CAPITULO 47

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Héctor Sámaras.

-Convoca a una junta.- mire a Evan quien se encontraba en la entrada de la mansión.

-Que has hecho Héctor?.- pregunto.- Donde esta tu madre?.- el tono en su voz sonaba a una orden.

-Si no me obedeces le harás compañía en donde quiera que ella este.- me detuve frente a el.- Convoca a una junta de emergencia a toda la manada.

Evan me miro por un momento, la ira en sus ojos me resultaba placentera. Alce las cejas ante su falta de obediencia.

-Como ordene señor.- asintió para después salir.

-Que es lo que harás Héctor?.- pregunto Victoria abrazándome.

-Si mi madre vio a Elena en este bosque, estoy seguro de que pudo escucharla entrar en el calabozo. Ira por ella. La sacara de ahí y después vendrá por nosotros.- mire pensativo hacia la puerta de la mansión.

-Elena es mas fuerte Héctor, no será tan fácil como la ocasión pasada.

Sonreí al mirarla y bese sus labios.

-Uy!.- se mordió el labio inferior.- Es un plan lo que percibo en tu mirada?.- el tono coqueto en su voz endureció mi entrepierna.

-Siempre hay un plan mi Luna.- recargue mi frente con la suya.- Siempre lo hay.

Despues de unos minutos me dirigi hacia el estrado que estaba afuera de la mansión. Los miles de miembros de la manada se encontraban afuera, algunos con su ropa de dormir, todo ellos tenían una mirada de preocupación en sus rostros.

-Miembros de la manada Luna Llena!.- empecé a hablar.- El motivo por el que estamos reunidos hoy aquí es porque.- trague saliva fingiendo sentir dolor.- Mi hermana Elena a quien todos creíamos muerta, acaba de asesinar a mi madre.- hice una pausa. Algunas mujeres soltaron gritos de dolor mientras que otros empezaban a llorar.- Ella no esta de acuerdo en que sea yo el líder por lo que viene a cobrar venganza. Mi intención es dialogar con ella, pero si no tengo mas remedio utilizare la fuerza.- Los mire sembrando en ellos esa empatía que necesitaba.- Les pido que me ayuden a proteger nuestro hogar, nuestro territorio, a nuestras familias.- tome la mano de Victoria y la bese despacio.

Vi como empezaban a asentir mientras me veían con decisión.

Sonrei y aulle a la luna que brillaba en el cielo. La manada empezó a transformarse ante mi llamado.

Oli la brisa nocturna. El aroma de Liam se hizo fuerte, mire hacia los árboles observando a los lobos que salían del bosque, liderados por el enorme lobo Alpha.

Sonreí aún más.


Elena Sámaras.

Corrí entre los árboles, esquivando arbustos, brincando troncos. Mis pies volaban sobre la tierra húmeda por el frio. Me detuve frente al calabozo levantando una ligera nube de tierra frente a mi.

Observe lo que una vez fue la entrada, ahora sepultada bajo toneladas de piedra y respire hondo; el aroma de mi madre se perdía ahí.

Tome entre mis manos una de las rocas pesadas, lanzándola hacia el bosque, pero por cada roca que quitaba dos mas caían en su lugar. Empecé a golpearlas hasta hacerlas arena, un sonido del otro lado me hizo detenerme. Eran garras rascando desde el interior, una de las piedras empezó a moverse, de una patada la aparte y del hueco salió la cabeza de uno de los híbridos, gruñéndome, sus fauces se cerraban con desesperación por alcanzarme.

Sonreí al mirarlo.

Lo tome del pellejo del cuello, sacándolo del calabozo con fuerza. El animal empezó a mover sus brazos para rasguñarme mientras me enseñaba los dientes furioso. El desgraciado empezó a aullar de dolor en el momento en que sintió mis garras empezar a desollarlo.

LA ALPHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora