34.- Sr y Sra Bennett

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Nos volvimos a quedar dormidos, después de un rato desperté con mi cabeza recargada en el pecho de Dante. El olor de su piel era riquísimo, vi que yo no traía nada de ropa más que mi pantie, y el igual, solo su boxer.

Recordando lo que acabábamos de pasar, con una sonrisa me levanté y en el suelo ví mi suéter, me lo puse y busqué una pijama larga hacia mucho frió, bajé y encendí la chimenea, puse a calentar leche y le puse unas barras de chocolate, hacia el chocolate para Dante, y en la cafetera puse para hacer café para mi.

Al estar todo listo, subí a la habitación de Dante, puse las tazas en el buró y me acosté a su lado.

— Amor, despierta —dije en voz muy baja con la taza con chocolate caliente en mi mano, besé su mejilla y  acerqué la taza a él para que oliera.

A los segundos él abrió los ojos poco a poco.

— Buenos días —dije y me agaché para besar su mejilla—, digo tardes —corregí al revisar mi reloj de mano— no sabía que hacer de almorzar asi que de momento te traje un chocolate caliente —dije y él se sentó y tomó la taza.

— Gracias amor —dió un beso sobre mis labios luego tomó al chocolate.

— ¿Que quieres comer? —pregunté, apenada por lo de hace un rato, claro, lo deseaba, pero la pena era inevitable y supuse estaba sonrojada.

— No lo sé, ¿que tal si vamos a algún lado, comemos y vamos a casa de mis padres? —sugirió él.

— Me parece buena idea —sonreí y me levanté— iré a darme una ducha.

En lo que buscaba algo de ropa en la habitación "donde me quedaba" pensaba en ese momento íntimo entre los dos, 2 años sin una relación, y Dante me pone a pensar tanto con cualquier cosa que hace por y para mi.

Tomé una ducha, me vestí y me arreglé muy sencilla en pocos minutos.

Bajé y ahí estaba Dante, sentado en el sofá tecleando cosas en su celular.

— Estoy lista —dije y me puse frente a él.

— Vamos —dijo, terminó de escribir en su celular y se levantó— te ves hermosa —dió un besó fugaz a mis labios y entrelazó su mano con la mía.

Sonreí y salimos juntos, subimos a su camioneta y fuimos juntos a comer, después emprendimos camino a casa de sus papás, él tomaba mi mano constantemente al manejar.

— Amor, quería comentarte algo —dijo Dante y besó mi mano.

Lo miré atenta y sonriente. —Sí, dime.

— Mis padres llegaron a casa anoche, asi que iré a presentarte como mi novia —hizo una pausa— oficialmente.

— ¿Qué? Dante, pero pude haberme vestido mejor. —dije aterrada.

— Te ves muy bien asi como estás, solo iremos rápido porque tengo muy ocupado el día.

— ¿Ah si? No me habías comentado, ¿tienes muchas vueltas?, ¿Quieres que te acompañe? ¿O me dejas en casa?, tu dime.

— Tengo el día ocupado, solo contigo.

Le sonreí y le di un beso. —Te quiero tanto.

Dije y llegamos a su casa, entramos y el se estacionó.

— Oye, ¿tus padres saben que vendríamos? —dije colocando un poco de labial, y apliqué un poco de maquillaje en polvo.

— Sí —me miró esperando mi reacción.

— ¿Yo era la única que no sabía? Que tramposo eres.

Dante rió y me ayudo a bajar de su camioneta, me tomó de la mano, y lo apreté un poco.

Finally Falling | EN EDICIÓN.Where stories live. Discover now