Finally Falling | EN EDICIÓN.

21.- Nos separamos.

— Lo que pasó en California..

Antes de que pudiera decir más, lo interrumpí. — Se queda en California —dije y desvié mi mirada, no quería verlo.

Él se quedó callado, luego afirmó lo que dije con un tono muy seco, terminamos nuestro té y bajamos, me despedí de Leny y Maty y subí a la camioneta de Dante, él hablaba con Maty luego subió.

En el camino Dante iba muy serio, y decidí preguntarle. —¿Estás bien Dante?    —volteé a verlo.

— Si —dijo, muy seco y serio sin tratar de mirarme.

— ¿Por qué vienes muy serio? —insistí.

— No es nada ¿okay? —contestó ya muy molesto.

Decidí callarme, pero no le despegué mi mirada, hasta después de unos minutos, me sentí mal, tal vez le dije algo malo, pero no merecía que me hablara asi. Había un semáforo en rojo y Dante se detuvo, miré por el espejo de mi lado y no venian carros, aproveché y en un parpadeo de ojos me bajé.

Escuché a Dante gritar detrás de mi, yo subí rápido a la cera, di unos pasos y entré a un 7-eleven. Compré una botella de agua, pagué y al salir Dante ya estaba  estacionado afuera.

— Lucía ¿por qué haces eso? ¿Estas loca o que te pasa? —dijo Dante detras de mi.

Yo lo ignoré y seguí caminando.

— ¡Lucia! —gritó.

— ¿Qué? —grité y volteé con él.

— ¿Por qué haces eso? ¿No te das cuenta? Pudieron atropellarte —continuaba gritándome.

— ¿Y eso a ti que te importa? ¡Si me atropellan o no es mi problema! —le contesté al igual que él, gritando.

Dante me tomó de los hombros algo fuerte y me sacudió un poco. —¡¡Piensa en tu padre maldita sea!! —gritó por última vez.

Quedé callada y un tanto sacada de onda, mi ceño aún estaba tenso, me solté de su agarre un poco brusco.

Nos quedamos mirándonos. —Deja que te lleve a casa Lucía.

— Ya no quiero molestarte —Iba a darme la vuelta.

Él me tomó de la mano. —Nunca lo haces. —dijo y su cara ya estaba más relajada.

Caminamos hacia su camioneta y él abrió la puerta de copiloto, fue hasta ese momento que soltó mi mano, el subió y continuó el camino. Íbamos callados.

— Escucha —dijo Dante concentrado en el camino—, perdóname por lo de hace un momento.

Dejé a Dante hablar.

— Cuando ví que bajaste en medio de la avenida, entré en pánico, pudo pasarte algo y me asusté.

Volteé a verlo, me derretían sus palabras, el Dante serio e inexpresivo desaparece contínuamente y veo a uno totalmente diferente, lindo, atento y hasta dulce. —No me pasará nada. —dije a el mirándolo.

— Eso espero.

Dante me llevó a casa, se estacionó y bajamos, esperé a que llegará a mi lado. —Dante, mi auto está en el trabajo.

— Lo sé —contestó él, muy confiado— mañana traeré a Maty por la mañana, ¿puedo llevarte mañana?.

— Sí, por favor. —Sonreí.

— Okay, te veo mañana —subió a su camioneta y se retiró.

Entré a casa y mi madre tenía la cena lista, cenamos los tres en familia.

Al día siguiente Dante trajo a Maty, y a mi me llevó al trabajo, todo el día iba muy bien, hasta después de la comida, Dante entró a mi oficina mientras yo acomodaba unas carpetas en un estante.

— Hola —dije estirandome hacia arriba para alcanzar a acomodar la carpeta.

— Hola —se acercó a mi— quiero hablar contigo un momento.

Me acomodé mi blusa y lo miré. —Sí, amm ¿sobre que?

— Es que, me tiene pensando mucho lo que pasó en California..

— Lo que pasó allá, allá se queda Dante, no tienes porque preocuparte por eso. —dije tratando de evadir el tema y me fuí a sentar en mi lugar.

Él se giró para verme, tenia esa mirada como serio o triste. —Bueno, esta bien, entonces, ¿olvidado?

—Olvidado —afirmé.

— Nos vemos —se giró hacia la puerta.

Automáticamente volteé. —¿Ya te vas?

—Si —contestó muy seco.

— ¿Por qué tan temprano? —me levanté y caminé hacia él.

— Tengo un viaje —hizo una pausa— hasta luego —dijo y se retiró.

Me quedé ahi, en medio de mi oficina sin poder articular ni una palabra. Mi respiración se aceleró un poco, reaccioné y regresé a mi asiento.
Las últimas dos horas se sintieron eternas, al salir me dirigí a la casa de Adam, toqué y abrió.

— Hola —dije a Adam.

— Lucia, perdón por no ir a tu casa aún pero tenia unos pendientes que atender.

— Ya has hecho demasiado Adam, no te disculpes. —saqué las llaves de su auto— Amm, vine a traerte esto

— No te lo estoy pidiendo —contestó él.

— Pero ya estás aqui.

— Lucía, en unas horas me iré a Japón —dijo Adam.

Mis ojos se abrieron por completo. —Cierto, pero, ¿hoy?

— Si, amm me cambiaron la fecha del viaje. —dijo el desviando su mirada h un tanto nervioso.

—Ajá, ¿desde cuando? —pregunté y entre cerré mis ojos sin quitarle la mirada de encima.

— Hace un tiempo

— No Adam, dime que no lo hiciste por lo que pasó con mi padre.

Él se quedó callado viendome.

— Adam, ¿por que lo hiciste?

— Porque eres mi amiga, porque te quiero y me necesitabas, y no aceptaré regaños ni nada ¿oíste? —dijo el con un tono de autoridad.

Reí un poco y lo abracé. —Eres el hombre mas jodidamente loco Adam. —permanecimos asi y luego me separé de él—. Si te vas hoy, ¿cuándo regresarás?

— Solo voy dos semanas

Al decir eso Adam volví a abrazarlo. —Te adoro, buen viaje —besé su mejilla.

Me fuí a mi casa y encontré a Maty acomodando la pierna de mi padre en la estancia para ver la televisión.

— Hola Maty ¿que tal? —dije y la saludé con un beso en la mejilla, al igual que a mi padre.

— Cariño, hay comida ya lista, ¿quieres que te sirva? —pregunto Maty.

— No gracias Maty, iré a descansar un poco, al rato regreso papá.

Subí a mi habitación, dejé mis cosas y me acosté en mi cama, revisé mi telefono celular, tenia mil mensajes de Andy y Erin, los ignoré todos. Envié a Dante un "Avisame cuando llegues a tu destino", me quedé dormida. Algo me hizo despertar y ya todo estaba oscuro, y no tenía puestos mis zapatos, revisé mi celular, eran las 3:11 am. Había un mensaje de Dante "Ya" a las 9:03 pm. Volví a dormir.

3 semanas después.
Floral Park, New York
Viernes 3 de Octubre, 5:08pm
Oficinas Bennett.

Se llegó la hora de salida, han pasado tres semanas desde que Dante se fue y no ha regresado. Decidí llamarle.

>LLAMADA<

— Hola. —dijo el al otro lado de la linea.

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Disfruten!! 😍❤️