CAPITULO 28

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Vigo Potrev.

Abri los ojos al sentir el cuerpo de Elena sobre el mio... su piel calida y dulce aroma. Su exquisito sabor en mi boca.

El aire que entraba por la puerta de cristal que daba al balcon hacia que sus cabellos negros se mecieran suavemente, la luz del amanecer alumbraba piel y esta parecía brillar.

Una explosión de emociones atravesaron mi cuerpo, pero la mas grande de ellas fue alivio. Lo de anoche se sintió como un sueño y por dentro agradecí que solo fuera eso.

Bese su frente con delicadeza para despertarla. Elena abrio los ojos despacio, y esa mirada con tonalidades platas se hizo presente y al verme sonrió. Sus largas pestañas negras acentuaban la belleza de sus ojos.

Sentia que el aire me faltaba al ver tal belleza.

-Hola.- susurre acariciando su mejilla.

-Hola.- respondió acomodándose sobre mi pecho, acariciando mi piel.

-Dormiste bien?.- pregunté.

-Mejor que nunca.- Se levanto para besarme en los labios.- Tengo que irme.- tal cambio de animo en ella me hizo sentir confundido.

Quedo sentada sobre mi. No podía dejar de admirar su maravilloso cuerpo. Toque la piel desnuda de sus pechos, sonriendo al notar su reacción ante mi tacto.

-Estas donde tienes que estar Elena.- respondi.- No tienes que ir a otro lugar.

-Si.- hablo.- Debo irme al igual que tu. Tengo que encargarme de unas cosas. Me están esperando.

Se levanto de la cama y comenzó a vestirse de manera elegante. Un vestido blanco ceñido a su cuerpo resaltaba sus curvas, asi como una gabardina del mismo tono. Parecia una modelo.

Me levante sin reparar en mi desnudez. Una ola de celos y confusión invadio mi cuerpo. Tan solo hace unos minutos yacia dormida tranquila junto a mi, apenas abrió los ojos tuvo urgencia en irse.

-Por que te vistes asi Elena?.- frunci el ceño mientras peinaba su cabello en una coleta.

-Ya te dije.- me miro de arriba abajo.- Son cosas importantes.- contestó.

Se quedo ahí parada. Mirandose frente al espejo, inclino un poco la cabeza, viéndose directamente a los ojos. Poso de lado, viendo su cuerpo y la forma en la que aquel vestido se pegaba a sus caderas y piernas.

Se recargo sobre la mesa en la que estaba el espejo, pinto sus labios con labial rojo. No decía nada, solo la miraba con atención sintiéndome aun mas confundido. Suspiro cerrando los ojos, paso la lengua sobre sus labios y sus colmillos crecieron. Parecia que estaba saboreando algo. Podia oler su excitación. Paso sus manos sobre sus pechos, cadera y entrepierna, acariciándose.

-Que haces Elena?.-pregunte extrañado tomándola del brazo para que me mirara.

-Te gusta?.- preguntó con sensualidad.- Con los colmillos con los que te marque, matare a tu padre. – Su mirada ahora tenia tonalidades carmesi. Sus ojos habían cambiado.- Lo matare una y mil veces mas por lo que me hiciste. Lo que paso no fue un sueño Vigo...

-Pero que? Que dices Elena?.- mi voz se quebró.- No quería lastimarte.- negué con la cabeza.- No quería rechazarte.- las lagrimas amenazaban con salir.- Pero no podía estar contigo, no podía estar a tu lado.

Ella empezó a reir.

-Lo siento.- alzo las cejas fingiendo pena, su voz estaba cargada de sarcasmo.- Es muy tarde Vigo, si crees que lo de tu Padre es cruel espera a ver lo que hago con cada uno de los tuyos.

LA ALPHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora