Finally Falling | EN EDICIÓN.

41.- De la misma sangre.

— ¿Ahora que paso?

— Quiero que toda tu gente y conocidos la busquen, todos.

— Dante, ya tengo a dos agentes buscando y rastreando todo.

— A mi dos agentes no me ayudan en nada, manda a todos y asi aceleras el proceso.

Ezra suspiró hondo, hizo unas cuantas llamadas, luego se dejó caer en el sillón viendo a su primo.

—Listo, ya está —dijo Ezra, hizo una pausa y luego prosiguió—. Dante, eres como mi hermano menor, y no quiero que te pongas mal.

—Desapareció de la nada Ezra, no puedo estar tranquilo, ¿como es posible que no puedo ni siquiera hablar con ella?. Maldita sea.

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Las Vegas, Nevada
Sábado 3 de Julio

—Te ves espectacular —dijo Henry ayudándome a levantar de la silla.

Me miré frente a un espejo, y me ví como hace dias no me veía, decente, arreglada y no demacrada.

—Gracias Kenny —un sentimiento de nostalgia me invadió—, ¿podrían darme un momento por favor? —subí por unas escaleras, había un lugar lleno de ropa, me senté con vista a la ciudad. Era tan triste estar en un lugar que planeabas visitar con la persona que amas y que esa persona no estuviera a tu lado.

Me dolía Dante, en algún momento tendré que hablar con él, alejarme de él fue difícil, pero terminar y alejarlo de mi por completo iba a ser la parte más dolorosa de todo.

—¿No te gustó lo que hizo Kenny? —escuché a Henry hablar. Sacándome de mis pensamientos.

—No, en realidad me encantó —Henry se acercó y se sentó a mi lado—. Necesito que me ayudes con algo.

—Dime —dijo él atento a mi.

—Necesito con urgencia un celular con número privado, ¿podrás conseguirmelo?

—Claro, tengo mis contactos.

— ¿Ah sí? —pregunté riéndome un poco, Henry no es el tipo de personas que tiene "contactos".

—En realidad, es un contacto tuyo también, es de tu misma sangre incluso—al decir eso el hizo cara de "oops".

—No —me levanté rápidamente—, no no no no no, él no es ningún contacto mío.

— Ay vamos Lucy, ¿no me digas que aún lo tienes desterrado de tu vida?

— Sí, y así será siempre.

— Lucy, deberías de ir a verlo.

— Es un cretino, un imbécil. —aclaré.

— ¡Es tu hermano! —dijo Henry alzando la voz—. Aún si es de las personas más mierda que conozcas, es tu hermano.

Me quedé callada, y Henry continuó hablando.

— Le conté lo que pasó —comentó Henry y esperó por mi respuesta.

— ¿Le contaste todo? —levanté mis cejas como "sorprendida".

— No, solo le mencioné que tuviste un problema y que estás aqui, pero él no es imbécil, sospecha el porque.

— Seguramente se burló.

— Deberías de ir a verlo.

— No sé —contesté ya más accesible.

— ¿Chris sabe de él? —pregunté a Henry.

— Todo mundo sabe de él.

Tragué saliva. —¿Sigue donde mismo?