48.- Camino a casa.

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—Todo está listo, como sabes la familia de Alex está en quiebra y viven de pura apariencia, junté la pruebas necesarias para refundirla y en unos días llevarán la orden de arresto.

— ¿Queee? ¿Así de fácil? —pregunté emocionada.

—No, definitivamente no fue fácil, llevas ya más de un año fuera de casa.

—Tienes razón.

—Una cosa más —Trenton hizo una pausa, me ponía nerviosa.

— ¿Que es?  Dilo, que costumbre la tuya provocarme jaquecas —dije desesperada y el rió.

—La familia de Alex le robaban a los Bennett, familia de tu ex novio.

— ¿Que? Malditos traicioneros.

—En cuanto la arresten podrás regresar a casa —dijo Trenton, me dió un sobre— Feliz cumpleaños adelantado —dijo y me sonrió.

Abrí el sobre eran unos papeles, era una copia de la orden de arresto y unas fotos, al parecer eran los tipos que me lastimaron.

— ¿Cómo conseguiste esto? —pregunté y él solo rodó los ojos, revisé al fondo del sobre, era un boleto de avión—.  Primera clase, Trenton tienes más clase y consideración de lo que pensaba.

—Ridicula, no te puede llevar mi Jet, está en mantenimiento, pero creo eso es suficiente —clavo los ojos en mí y sonrió—, saluda a mis papás de mi parte —dijo eso recargandose en su escritorio, yo me lancé a él y lo abracé.

—Eres el mayor imbécil que puedo conocer, pero eres el mejor, muchas gracias por todo lo que hiciste por mí.

— ¿Bromeas? Vas a pagarme todo esto con esos ricas albondigas que preparas.

—Te haré todas las que quieras —me separé de él—, deberías de venir a ver a mis papás.

—Lo pensaré.

—Bueno, tengo que irme, hay una maleta que alistar —dije, volví a abrazar a Trenton— de todos modos creo tengo que regresar, comencé un pequeño negocio aquí, no quisiera dejarlo tan fácil.

—Vendes por internet ¿no?, puedes hacer lo mismo allá.

—No lo sé, voy a pensarlo —dije y salí de la oficina de Trenton. Fui a mi departamento y llamé a Chris, quería hablarle sobre lo que tenía pensado hacer.

Estaba en mi habitación arreglando mi maleta, luego Chris entró.

— ¿Vas de viaje? —preguntó, yo volteé a verlo y le sonreí.

—Ah, no, bueno, si, solo por unos días.

— ¿Se puede saber a dónde? —dijo acercándose a mí, me tomó de las manos.

—Si, claro, de hecho para eso te llamé, quería platicar contigo sobre esto —nos sentamos en mi cama y le platiqué lo que tenia planeado hacer.

— ¿A New York tu sola? —preguntó Chris preocupado.

—Sí, no va a pasar nada, voy a estar bien —dije sin soltar su mano.

—No tengo un buen presentimiento de esto, déjame ir contigo, puedo posponer unas juntas que tengo y la carrera que tengo —comentó Chris ante mi decisión.

—Chris no es necesario que muevas tus planes por mi —hice pausa, él esperaba que continuara—, además necesito ir sola, necesito ver a mi familia, hablar sobre todo esto, ellos no saben absolutamente nada, en unos días regresaré.

Él suspiró hondo, y dejó salir su aire lentamente.

—Está bien, entiendo —se levantó y dio unos cuantos pasos dándome la espalda—, ¿crees que vaya a cambiar algo?

— ¿Qué? —pregunté incrédula.

—Entre nosotros, es muy probable que lo veas a él.

—Chris, no, yo te dije que iba a intentarlo contigo, todo seguirá bien entre nosotros cuando regrese —me levanté para acercarme, me puse justo frente a él—, y créeme, no estaré sola en ningún momento —besé sus labios y regresé a la cama a cerrar la maleta.

— ¿Entonces te vas mañana? —preguntó.

—Sí, el vuelo es a las 9 am asi que tenemos tiempo de desayunar juntos —le sonreí.

—Bien, como mañana no estarás aquí, ¿Qué tal si vamos a comer algo?

—Me parece buena idea —tomé mi bolso y salí junto con él.

Chris y yo fuimos a comer, después me llevó por helado, la pasamos paseando por la ciudad, casi a media noche llegamos a casa, quiso quedarse conmigo y acepté, ya estábamos acostados, apunto de dormir.

—Antes de que duermas —se levantó y sacó algo de su pantalón, era una cajita—, feliz cumpleaños adelantado —dijo ofreciéndome la caja, yo me senté y la tomé—. Ábrela, espero te gusten, no soy muy bueno con eso de los accesorios.

Abrí la caja, vi unos aretes de oro en forma de una luna con un diminuto diamante incrustado, super pequeños, eran hermosos.

—Chris son muy hermosos —dije sonriente y lo abracé—, gracias, no te hubieras molestado.

—Tenia que hacerlo.

— ¿Uso mucho accesorios? Todo mundo me los regala —reímos juntos—. Oye ¿por qué una luna? —por alguna razón me surgió esa duda.

—Porque te conocí por la noche, y lo relacionó con aquel día, la luna tenia justo está forma.

—Eres increíble —rápido me los puse— ¿Cómo se me ven?

—En ti, hermosos.

Me sonrojé, nos volvimos a acostar y a los pocos minutos dormimos. A la mañana siguiente, nos despertamos, duchamos y arreglamos muy temprano, me llevó al aeropuerto, decidimos desayunar algo ahí. Nos despedimos y  al subir había alguien sentado en mi lugar.

—Disculpe, este es mi asiento —dije y al levantar ese hombre su rostro, golpee su hombro fuerte— imbécil, córrete de lugar.

— ¡Auch! —se quejó por el golpe y si, su asiento era uno antes y el mío a la ventana— aún no me acostumbro a tus golpes —me dejó pasar a mi lugar.

— ¿Y que te hizo cambiar de opinión? —pregunté.

—No sé, supuse estarías como perrito asustado en el vuelo —dijo y volví a golpearlo.

—Eres un imbécil Trenton.

Emprendimos vuelo, fueron casi 5 horas de vuelo, al llegar ya había una camioneta esperando a Trenton, subieron nuestras maletas y emprendimos camino a casa, me puse nerviosa, ni mis padres ni Andy sabían de esto. Era una sorpresa. Tomé la mano de Trenton, y él la apretó suavemente, haciéndome saber que estaba ahí, que todo iba a estar bien.

Llegamos a casa, Adam estaba afuera esperandonos.

—Están en la cocina, no tienen ni idea —dijo el apurándonos de entrar, nos acercamos y  entramos silenciosamente, antes de entrar al comedor Adam gritó— ¡No llegó la pizza pero les traigo algo mejor! —entramos al comedor.

...

Finally Falling | EN EDICIÓN.Where stories live. Discover now