estar con ella.

-Tu rechazo y traición me dejo tan mal herida que solo haciendo lo prohibido podría sanar.- su voz me hizo reaccionar de nuevo.

-De que estas hablando?.- alce la voz.- Esta no eres tú- la tome de los hombros.

-No tengo porque darte explicaciones Vigo.- me empujo con fuerza.-Por el amor que te tuve te digo esto.- me miro.- Aléjate de mi camino.- la amenaza en su voz era real.- Vine por Héctor, nada más. Pero si te acercas a mi otra vez te prometo que ignorare el haberte amado y te comeré vivo.- se acercó a oler mi cuello, respirando fuerte.- Tu olor es tan jodidamente bueno que no me importaría en lo absoluto hacerte mi cena.

Se alejo de mi despacio.

-Tus amigos están a un par de kilómetros hacia el norte. Si te das prisa puede ser que  los encuentres con vida.

Me dio la espalda y empezó a caminar.

-Tómalo como un último acto de consideración.- se detuvo.-No me obligues a matarte.- hizo una pausa.- Por favor.

-No.- hable.- No puedes irte.

Camine apresurado detrás de ella y la tome del brazo.

-Elena.- murmure, como si se me fuera un poco de vida cada vez que decía su nombre.

Su codo impacto contra mi garganta lanzándome contra el árbol a mi espalda, atravesando su tronco. Caí de espaldas sobre el suelo.

Jamás había recibido un golpe de Elena y si de algo estaba seguro es que no quería volver a hacerlo.

-Eres fuerte.- dije como si estuviera conteniendo la respiración.

Elena saltó sobre mi. Sus puños caían contra mi cuerpo como estuviera bajo una tempestad. Mis costillas se rompían bajo su fuerza, asi como mis brazos al intentar parar sus golpes, no podía reaccionar con la misma velocidad con la que me golpeaba. Eras mas rápida y mas fuerte de lo que creía.

LA ALPHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora