22.- Confesiones.

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Mi corazón se sintió emocionado al escuchar su voz. —Dante, hola.

— ¿Estás bien Lucía? ¿Que pasó? —preguntó en con un tono de preocupación o eso creía.

— Si, estoy bien, no ha pasado nada malo, ¿por que preguntas eso? —contesté a Dante.

— Por tu llamada, no me la esperaba.

— Lo siento —me disculpé e hice una pausa— tenía que llamarte.

— ¿Tenías? ¿Por qué?  —preguntó luego el solo se "contestó"— Si paso algo y no quieres decirme, vas a decirme otra cosa desviando el tema.

— No, de verdad, no pasó nada —me dirigí al sofa y vi por la ventana, recordando que él siempre se sentaba aqui—

— ¿Entonces? ¿Quisieras decirme? Estoy en una junta importante y si regreso sin saber que pasa me distraeré —dijo con el tono del Dante de siempre, ya no sonaba tan seco.

— Solo quería escucharte —dije de golpe, no escuché respuesta y continué—. Hace unas semanas que ni siquiera mensajeamos, quisiera saber si todo esta bien, porque siento que hice algo mal pero no sé que és y quiero que me lo digas. —sentía mi corazón apachurrarse un poco por la respuesta que fuera a darme.

— No has hecho nada mal, sentí que te molestaba y quise darte tu espacio.

— ¿Llendote de viaje sin despedirte?

— Te dije "hasta luego", e insisto, quería darte tu espacio, seguimos siendo amigos ¿no?. —hablaba el sin cambiar su tono.

Respiré hondo, por alguna razón me lastimaba el hecho de que dijera "amigos", no lo culpo, yo se lo recalque siempre. —Si, dejaste de hablarme y tu último mensaje fue muy seco o simple.

Él se quedó callado.

— Espero regreses pronto —continué.

— ¿Por qué? —dijo él haciendo pausa y continuó rápidamente— ¿ves?  Si pasa algo.

— Por que te extraño —dije y colgué.

>FIN DE LLAMADA<

Cerré mis ojos fuertemente y apreté mi celular contra mi pecho. —Eres patética Lucía.

Sonó mi celular con el tono de notificación. Era él.

"Dante: Cuando regrese, tu y yo necesitamos hablar señorita."

Sonreí como estúpida, y le contesté.

Lucia: Esperaré entonces. Pd: perdón por sacarte de tu junta.

Me fuí a casa muy feliz, al llegar acompañé a mi padre junto con Maty a sus terapias su pierna iba excelente, al regresar a casa mi padre cayó rendido y mi madre saldría tarde del trabajo asi que aproveché salir con Adam y Andy.

Los dos me esperaban afuera de casa y al momento en que iba a subir al auto de Andy un chico se apareció.

— Buenas noches, busco a la señorita Lucía Stark. —dijo aquel joven quién se veia como de nuestra edad o de Adam, era confuso.

— Hola, soy yo —me acerqué.

Adam y Andy se acercaron conmigo pero permanecieron detrás de mi.

— Permíteme presentarme, mi nombre es Ezra Fitz, soy primo de Dante.

— Un gusto Ezra —estrechamos manos—, ellos son mis amigos Adam y Andy.

Finally Falling | EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora