05.- Detalles.

439 55 24
                                    

Reí ante su frase, prácticamente dije lo mismo hace unos segundos.

— ¿Podrás creer que dije eso hace unos segundos antes de que entraras?

— ¿Por qué? ¿Qué te pasó a tí? —cuestiona Erin recargando sus codos sobre el escritorio y acomodando su barbilla sobre las palmas de sus manos.

—Las de facturación y cobranza, ya sabes.

—Ya Lucía, no te mates, de verdad, eso va a salir y cuando yo pueda te ayudo ¿sí?

Asentí con mi cabeza mientras tomaba otro bocado de pastel.

—Oye, cambiando de tema, ¿sí viste como decoró Dante? Sigo impresionada, él suele ser muy menso y hasta hace unas horas pensaba que no tenía imaginación.

Le puse una sonrisa con un toque de pena.

—Ya ni te he podido platicar —Tragué lo que tenía de pastel en la boca y me limpié—. Anoche me fui de aquí a las 8pm.

— ¿Queeeee? ¿Es por lo mismo? Lucy, de verdad no hagas eso, siempre veo que te vas mas tarde pero ¿tres horas aquí? No, el Sr. Bennett sabe que hay trabajo atrasado, no te presiones..

—Tranquila —interrumpí— por trabajo me quede solo una hora.

— ¡Lucia! —me hizo una cara de desaprobación y como diciendo "di la verdad".

—Bueno, y unos minutitos.

— ¿Y lo demás? No me digas que te quedaste dormida. —menciona ella sarcásticamente.

—Le ayude a Dante con la decoración del cumpleaños de su hermana —confieso de golpe y cerré mis ojos fuerte.

— ¿Es enserio? Ya decía yo que decoró demasiado bien el solo —me rio ante su comentario.

—En realidad él tenia muy buenas ideas, yo solo ayudé a que fuera menos pesada la decoración.

—Estás loca —se ríe conmigo, ya un poco más relajada— bueno Lucy, yo te dejo, tengo que irme mi Uber ya está llegando, nos vemos el lunes.

—Ya ni me contaste como estuvo tu día.

—Te platicó por chat, ¡nos vemos! —Erin se despide y salió de la oficina.

— ¡Que loca! —me reí un poco, marqué el número de mi amiga Andy, pero no contestó.

Terminé mi rebanada de pastel y comencé a guardar todas mis cosas, cuando salí de mi lugar escuché a Dante hablar, como quejándose, caminé hacia la oficina de los Bennett y cuando apenas iba hacía la puerta de salida que estaba de este lado (hay dos puertas para salir una a un extremo que es por mi oficina y al otro extremo, a un lado de la oficina de ellos) para salir y bajar por las escaleras, sale Dante de la oficina de su papá.

—Lucía, ¿ya te vas? —preguntó Dante.

Me giré hacia él. —Hola, sí, ¿todo bien? Te ves molesto.

—Todo bien, es solo que mi papá quiere que vaya por él al aeropuerto y tengo que quitar toda la decoración, si llega, y no anda de buen humor y ve esto se molestará.

— ¿De verdad le molesta? —pregunté algo curiosa.

—A veces, ya sabes como es en ocasiones. —se queja, prácticamente bufando—. En fin, no me queda de otra que venir mañana temprano o el domingo.

Sonreí un poco, no sabía que decirle, se veía estresado. Sonó mi celular y contesté.

—Hola

Finally Falling | EN EDICIÓN.Where stories live. Discover now